Muchos son los restaurantes liderados por parejas, como demuestra la última edición de los Soles Guía Repsol 2023, en la que aparecen 9 locales en los que el amor está en el aire.
TEXTO: JAVIER VARELA
Cada vez son más las parejas sentimentales que conviven entre cazuelas, fogones y sartenes y que comparten su vida personal con la profesional en cocinas de grandes restaurantes. Así lo demuestra la última edición de los Soles Guía Repsol 2023, en la que aparecen 9 parejas que comparten su pasión personal con la gastronomía: El Mesón El Centro (1 Sol, Puerto de Vega), Frases (1 Sol, Murcia), Bo.Tic (2 Soles, Corçà, Girona), Fierro (1 Sol, Valencia), Nub (1 Sol, Tenerife), Maralba (3 Soles, Almansa, Albacete), Fraula (1 Sol, Valencia), Comparte Bistró (1 Sol, Madrid) y San Martín de Goralai (1 Sol, Zaragoza).
Todos ellos han demostrado que cocinar en pareja no es solo romántico sino una forma de vivir. Una tarea que requiere de una buena planificación, de un trabajo en equipo y de un momento de diversión e intimidad que permita que lo que ocurra en las cocinas se quede allí y no se lleve a casa. «Hay que saber dónde acaba el trabajo y dónde empieza, pero sabemos diferenciarlo y lo llevamos muy bien», coinciden varias de las parejas de estos restaurantes. Son expertos en el maridaje de la vida personal con lo profesional y confiesan que lo llevan «fenomenal».
Frases
Hay algunos restaurantes que están predestinados a la hora de unir amor y fogones y uno de ellos es Frases, que abrió sus puertas un 14 de febrero de 2018 de la mano de María Egea como Jefa de Sala y Marco A. Iniesta como Jefe de Cocina. Estos jóvenes que no llegan a la treintena hacen una «cocina arraigada a las bases de la tradición pero con la forma más personal y creativa de mostrar un concepto actual del antaño y utilizando nuestra región como paleta e inspiración», confiesan. Eso sí, siempre con «los mejores productos de temporada de proveedores locales y un recorrido enológico completo». Para ellos ser pareja y trabajar juntos «es parte de nuestra vida» y tiene más ventajas que desventajas, porque muchas veces «con mirarnos nos entendemos sin necesidad de decir nada».
Fierro
Otro de los restaurantes en los que casan a la perfección pareja y cocina es en el valenciano Fierro, “la historia de un sueño” de dos argentinos, Carito Lourenço y Germán Carrizo, que recorrieron 11.000 kilómetros para cocinar a fuego lento su futuro. Y siguen sumando éxitos entre fogones. El restaurante es la expresión de dos personas con muchas inquietudes y con muchas ganas de contar. Es una sinfonía de tres movimientos: tradición, innovación y pasión a través de la sublime combinación de técnica y producto”, confiesa esta pareja. De hecho el restaurante lo viven como si fuera su casa y los comensales invitados para disfrutar de sus platos y eso se nota en los platos. “Son muchos años juntos y el restaurante es nuestra vida”, algo que les hace tener una compenetración total “que facilita el trabajo y hace que se note en la cocina y en los platos que elaboramos”, reconocen.
Mesón El Centro
Muchos más años, 30, llevan compartiendo cocina y cama Mary Fernández y Mon Pérez en Mesón El Centro , un «chigre (como se dice en Asturias para hablar de un bar) con mucha alma» donde los pescados y mariscos, como no podía ser de otra manera, son los grandes protagonistas. Que esté en la Plaza de Cupido es un plus para este local que enamora a quien lo visita por su relación calidad precio y por el cariño que le pone esta pareja. Mary presenta una «cocina tradicional no exenta de delicadeza e imaginación con el producto local como protagonista» y Mon se encarga de la sala y del trato con los clientes, «lo mejor que nos llevamos de estos años», confiesa. La clave para estar tantos años juntos en casa y en el trabajo es «respetar el sitio del otro», pero no les resulta complicado porque «nuestra vida gira en torno a la hostelería, desde las conversaciones, los cursos, los viajes…».
Maralba
De un romántico paseo por el Mediterráneo nació el restaurante Maralba, que significa «el amanecer del mar», donde Fran Martínez y Cristina Díaz llevan a la mesa su pasión por la cocina y la gastronomía. «Cocinar es transmitir cariño y conocimiento. Es respetar los ingredientes y ayudarlos a destacar. Es conjugar creatividad, respeto y libertad. Es caminar de la mano de nuestro equipo y de nuestro comensal. Cocinar es una forma de amar», señalan. Una filosofía que llevan también a su vida personal desde que se conocieron a los 13 años. En su cocina y sala bailan al unísono los rotundos sabores de la tradición manchega con la frescura de los mejores productos de la lonja levantina y una carta de vinos con alma.
Bo Tic
Albert Sastregener y Cristina Torrent, chef y sumiller respectivamente, del restaurante Bo Tic también disfrutan de una historia de amor entre fogones. Desde 2007 ofrecen una propuesta gastronómica de autor y creativa comprometida con la esencia de la cocina tradicional catalana en una antigua carpintería de carruajes con 110 años de antigüedad en Corçà, un lugar inmejorable en el Baix Empordà. La clave de su éxito y de saber conciliar vida familiar y laboral es «el respeto». «Respetamos cada uno su espacio, sin pisarnos el terreno del otro y sabiendo que uno está en la cocina y otro en la sala», confiesan antes de reconocer que «es una suerte poder compartir todo juntos».