Se trata de uno de los conceptos de moda y nadie parece querer perder la comba de esta nueva moda, pero pocos se atreven a definir exactamente qué es y qué podemos esperar.
TEXTO: ARANTXA HERRANZ
Envuelta en una espiral de crisis de reputación, Facebook decidió cambiar el nombre de su empresa por Meta y hacer una gran apuesta de futuro: más allá de las redes sociales (la compañía también es propietaria de Instagram y Whatsapp), el futuro pasaba por el Metaverso.
Poco después de este anuncio, otras grandes empresas (incluida Microsoft) se sumaban a este concepto y empezaba a generarse mucho ruido y expectación entorno a él. Pero, ¿qué es exactamente el metaverso, un término que a muchos les recuerda a Second Life (una especie de vida virtual en la que replicar la que tenemos) o a un videojuego?
Poco después de este anuncio, otras grandes empresas (incluida Microsoft) se sumaban a este concepto y empezaba a generarse mucho ruido y expectación entorno a él. Pero, ¿qué es exactamente el metaverso, un término que a muchos les recuerda a Second Life (una especie de vida virtual en la que replicar la que tenemos) o a un videojuego?
El origen del metaverso
Aunque este término se ha hecho popular desde que Meta (Facebook) decidiera apostar por él, lo cierto es que el término apareció por primera vez en la novela Snow Crash, de 1992.
Básicamente, al hablar de metaverso estamos definiendo espacios virtuales. Es decir, que un metaverso es un mundo virtual que funciona como una realidad alternativa. Desde que Meta anunciara este desarrollo, la compañía está inmersa en el desarrollo de una plataforma social de Realidad Virtual y algunas empresas están empezando a ofrecer algunas cosas, como la compra de espacios virtuales. En el futuro, se espera que este metaverso incluya también realidad aumentada, avatares holográficos en 3D, vídeos, conciertos en vivo, galerías de arte… El reto es que este mundo alternativo se expanda, sea cada vez más grande y numeroso y que en él se generen nuevos negocios para ofrecer un mundo alternativo hiperrealista en el que convivir.
Aún por definir
El metaverso es uno de los conceptos de moda y nadie parece querer perder la comba de esta nueva moda. Pero, como buen término en construcción, pocos se atreven a definir exactamente qué es el metaverso y qué podemos esperar realmente de él, pese a que, según algunos análisis, estamos ante un mercado que moverá 80.000 millones de dólares en 2024.
No en vano, se habla ya de una especie de nueva economía digital y se espera que los usuarios pueden crear, comprar y vender todo tipo de bienes y servicios. Lo que no está claro es si comprando, por ejemplo, un coche en un metaverso este vehículo podrá utilizarse en otros metaversos. Algunos defienden que tecnologías como NFT lo harán posible, pero todo está por escribirse y decidir. Para que esto llegue a suceder, no solo hace falta una herramienta tecnológica, sino la voluntad de las empresas propietarias de los metaversos para que se puedan utilizar en ellas objetos no comprados en su espacio.
Quienes defienden que no estamos ante una burbuja aseguran que el concepto es tan incipiente como en su momento lo fue la propia internet. Ahora se están poniendo las bases de algo que puede cambiar la forma en que nos relacionamos con el resto de personas y en la manera en que hacemos negocio. Pero, hasta que ese momento llegue y podamos definir con exactitud qué es el metaverso, aún queda camino por recorrer.
Lo que sí parece claro son las tecnologías que están definiendo el metaverso. Por un lado, la realidad virtual, especialmente en lo que a la creación de mundos virtuales se refiere. Se trata de unos espacios que siguen existiendo incluso cuando no hay actividad en ellos (por ejemplo, el hecho de que algunas grandes empresas estén presentado sus resultados en el metaverso; unos espacios que siguen activos cuando esa junta de accionistas ha concluido). La realidad aumentada permite obtener más información, en modo virtual, de los espacios físicos y también está presente en el metaverso.
Cómo ir al metaverso
Sin duda una de las dudas más frecuentes es dónde se encuentra ese metaverso y cómo se accede a él.
Lo primero que hay que aclarar es que no hace falta tener ningún dispositivo que sea compatible con estas realidades aumentadas o virtuales para ver el metaverso. Es como acceder a Internet: podemos hacerlo con un ordenador, con un móvil o con una consola de videojuegos. Exactamente lo mismo pasa con el metaverso.
Eso sí, dado que la experiencia es, sobre todo, gráfica, de momento sí se recomienda tener una equipación más o menos potente para poder “renderizar” los espacios y los avatares de la manera más fina posible y con una experiencia satisfactoria.
Pero, de nuevo, al menos de momento no es posible ir de un metaverso a otro sin cambiar de página, de aplicación o, incluso, de dispositivo. Cada metaverso es aún un espacio cerrado, poco concreto en el que quedan muchas cosas por definir.
¿Para qué sirve el metaverso?
Depende de a quién le preguntemos, la cuestión tiene una respuesta u otra. Meta lo concibe como un espacio en el que los usuarios tendrán sus propias casas a las que podrán invitar a amigos y conocidos y socializar y pasar el rato. Microsoft, por su parte, cree que se podrán hacer reuniones virtuales, tanto corporativas como entre varias empresas.
Varias voces aseguran que quizá donde tenga un gran recorrido el metaverso es en todo lo que tiene que ver con la educación, la formación y la enseñanza, al abrir nuevas posibilidades.
Por eso, muchos defienden que, aunque pueda parecer que estamos ante un videojuego, las posibilidades del metaverso, o un Internet en 3D, son mucho más ampliar y aun por explorar.
Igualmente, y aunque las comparaciones con Second Life han sido recurrentes, los defensores del metaverso aseguran que las posibilidades de este nuevo mundo van mucho más allá de la anterior plataforma, que no dejaba de ser un juego de simulación en el que, mediante un avatar (o personaje) los usuarios podían hacer lo mismo que en la vida real (comer, vender, jugar…) pero en un entorno virtual.
Solo el tiempo dirá si el metaverso se queda en un bonito sueño de una noche de verano o si realmente toda la expectación que está generando llega a materializarse.