Viaje a los pueblos ‘de cine’ de los Alpes Berneses, pero en este excepcional viaje hemos elegido uno de los más emblemáticos, llamado Mürren.
TEXTO: PEDRO GRIFOL / FOTOS: LAURA CRAWFORD
Adentrarse en los paisajes de los Alpes Suizos es una experiencia idílica. Podemos elegir alguno de los pintorescos pueblos de la región del cantón de Berna en el distrito de Interlaken, para instalarnos en un hotel; y desde allí subir a alguno de sus nevados picos (nevados en cualquier estación del año). En este excepcional viaje hemos elegido uno de los más emblemáticos, llamado Mürren.
Para llegar hasta allí habremos dejado el coche en el gran aparcamiento de Stechelberg, ya que a estos pueblos -que más que pueblos podríamos calificarlas como aldeas-, los coches no pueden llegar. El pintoresco Mürren es la aldea más alta poblada durante todo el año del cantón de Berna del llamado Oberland bernés, y está situada en una terraza a 1.650 metros encima del valle Lauterbrunnental. El funicular aéreo que nos transportará desde el parking hasta Mürren atraviesa los primeros sobrecogedores paisajes que nos van a deleitar en nuestra visita, llenos de cataratas salvajes y rocas escarpadas.
A pesar de que su población permanente es de poco más de 400 personas, como el turismo es muy popular durante todo el año, su capacidad hotelera cuenta con unas dos mil camas, y tiene más de un tradicional restaurante donde degustar una clásica fondue. El lugar sigue conservando el encanto de un típico pueblo de montaña como aquel donde vivía Heidi… Aunque, en esta ocasión, el protagonista de la película no será aquella niña huérfana que vivía con su abuelo, sino el mismísimo James Bond, sumergido en la lucha contra la malvada organización Spectra… Pero primero vamos a conocer el pueblo, degustar una clásica fondue en alguno de sus típicos restaurantes y darnos un paseo por sus alrededores.
Qué hacer en Mürren… y por qué es famoso
Aunque la villa tiene sus orígenes como lugar de granjas de vacas, creció en tamaño debido al turismo de invierno ya que la práctica del esquí ha sido muy importante en su historia, sobre todo por parte de los esquiadores británicos. En 1911 llegó el primer deportista británico, y en 1922 ya se creó el Club Ski Kandahar. En 1928 comenzó a celebrarse la Inferno Ski Race, la carrera amateur más larga (15.8 km.) del mundo, que continúa realizándose hasta hoy. Y en 1931 se celebró el primer Campeonato Mundial de Esquí Alpino. En la actualidad, su entorno cuenta con 53 kilómetros de pistas preparadas para esquiar y para practicar surf de nieve, caminos para trineos y una red de caminos para excursionistas de invierno.
En verano, el senderismo es la actividad ideal para turistas-excursionistas, que pueden caminar por más de 200 kilómetros de montaña, a temperatura de 20ºC., mientras contemplan las cumbres nevadas de las montañas. Espectacular.
En Mürren hay un hotel centenario, el Regina. Merece la pena ver su majestuoso comedor y las vistas desde su veranda. Los otros dos clásicos hoteles son Alpenruh y Blumental, ubicados en dos gigantescos chalets de madera.
También desde Mürren podemos hacer dos excursiones fáciles, es decir: sin equipamiento aparatoso. Se trata de dos visitas de medio día a dos pequeñísimos pueblos con encanto. El primero es a la pequeña estación de montaña de Allmendhubel, a la que accederemos por medio de un empinado teleférico desde Mürren. Recomendable almorzar allí -a una altura de 1.907 m.- en su restaurante Panorama (el único que hay), y descender a pie por un cómodo sendero durante 20 minutos conocido como el camino panorámico de las flores… La bajada hasta Mürren estará ‘vigilada’ por la atenta mirada de los rebaños de vacas frisonas que pastan a su libre albedrío. Un encantador paseo. Otro día podemos ir Gimmelwald, otro pueblecito vecino al que llegaremos tras 40 minutos de caminata cuesta abajo; y del que regresaremos a Mürren en teleférico. Gimmelwald, se encuentra resguardado por las enormes montañas que lo rodean. Sus habitantes -menos de cien- disfrutan de la tranquilidad que les ofrece vivir en un lugar tan inaccesible, lo cual les permite abandonar el pueblo sin haber probado (en su restaurante) la Schwarz Mönch Bier, la única cerveza suiza clasificada como ‘número 1’ en el mundo. Gimmelwald, una joya alpina Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 2007.
“Me llamo Bond… James Bond»
Quien se presenta de esta inconfundible manera contribuyó en forma decisiva al renombre mundial de la montaña Schilthorn, convertida ahora en una de las primeras atracciones de los Alpes Berneses. Desde la cima del Schilthorn, se disfruta de impresionantes vistas panorámicas de 360º de las cumbres más elevadas del mundo nevado alpino: los picos Eiger, Mönch y Jungfrau.
