En mitad del océano Índico, la isla francesa de Reunión es un auténtico regalo para los conductores. Su accidentada y exuberante geografía esconde bosques tropicales, volcanes activos, calderas y espectaculares cascadas, todo ello al alcance de cualquiera gracias a una excelente red de carreteras de montaña y senderos bien señalizados.
TEXTO Y FOTOS: JOSÉ MARÍA DE PABLO
Estratégicamente ubicada en la Ruta de las Especias, a medio camino entre el Cabo de Buena Esperanza y los puertos comerciales de la India, la isla de Reunión ha sido siempre un lugar perfecto para esconderse en el mundo. Hasta que se instalaron de manera definitiva colonos franceses en el siglo XIX, Reunión fue un refugio para piratas y fugitivos. El caso más famoso es el de La Busse, bucanero ajusticiado que legó a los amantes de los misterios un criptograma con pistas para encontrar su botín, el que obtuvo a lo largo de una vida de correrías.
Nadie ha logrado desencriptar ese mapa del tesoro, pero aún son muchos los cazadores de leyendas que visitan la tumba de La Busse en el cementerio de marineros de Saint-Paul, a 30 km al sur de Saint Denis, la capital del territorio. Antes de explorar el corazón de la isla hay que conocer la Reserva Natural Marina de la Reunión, una franja de costa entre St-Gilles-Les Bains y L’Étang-Salé-Les Bains, en donde encontramos las pocas playas aptas para el baño de la isla. La barrera de coral, además de ofrecer fondos marinos de gran valor, impide el acceso de los peligrosos y hambrientos tiburones del Índico.
Pese a estar rodeada de las cálidas aguas y de contar con playas paradisíacas, el principal aliciente para volar aquí es la práctica del senderismo y otros deportes de aventura en las áreas montañosas del interior. El 40% de la superficie de Reunión está protegida, incluidas dos cumbres, tres circos y 300 especies vegetales endémicas que habitan estas profundas calderas llenas de cascadas y estanques en los que es posible darse un baño. Con poco más de 2.500 km2 de superficie, Reunión es el hogar de 800.000 personas, la mayoría de ellas viven en los municipios de la costa occidental a los que se accede fácilmente por la autovía N1 que con sus viaductos salva los barrancos por donde desaguan las cumbres del centro, sometidas a una pluviosidad de récord entre noviembre a abril.
Tierras de de volcanes
La cumbre más visitada es el Piton de la Fournaise, con 2.631 metros, el volcán más activo del Índico. Cada poco su interior ruge y escupe toneladas de lava que tiñe de gris y marrón la Grand Brûlé, como se conoce a la ladera oriental de la isla. Llegar hasta el filo del cráter más activo es posible, incluso durante las erupciones, asumiendo cada uno su propio riesgo. La excursión ocupa un mínimo de 6 horas y no resulta fácil, así que lo mejor es empezar pronto para rematar el día comiendo en alguna de las aldeas de montaña donde sirven cocina criolla aliñada con salsa picante “piment Maison”. La carretera N 5, con un trazado de película, nos conduce hasta Cilaos, Salazie y Mafate, los tres circos de origen volcánico declarados Patrimonio de la Humanidad. Estas tres calderas son el resultado de la colosal erupción que creó el Piton des Neiges, la cima de Reunión con más de 3.000 metros.
La caldera de Cilaos fue refugio de esclavos a la fuga liderados por un tal Tsilaos, de cuyo nombre deriva el del principal núcleo de población y de la propia caldera. Cilaos es famoso por su spa, jardines, mercado de productos locales, pero sobre todo por ser la cabecera de al menos 17 rutas de senderismo para todos los gustos y niveles. El circo de Mafate sigue sin tener acceso por carretera, así que para entrar o salir de él hay que caminar o pagar por un helicóptero que solo se usa para emergencias y mercancías. Las 700 personas que viven en Mafate son autosuficientes: producen su propia electricidad y cultivan sus propios alimentos, un modo de vida que comparten con los senderistas que encuentran aquí una experiencia sostenible única en la Unión Europea.
GUÍA PRÁCTICA
DÓNDE DORMIR
Tsilaosa Hotel & Spa. Establecimiento rural en Cilaos con todas las comodidades precisas después de un día en las montañas. Las vistas al Piton des Neiges desde algunas habitaciones son una buena razón para elegirlo. LUX* Saint-Gilles. Hotel de lujo a pie de playa ideal para el baño. Su aire colonial y el bosque que le protege del sol le dan un encanto a las habitaciones y cabañas. Le Juliette Dodu. Hotel de 3 estrellas con habitaciones modernas y acogedoras en la que fue casa natal de la heroína francesa Juliette Dodu, en el corazón colonial de Saint Denis.
DÓNDE COMER – Restaurant Le Macau. Restaurante familiar cerca de la playa. Sirve platos de cocina criolla con inspiración oriental. 30B Av.Octave Bénard. Etang-Salé Les Bains. Tel. 0262266270. – Restaurant Au Petit Gourmet. Comida casera en el camino hacia el mirador de Maïdo desde el pueblo de Petite-France. MÁS INFORMACIÓN En la web oficial de turismo de la isla de Reunión.
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