El espectacular desierto de las Bardenas Reales de Navarra sirve de escenario para un hotel horizontal con arquitectura lineal, rompedora, vanguardista y detallista.
Texto: JAVIER VARELA
¿Serías capaz de dormir en pleno desierto rodeado de un paisaje lunar? Enclavado en el agreste Parque Natural de Bardenas Reales, Reserva de la Biosfera, en medio de un imponente paisaje con una fuerte presencia del viento del Cierzo, frente de un gran campo eólico, en medio de un trigal y a 3 kilómetros del casco antiguo de Tudela, se encuentra Aire de Bardenas, un hotel con arquitectura lineal, rompedora, vanguardista y detallista que bien podría hacernos pensar que nuestro viaje tenía como destino la luna.
La aspereza del entorno, lejos de hacerlo poco acogedor, consigue el efecto contrario. El hotel surgió para hacer realidad el sueño de Natalia Pérez y Carlos Bueno, un matrimonio amante de los viajes cuya ilusión era “hacer un hotel diferente, con un servicio cercano y humano, y en un sitio tranquilo, sencillo y en el que desconectar y disfrutar del paisaje”, desvela Carlos. “Queríamos un edifico coherente, sin estridencias ni artíficos y aunque en un principio no le dimos tanta importancia al entorno, ahora sabemos que el paisaje es el auténtico protagonista”, añade.
Un familiar les puso en contacto con el estudio de arquitectura en el que trabajaban Mónica Rivera y Emiliano López, jóvenes arquitectos y profesores, que son los autores de este hotel que se desarrolla en planta baja y que se levanta en forma de cubo de vidrio, madera y hormigón tintado de blanco y que cuenta con 22 habitaciones (13 de ellas con zona interior privada) en forma de cubo, con un gran ventanal desde el que disfrutar de las relajantes vistas y en el que el paisaje entra a raudales. Distribuidas en forma de círculo, en su interior albergan un patio central donde crecen chopos y grandes piedras redondeadas conforman un curioso jardín sin flores. Las habitaciones con zona privada disponen de una gran bañera exterior de agua fría-caliente, que se complementa en verano con una piscina exterior.
El hotel se sitúa junto a una antiquísima, medieval, Cañada Real, por lo que la entrada se realiza por la propia cañada a través de un camino sin asfaltar en el que tienen prioridad los rebaños roncaleses y salacencos que bajan a pastar por estas tierras en el frío invierno del pirineo navarro. Desde el exterior, el edificio se confunde con el entorno gracias a unos palés que habitualmente son utilizados en la zona para recolectar y transportar fruta y verduras y que son los encargados de formar la fachada principal del hotel. Además, sirven como cerramientos y rompevientos para los espacios exteriores del hotel. Una construcción ligera, desmontable y reciclable asociada a las construcciones agrícolas que se encuentran en la zona. “Disfrutamos de un cielo nítido, puro y sin contaminación lumínica”, señalan orgullosos los propietarios.
Hace dos años hicieron una ampliación con “una Base Lunar Bardenas, burbujas de amor” formada por ocho habitaciones burbuja que miran al amanecer con el techo totalmente abierto para disfrutar del cielo y de las estrellas. Una experiencia única que permite disfrutar de la naturaleza y de la tranquilidad en un sueño inolvidable.
Gastronomía local con huerto propio
Aire de Bardenas es sorprendente hasta en su gastronomía, en la que destaca el producto autóctono que llega de la Ribera de Navarra, famosa por sus verduras. “Nuestro restaurante se surte de proveedores cercanos y tenemos un huerto propio en el hotel que utilizamos para nuestros platos de verduras: ‘cogollicos’ de Tudela, alcachofas, espárragos, tomate ‘feo’ de Tudela, migas de pastor bardenero…”, señala Carlos Bueno, propietario del hotel. Estos son algunos de los platos estrella que se pueden degustar en este refugio, regados eso sí con “buenos vinos navarros, riojanos o aragoneses”, añade.
Una escapada a este hotel lunar se completa con cualquiera de las actividades que se llevan a cabo en el hotel y sus alrededores, donde se puede disfrutar del imponente Moncayo, del río Ebro y de las ciudades de Tudela, Tarazona y Olite, con importantes vestigios históricos. Si te gusta la aventura puedes disfrutar de salidas en Segway, recorridos en BBT, paseos a caballo, catas de vino en el propio hotel, visitas a bodegas de la zona de la denominación de origen Navarra, salida ‘de pintxos’ junto con guía por Tudela, masajes para la pareja… Y si te gusta ‘Juego de Tronos’ puedes hacer una ruta que lleva a las localizaciones que esta serie hizo en Bardenas para varios de sus capítulos (el hotel tuvo hospedado a parte del elenco durante la grabación).
Una veintena de premios
Además, su original y espectacular arquitectura y diseño interior le ha permitido al hotel conseguir más de una veintena de premios y le ha servido para ser el escenario de multitud de reportajes de moda, publicidad, reuniones de empresas, shotings y presentaciones de coches. Además, muchos personajes famosos del cine, de la moda, de la televisión y del deporte ‘desconectan’ entre sus paredes en busca de la sensación de sosiego, desconexión de la vida urbana y rural a través de la combinación de dos elementos aparentemente contradictorios como la naturaleza y la vanguardia. Un refugio lunar en pleno desierto.
Más información y precios: Hotel Aire de Bardenas