La futura reina del tenis y número uno del mundo nos descubre a una chica divertida, sensata, con los pies en la tierra y con una pasión oculta: “me compraría un deportivo, un todoterreno… me encantan los coches”.
Texto: JAVIER VARELA
Garbiñe Muguruza es una caja de sorpresas. Simpática, divertida, equilibrada, adicta a la música y amante de los coches. Amable ante las preguntas, responde como si estuviera jugando al tenis: con determinación y seguridad. Parece que lo llevara haciendo toda la vida, como pegarle a la raqueta, algo que comenzó a hacer con sólo tres años. Desde entonces toda una vida pegada a una pista de tenis, a viajes, a torneos, a entrevistas, a triunfos, a derrotas: “en 18 meses he aprendido lo que se siente al ganar y lo que se siente al perder”.
Con 23 años ya es una fija en el ‘Top 10’ del mundo del tenis, pero ella confiesa no fijarse “mucho en los rankings”. Garbiñe prefiere pensar en el día a día y en objetivos pequeños como entrenar a diario, ser perseverante, constante… “No me pongo esas metas porque te pueden quemar la cabeza”. “Si no consigues eso cada día, pensar en metas tan grandes pueden llenarte la cabeza de pájaros”, dice con calma.
Eso sí, la flamante Premio Rey Juan Carlos al deportista revelación del año, se rebela cuando le cuestionan el sacrificio que hacen las tenistas porque es su vida y disfruta de cada momento: “Te preguntan sobre las cosas que te pierdes y puede ser… pero ¿y todo lo que ganas?, ¿y todas las experiencias únicas que nos ofrece el viajar?” Una charla sensata, tranquila y con respuestas acompasadas de un acento ligeramente español y venezolano. La futura reina del tenis y número uno del mundo abre las puertas al RACE y nos descubre a una chica divertida, sensata y con los pies en la tierra.
– Nacida en Caracas, hija de un vasco y criada en Cataluña. ¿La mezcla perfecta?
– Yo creo que sí. Mi lado vasco es el del temperamento, pero también el de la nobleza y la discreción. Luego tengo ese lado caribeño, de mucho ritmo, de ganas de sol y de alegría.
«La vida del tenista es muy privilegiada, no creo que sea muy justo quejarse»
– ¿Qué se siente siendo la número uno española y la séptima del mundo?
– Procuro no fijarme mucho en los rankings. Sin duda estar ahí arriba es un premio al trabajo diario y a tomarse esta profesión muy en serio.
– ¿El objetivo es ser la número uno del mundo o ganar un nuevo Grand Slam tras el conseguido el pasado año en Roland Garros?
– No me pongo esas metas porque te pueden quemar la cabeza. Claro que me gustaría ganar otro Grande o ser número uno del mundo, pero lo que cuenta de verdad es el día a día, el ir a trabajar duro los días que no te apetece o estás de bajón, el vencer esas perezas y el negativismo… Si no consigues eso cada día, pensar en metas tan grandes pueden llenarte la cabeza de pájaros.
– Imagino que ganar Roland Garros le hizo quitarse un peso de encima…
– Fue una gran victoria. Dos semanas muy completas de tenis. Después en Wimbledon fue todo como muy rápido y la final la veía un poco lejos, pero en París lo encaré con mucha determinación.
– Cuando piensa en todo esto, ¿siente vértigo?
– Procuro mantener los pies sobre la tierra. Te diré que no es fácil porque este mundo es cruel, si te van bien las cosas tienes todas las atenciones, pero si no te va bien desapareces o llueven las críticas. Ni soy tan buena cuando las cosas salen bien, ni tan terrible cuando pierdo. Así que he de mantenerme centrada porque hago lo que me gusta y espero seguir haciéndolo durante mucho tiempo.
– Alguna lección aprendida en estos meses…
– En estos 18 meses he aprendido mucho. Sé lo que se siente al ganar, sé lo que se siente al perder y sé que todo acaba en noviembre y tienes que volver a demostrar todo de nuevo en enero.
