En la actualidad existen seis niveles de autonomía en los coches, aunque la conducción autónoma total no está tan lejos de la realidad como pensamos.
TEXTO: ANDREA GANTES
Todos sabemos que un coche autónomo es capaz de realizar todas las funciones de conducción sin necesidad de que un humano intervenga en ningún momento. Aunque la autonomía de conducción total puede que siga sonando como algo muy futurista, existen diferentes niveles de autonomía que operan en condiciones concretas y con pequeñas limitaciones, como pueden ser la climatología o la velocidad. A pesar de no poder poner todavía nuestras manos en uno de ellos existen muchas opciones intermedias de autonomía limitada disponibles.
La Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) ha definido seis niveles de conducción automatizada a la hora de categorizar los diferentes modelos de coches. El más bajo, el Nivel 0, es aquel en el que el automóvil no es capaz de realizar ninguna función de conducción por sí mismo, mientras que el más alto, el 5, es aquel en el que la autonomía del vehículo es total, sin limitaciones de ningún tipo. De momento este último nivel aún no existe, pero fado el exponencial avance tecnológico, puede ser que no esté tan lejos de la realidad como pensamos.
Pero ¿qué son los sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS)? Son asistentes que disponen los coches actuales para evitar, en la medida de lo posible, que se produzca un accidente. Se han desarrollado con esa intención y, actualmente, están presentes en la gran mayoría de vehículos en circulación. Más allá de estas ayudas, existen niveles de autonomía que aún no están aprobados por ley y en España, de momento, no está permitido que el conductor suelte el volante bajo ninguna circunstancia durante la conducción. Esta conducción autónoma, que se definiría como de Nivel 3, ya es una realidad en Alemania, Japón, Estados Unidos y China.
Nivel 0: Incluye sistemas de advertencia
En este nivel no existe ningún tipo de autonomía por parte del vehículo, es decir, el conductor no recibe ninguna ayuda a la hora de controlar su manejo. Sin embargo, sí abarca ciertos sistemas de asistencia limitados a avisos de seguridad, como podrían ser los sistemas de frenado automático de emergencia (AEB) o de ayuda al mantenimiento en carril (LDW/LKA). La ayuda de estos sistemas no se consideran un tipo de conducción autónoma como tal, ya que, advierten al conductor pero no tienen la capacidad de controlar el vehículo. A día de hoy, no solo son legales, sino que todos los coches de nueva homologación deben tenerlos instalados de forma obligatoria.
Nivel 1: Asistencia en la conducción
Los sistemas de asistencia a la conducción incluidos en este nivel, además de advertir, tienen la capacidad de controlar el vehículo longitudinal o lateralmente, pero nunca ambos movimientos a la vez. Además, incluye cierto grado de dominio sobre la aceleración o el freno del vehículo. Algunos ejemplos son el sistema de control de velocidad adaptativo (ACC) o el asistente de mantenimiento de carril (LKA o LKS). A pesar de tener la ayuda de sistemas de Nivel 1, el conductor es siempre responsable de la conducción y no puede embarcarse en ninguna actividad paralela.
Nivel 2: Semi-autonomía
En un Nivel 2, los ADAS tienen un control de movimiento simultáneo longitudinal y transversal, además de control de velocidad. Alguna de la tecnología que engloba este nivel de automatización parcial es la asistencia al aparcamiento, en la que el conductor ya no necesita tocar ni el volante ni los pedales. También cuenta con un asistente diseñado para los atascos, que acelera o frena el coche mientras mantiene las distancias de seguridad. Cuando los sistemas ACC y LKA, mencionados en el Nivel 1, tienen la capacidad de funcionar de manera simultánea, ya se consideran sistemas de asistencia de Nivel 2.
A pesar de parecer pequeños cambios, provocan que la percepción del conductor en cuanto a la autonomía sea mucho mayor, ya que no debe tener los pies en los pedales en todo momento. Este nivel de semi-autonomía ya provoca ciertas dudas y polémicas por parte de los usuarios, debido a la facilidad de hacer un mal uso de estos sistemas y no prestar la suficiente atención a la conducción del vehículo. Existen también mecanismos para prevenir esto, como por ejemplo, la detección de manos en el volante. Cuando el coche no incluye esta limitación, se ha llegado a hablar de Nivel 2+, pero este no está registrado per se en la SAE.
