Cheval Blanc, Gstaad Palace, St. Regis… son solo algunas de las opciones para los amantes del oro blanco en las que disfrutar de los hoteles más sofisticados del mundo y vivir una experiencia inolvidable. Te presentamos los 8 mejores hoteles para esquiar.
Texto: JUANJO GONZALO
Un spa dirigido por Guerlain con una atmósfera única, apartamentos de diseño de 450 metros cuadrados con precios prohibitivos o un chalet frecuentado durante tres décadas por la Familia real británica con las mejores vistas de las montañas de los Alpes suizos. Así se podrían presentar algunos de los mejores hoteles mundiales situados en estaciones de esquí. Alojamientos a los que solo unos pocos tienen acceso año tras año y que acumulan lujo en prácticamente cada rincón.
En ellos, el mejor Apres Ski se practica en magníficos balnearios y en boutiques de lujo después de una dura jornada de esquí, y sus restaurantes se encuentran capitaneados por reconocidos chefs mundiales que hacen las delicias del paladar más fino. Desde Telluride –Colorado, USA-, donde es prácticamente posible rozar las nubes, hasta Gstaad –Suiza-, uno de los lugares más glamourosos de los deportes invernales, pasando por nuestra vecina Grandvalira –Andorra-, el dominio esquiable más grande del sur de Europa, existen numerosos hoteles de enorme sofisticación.
Con un trato del servicio exquisito, la posibilidad de calentar las botas de esquí antes de salir a deslizarse por la pista y hasta con la bella opción de irse de compras en un carro tirado por caballos, la mayor parte de estos alojamientos inician la aventura de esta temporada en este mes de diciembre. Imposible resistirse a la tentación de no probar alguno de ellos.
Cheval Blanc (Courchevel)
En lo alto de la montaña, situado a 1.850 metros de altitud, Courchevel esconde uno de sus secretos mejor guardados. Este centro de esquí francés, que forma parte del maravilloso grupo Los 3 Valles, cuenta con el Cheval Blanc, una joya en forma de hotel cuyo mayor reclamo es el spa dirigido por Guerlain, creado con una atmósfera única y delicada. Una actividad que en este dominio se encuentra más de moda que nunca –existen 32 spas de lujo- y que ya es uno de los grandes reclamos del Apres Ski galo, a la altura del ‘shopping’ más exclusivo.
A la altura de muy pocos se encuentra uno de los servicios ‘top’ que ofrece el hotel, el de ir más allá de las cosas que sólo el dinero puede comprar. También la opción única de calentar las botas de esquí a los usuarios antes de salir a sus espectaculares pistas de nieve. El precio de sus majestuosas habitaciones, como no podía ser de otra forma, se encuentra a la altura de unos pocos. Es posible acercarse a este sueño a partir de los 1.200 euros diarios.
Les Suites de la Potiniere (Courchevel)
Como en todo lo que rodea a la estación, son muchos los hoteles de gran lujo en los que es posible alojarse. Courchevel 1850 es uno de los destinos elegidos para vivir cada temporada al máximo de los Alpres franceses. Les Suites de La Potiniere es, a día de hoy, la joya de la corona en lo que a alojamientos se refiere. Se sitúa en el corazón de un bello pueblo, cuenta con un elegante spa en el que relajarse es misión obligada y ofrece 15 suites –entre 55 y 90 metros cuadrados de calidad inigualable- y apartamentos de 450 metros de los que es prácticamente imposible aburrirse.
Su diseño moderno y contemporáneo hace que las estancias sean un periodo excepcional. El lujo, una vez más, vuelve a brillar en este hotel, que se sitúa entre los más caros del mundo en la actualidad, pues las habitaciones en Les Suites de la Potiniere rondan los 2.000 euros por noche. La experiencia, eso sí, seguro que merece la pena.
Hermitage & Spa (Grandvalira)
Andorra es otro de los paraísos destinado a los amantes del oro blanco. Considerado el mejor hotel de los Pirineos, sus privilegiadas vistas permiten a los huéspedes disfrutar de una zona única en el precioso valle de Grandvalira. El dominio más grande del sur de Europa tiene el privilegio de contar con el Sport Hotel Hermitage & Spa –situado en Soldeu-, un alojamiento con todo lujo de detalles en las habitaciones y una elegancia propia del centro andorrano.
Su emplazamiento, a 1.850 metros de altitud, es otro de los puntos clave de un hotel destinado a crear experiencias únicas diseñadas a medida del usuario. Entorno a los 4.500 metros cuadrados de spa que ofrece el Hermitage se disfrutan las tardes. Un lugar idóneo en el que muchos deciden relajarse tras una larga jornada de esquí aprovechando el buen ambiente que se vive en su interior. Para conocerlo y vivir unos días a pie de pista, eso sí, habrá que rascarse el bolsillo, pues se trata de un destino al alcance de unos pocos.
Gstaad Palace (Gstaad)
Se trata de uno de los destinos más glamourosos del mundo del esquí. En el corazón de los Alpes encontramos un pequeño pueblo repleto de chalets y boutiques de lujo al que, con asiduidad y cada temporada de invierno, suelen viajar familias reales y cientos de personajes importantes dispuestos a deslizarse por parte de sus más de 250 kilómetros de pistas. La inmensa mayoría de ellos acuden a la parte más alta de la montaña, donde se levanta majestuoso el Gstaad Palace, considerado uno de los templos europeos del esquí y el icono principal de la estación de Gstaad.