Desde Mürren, nos embarcamos en la góndola aérea que primero hace parada a la estación de Birg, pegada sobre un imponente risco a mitad del camino entre Mürren y la cima de Schiltorn, donde se encuentra el Thrill Walk (Paseo Emocionante), una pasarela suspendida en la roca que te lleva hacia las simas de las paredes verticales de las imponentes formaciones rocosas.
Finalmente, después de 15 minutos, ya podemos pisar el Piz Gloria, el futurista restaurante giratorio situado en la cumbre de Schilthorn, que roza los tres mil metros de altitud, y que impresionó tanto a los productores de la película de la saga James Bond, y que, en ese momento estaban buscando escenarios para la película que tocaba rodar (a la sazón: ‘Al servicio secreto de su Majestad’), que terminó siendo el escenario de las dinámicas persecuciones de la sexta entrega de las aventuras del famoso personaje de novela.
El lugar tiene un museo que narra, por medio de escenarios recreados del rodaje, fotos y objetos, las complicadas peripecias del rodaje de la película. En el restaurante 360ºPiz Gloria podrás disfrutar de un delicioso brunch mientras el espectacular paisaje montañoso se desliza silenciosamente ante ti según el restaurante gira sobre su eje a lo largo de 45 minutos. El precio del buffet es de 35 francos suizos -casi lo mismo en euros- y está disponible hasta las dos del mediodía. Es una buena ocasión para probar un buen surtido de embutidos y quesos suizos, así como otro de los platos insignia del país: el rösti.
La peculiar ubicación para el rodaje de la película fue encontrada por el equipo de producción después de tres semanas de búsqueda de localizaciones en Francia y Suiza. El restaurante todavía estaba en construcción y los dineros aportados por la productora sirvieron para el remate del restaurante que sirvió, en la ficción, como guarida del villano Blofeld.
Por muchos motivos ‘Al Servicio Secreto de Su Majestad’ (1969), sexta película de la saga James Bond, es una anomalía entre las películas Bond. La diferencia más obvia es la presencia del actor australiano George Lazenby en el papel de 007, que toma el relevo del personaje tras la renuncia del carismático actor británico Sean Connery.
En esta ocasión, el agente 007 se asocia a un mafioso -con una atractiva hija Tracy Di Vicenzo (Diana Rigg)-, para unir sus fuerzas en la lucha contra la malvada organización Spectra. El malo es Stavro Blofeld (Telly Savalas) que amenaza al mundo entero con un ambicioso plan: lanzar una peligrosa bacteria que podría acabar con la producción agraria de todo el planeta.
Como curiosidad hay que decir que la película se ajusta más a la obra de su creador, Ian Fleming, incluido el cóctel por el que James Bond es conocido -un Vodka Martini ‘agitado, no mezclado’ (shaken not stirred en inglés)-, y que curiosamente no es el cóctel que toma el verdadero agente británico en las novelas. En esta película James Bond pide un ‘Malt whisky with branch water’ (whisky de malta con agua de manantial), el combinado que aparece más en las novelas de Fleming (en 21 ocasiones). ‘Al Servicio Secreto de Su Majestad’ constituye la película de Bond bendecida con la mejor trama, un genuino sentido de la emoción y un espíritu más cercano a las novelas de Ian Fleming; y hoy en día constituye una obra de culto entre los fans de la saga. Curiosidades que te da el cine, los viajes… ¡y la vida!
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Iberia y AirEuropa tienen vuelos directos y diarios a Zúrich desde Madrid, y Swiss Air también tiene varios vuelos directos a Zúrich algunos días de la semana. Desde Barcelona hay vuelos directos y diarios a Zúrich con Iberia y Swiss Air; y Vueling tiene vuelos directos casi todos los días.
Opción sin coche:
Para ir de Zúrich Flughafen a Berna, capital de Suiza, lo major es el tren. Swiss Railways tiene varios trenes diarios que tardan, aproximadamente, 1h.20min.
En Berna hay que coger otro tren hasta Interlaken (varias frecuencias diarias). Tarda 54 min.
En Interlaken se cambia de tren a Lauterbrunnen (20 min.) Y en Lauterbrunnen hay que subirse a un autobús -el Nº141- hasta el parking de Stechelberg (12 min.)
Por fin… En el aparcamiento de Stechelburg ya todo serán góndolas-teleferico hasta Mürren. Es un viaje es largo… pero en Internet está todo muy bien explicado.
Pero visto lo visto, la opción ‘viaje en coche’ puede ser la más cómoda, aunque tengamos que dejar el vehículo durmiendo en el aparcamiento de Stechelberg algunos días.
Opción con coche:
Alquilar el vehículo de cuatro ruedas en el aeropuerto de Zúrich… y carretera hasta Mürren.
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