– Una demostración más de que la vida del tenista es sacrificada porque lo hecho enseguida se olvida y hay que empezar de cero. ¿Compensa todo lo que ha sufrido para llegar hasta aquí?
– Es sacrificada, a medias. Yo hago lo que me gusta y no me veo haciendo nada diferente. Te preguntan sobre las cosas que te pierdes y puede ser… pero ¿y todo lo que ganas?, ¿y todas las experiencias únicas que nos ofrece el viajar? Conocer nuevas culturas, aprender idiomas… Es duro entrenar, pero como cualquier otra profesional que precisa de perseverancia y constancia para destacar.
«Soy muy competitiva y perfeccionista. Esto último a veces se vuelve un poco en contra, pero hay que ser muy autoexigente para mejorar»
– Supongo que tanto viaje, tantos cambios horarios y tanta perseverancia obliga a tener la cabeza muy bien amueblada.
– Obliga a madurar mucho más rápido y a aprender más. Lo de la cabeza es como la técnica, el físico… se entrena y aprendes con la experiencia.
– Viajes, traslados, horas en aviones y hoteles debe ser complicado de llevar. ¿Es lo más duro de ser tenista?
– A mí me gusta viajar y estar en hoteles. Lo he hecho desde siempre así que no voy a quejarme. La vida del tenista es muy privilegiada comparando con lo que la mayoría de la gente ha de hacer cada día. No creo que sea muy justo quejarse. Yo no lo voy a hacer, he tenido suerte y puedo vivir de ello. Trabajo mucho cada día, sí, pero como la mayoría de las mujeres anónimas que sacan adelante una familia, estudian y trabajan. Yo salgo en la tele pero no soy más que nadie.
– Me ha soplado que además de perfeccionista es muy ambiciosa.
– Sí, soy muy competitiva y perfeccionista. Esto último a veces se vuelve un poco en contra, pero creo que hay que ser muy autoexigente para mejorar y salir adelante.
– ¿Cómo se digiere el éxito? ¿Hace algo para que no se le suba a la cabeza?
– Intento ser como lo he sido siempre. Tratando con respeto a todos los que me rodean y mantenerme centrada en lo que me toca hacer cada día.
– ¿Cuál es la mejor tenista a la que se ha enfrentado? ¿Y con la que soñaba ser de pequeña?
– Las hermanas Williams, ellas ya jugaban y ganaban cuando yo era enana y las veía en la tele.
– Es duro, pero tras Arantxa y Conchita el tenis femenino español parecía haber desaparecido…
– Arantxa y Conchita fueron un gran referente y tuvieron un nivel excelente de tenis, pero a lo largo de estos año ha habido jugadoras españolas que han peleado mucho y han mantenido un gran nivel.
«¿En qué país se conduce peor? Esta es una pregunta trampa… pero he visto cosas curiosas en India y Marruecos. Yo soy prudente»
– Cecilia Casla, su responsable de prensa desde cuando sólo era una promesa, nos ha contado que le gustan los coches. ¿Cuál es su favorito?
– Me encantan los coches. Tengo dos hermanos mayores que siempre han sido muy aficionados a los coches así que a mí se me ha pegado esa afición. Me encanta la velocidad y conducir un buen auto.
– ¿Qué coche se compraría sin dudarlo?
– Me compraría varios, algún deportivo un todo terreno… Es difícil decir uno porque me encantan.
– Tanto viaje le habrá permitido observar a todo tipo de conductores. Buenos, malos, peligrosos… ¿En qué país se conduce peor?
– Esta es una pregunta trampa… pero he visto cosas curiosas en India y Marruecos.
– Y usted, ¿cómo se califica como conductora?
– Soy prudente.
– Y además del tenis y los coches, ¿qué otras aficiones tiene?
– Me encanta la música de cualquier tipo. Voy desde clásica al reggae, pasando por el hip hop, el rap, el pop, latina… Según me dé y mi estado de ánimo, pero siempre viajo con un buen altavoz para ponerla a todo volumen.