Este impresionante hotel, que ofrece innumerables opciones para disfrutar de las actividades deportivas también en su interior, abre sus puertas durante tres meses en la campaña de invierno –desde diciembre hasta marzo-. Tremendamente especial para ellos es la jornada de Año Nuevo, pues el hotel no duda en inspirarse en la fiesta del gran Gatsby de los años 20 para rendirle tributo. Una cita para no perderse. Gstaad cuenta, además, con el privilegio de poseer el único glaciar esquiable del Oberland bernés, el famoso Glaciar 3000.
Hotel Backstage (Zermatt)
Calidad, diseño y mucha exclusividad, todo ello destinado a unos pocos afortunados. Es parte de lo que ofrece el Hotel Backstage, situado en otro de los más mágicos lugares, una de las estaciones montañosas de mayor renombre en el Viejo Continente y el destino más alto de Europa. Zermatt, un pueblo libre de contaminación y en el que no se permite la circulación de vehículos a motor, es un paraje único para disfrutar de los deportes invernales en Suiza, pero también para hacerlo con sus increíbles alojamientos.
El Backstage es, probablemente, el mejor ejemplo que podamos encontrar. Los amantes del wellness disfrutarán del mejor centro de bienestar del mundo y podrán probar, si sus agendas se lo permiten, la espectacular ‘Historia de la Creación’, un recorrido de siete días de duración por las diferentes partes del spa. Pero no todo va a ser relax, y es que además de sus habitaciones y sus inigualables lofts, los usuarios que allí se alojen tendrán a su disposición una sala de cine, un club privado y una galería de arte.
Saint Regis Hotel (Aspen)
Cualquier esquiador o verdadero amante de los deportes invernales sueña con acudir, al menos una vez en la vida, a disfrutar del espectacular resort de Aspen uno de los más importantes de América del Norte. Ubicado a pocos pasos de sus maravillosas y numerosas pistas, hospedarse en el Saint Regis Hotel es uno de los mayores delirios para los usuarios que hasta allí se desplazan para relajarse con todo tipo de comodidades y servicios de máximo nivel. Este lujoso alojamiento fue íntegramente remodelado en el año 2012, y en su restaurante el chef es el afamado Thomas Riordan, capaz de deleitar a cualquier paladar con su exquisita cocina italiana.
Esta remodelación les lleva a ser lo que ellos definen como una versión contemporánea de una mansión de montaña de una época dorada. El St. Regis, lugar elegante, acogedor y familiar donde los haya, también se apoya en la cultura y la búsqueda de aventuras. El vino, por supuesto, se torna ideal para acompañar cualquier comida antes o después de pasear por los alrededores del hotel, donde es posible encontrar las mejores boutiques.
Telluride Lumiere (Telluride)
En Colorado sacan pecho siempre que pueden. Y no es para menos, pues únicamente es necesario echar una ojeada a la cadena montañosa en la que se encuentra inmersa la estación de Telluride, donde el esquí no es, ni de lejos, la única opción para todo aquel que se acerque a disfrutar de una agradable jornada deportiva. Las bodas o el golf están tan de moda como cualquier otro deporte invernal. Actividades tan de moda como la veneración que allí le tienen a la joya de la corona de sus hoteles, el Telluride Lumiere, desde donde es posible acceder directamente a las pistas.
Prácticamente capaz de rozar las nubes por su excepcional emplazamiento, la estancia puede ser una aventura inigualable en la que conocer lo mejor de Colorado. El cuidado del personal es de lo más distinguido y desde su interior es posible observar unas montañas rocosas que componen uno de los paisajes más bellos del mundo del esquí. En Telluride, además de tener algunas de las pistas accesibles más exigentes del continente, también tienen el Lumiere, que recibe a los usuarios con una preciosa fachada de piedra. Buena prueba de su reputación son los constantes premios que ha recibido en estos últimos años.
Chalet Eugenia (Davos Klosters)
No es una de las estaciones de las que más se hable, pero Davos Klosters es uno de los complejos esquiables más exclusivos que se puede encontrar en Europa. La estación suiza, que los primeros días de diciembre iniciará la temporada de esquí, guarda otro de los paradisíacos lugares que regala los Alpes. El Chalet Eugenia, utilizado durante tres décadas por la Familia real británica, data de finales de los años 50 y es uno de los lugares más elegantes del país.
Su prohibitivo precio, 70.000 por una semana en temporada alta, invita a pensar a cualquiera en el tipo de huéspedes que allí se alojan cada temporada para observar desde sus habitaciones, las panorámicas vistas de las montañas Gotschna. Su interior de diseño, con vigas de roble y enormes techos invita a relajarse. Como no podía ser de otra forma, se encuentra totalmente vigilada y aislada del resto de chalets, e incluso a un par de minutos del centro montañoso. La visita de la zona y las tiendas cercanas puede ser disfrutado en un paseo con chofer o en un carro tirado por caballos. Un precioso retiro con una superficie habitable de 1.400 metros cuadrados.