Nivel 3: Autonomía controlada
Hasta el nivel anterior, el conductor se encontraba a cargo de la conducción constantemente, a pesar de contar con las ayudas facilitadas por el vehículo. Sin embargo, en el Nivel 3, cuando los sistemas de autonomía están en funcionamiento, el conductor puede desviar su atención de la conducción de forma segura y dejar el manejo del coche a un lado para realizar otras tareas. Es importante resaltar que, a diferencia de niveles con mayor autonomía, se debe estar preparado para intervenir dentro de un intervalo de tiempo especificado por el fabricante del vehículo, es decir, cada cierto tiempo el vehículo puede solicitar asistencia humana inmediata y el conductor debe poder retomar el control en cuestión de segundos. Las tareas secundarias podrían ser ver una película, leer un libro, mirar el móvil… pero nunca dormir.
Con este salto tecnológico el coche ‘percibe’ lo que tiene a su alrededor y puede actuar en función de los elementos que le rodean, siempre y cuando las condiciones lo permitan. Estos parámetros de entrada bajo los cuales el sistema puede funcionar vienen dados por el fabricante y depende también del modelo, por ejemplo, el sistema Traffic Jam Pilot permite la conducción en determinados entornos y hasta 50 km/h. Otros limitan el funcionamiento del sistema por factores climatológicos o por la luminosidad exterior para asegurar que los sensores funcionen como deben. A estos ‘requisitos’ se les denomina Dominios de Diseño Operativos (ODD). Como es de esperar, para que el vehículo sea capaz de lograr este nivel de autonomía controlada, incluye sensores, cámaras, radares, plataformas de control, actuadores, redes de datos o fuentes de alimentación, entre otros.
El primer vehículo de conducción autónoma que pudo pisar la calle fue el Honda Legend, aprobado en Japón en 2021. Después vino Mercedes-Benz, con los modelos Clase S y EQS eléctrico, que recibieron la aprobación alemana en 2021 y la del estado de Nevada (Estados Unidos) en 2023.
Existe una gran cantidad de fabricantes que, con cierto grado de razón, opinan que la autonomía de Nivel 3 es de extrema peligrosidad, ya que, no termina de quedar claro cuándo es el conductor el responsable del vehículo y cuándo es el sistema. Su propuesta para solventar el problema reside en eliminar la comercialización de este nivel y pasar del 2 al 4.
Nivel 4: Alto nivel de autonomía
Con el Nivel 4 de autonomía, el vehículo no requerirá de ninguna manera la intervención del conductor, por lo que este puede distraerse hasta el punto de echarse una siesta o incluso ser inexistente. El motivo por el cual este nivel de autonomía no se considera total es que el vehículo aún incluye condiciones específicas bajo las cuales puede o no operar, los ODD mencionados con anterioridad. Es posible hasta que el vehículo no tenga siquiera instalados ni volante ni pedales. La ausencia del factor humano es un punto de inflexión en el desarrollo de vehículos autónomos, pero, actualmente no están aún disponibles para particulares ni parece que lo vayan a estar próximamente. A pesar de ello, ya se puede ver en compañías que se dedican a los robo-taxis como Waymo, en estas el ODD es una zona geo-localizada y fuera de ella el sistema no funciona. A día de hoy, en Estados Unidos ya es posible viajar en un robo-taxi autónomo de Waymo en ciudades como Fénix, San Francisco y, próximamente, en Los Ángeles y Austin.
Nivel 5: Autonomía total
La conducción autónoma sin ODD. La autonomía total. En cualquier momento, a cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Es un aún un sueño futurista.
En resumen, hasta el Nivel 2, no hablamos todavía de autonomía si no de asistencia ya que el conductor es siempre responsable, la conducción autónoma como tal comienza en el Nivel 3. Tras las expectativas creadas, la buena noticia es que la Dirección General de Tráfico (DGT) está trabajando en un Real Decreto que, por primera vez, regulará los coches autónomos. Se prevé que la nueva ley española llegue este mismo año.