La Palma es, tras El Hierro, el territorio español más joven. Con forma de corazón o de diamante, según con qué ojos se mire, esta isla ofrece paisajes de una diversidad tal que le ha hecho ser merecedora desde 2002 del distintivo de Reserva de la Biosfera otorgado por la Unesco.
Texto y fotos: José María de Pablo
Hay mil maneras de disfrutar de de su naturaleza volcánica, pero todas ellas precisan de un vehículo con el que superar el desnivel de 2.426 metros que separan el nivel del mar del Roque de los Muchachos, la cima de la isla, un lugar bellísimo colocado encima de un mar de nubes en el que las más prestigiosas instituciones científicos del mundo han instalados observatorios astronómicos, herramientas de precisión con los que alcanzar los secretos del universo.
Junto a Hawaii y el desierto chileno de Atacama, La Palma, territorio libre de contaminación lumínica y polución, es uno de los lugares del planeta perfectos para observar los cielos. En 1985 el Roque fue elegido para construir el GTC, telescopio del Observatorio del Instituto Astrofísico de Canarias, al que luego siguieron otros 11 más.
Entre el Roque de los Muchachos y Santa Cruz de La Palma hay apenas 45 kilómetros pero toma por lo menos una hora y 20 minutos llegar de uno a otro lugar a través de la carretera LP-4. Después de atravesar bosques de pino canario y, tras superar el mar de nubes habitual hasta los 1.500 metros, se alcanza un paisaje semilunar azotado por un sol inmisericorde cuyos rayos no encuentra más obstáculos que las rocas y la silueta de quienes se aventuran a subir hasta ahí.
El Roque de los Muchachos es una de las paredes que cierran por el norte la Caldera de Taburiente, un paisaje de gran valor que forma desde 1954 parte del selecto club de Parques Nacionales españoles. Este circo natural de 8 km de diámetro, 20 de circunferencia y un desnivel de cerca de 2.000 metros es el resultado de erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra y la erosión del agua a lo largo de miles de años.
Para abandonar el Roque de los Muchachos, si el tiempo es benigno, es mejor tomar la llamada Carretera de las Mimbrera, oficialmente LP-109, en dirección a Barlovento. Esta preciosa y estrecha vía de montaña flanqueada de monteverde (laurisilva y fayal-brezal) cuenta con varios miradores en los que admirar el paisaje.
Ya en la costa, en Puerto Espíndola, se puede visitar Destilerías Aldea, uno de los pocos ingenios de ron que quedan en La Palma. La familia propietaria conserva los alambiques originales y ofrece una degustación de sus mejores productos en su tienda, encaramada a un risco con vistas a una agreste playa de arena negra y a un charco (piscina construida a la orilla del mar) donde se puede tomar un refrescante baño de agua salada.
Antes de llegar a Santa Cruz de la Palma hay que parar en San Andrés, con un centro histórico de interés rodeado de plataneras que ascienden por los barrancos hasta El Cubo de la Galga, un bosque de laurisilva de alto valor ecológico en el que se han habilitado senderos para disfrutar de ellos a pie.
La Caldera de Taburiente
Para acceder al interior de la Caldera con el coche desde el Roque casi hay que dar la vuelta entera a la isla, ya que solo existen dos accesos por carretera y se encuentran en la cara sur.
La Caldera cuenta con un puñado de senderos señalizados por los que poder explorar caminando el parque. En el mirador de la Cumbrecita, donde hay una oficina de información del Parque Nacional, empiezan algunos de los senderos más populares. Es el caso del que pasa por los miradores de Los Roques y de las Chozas, que transcurren por las paredes de la caldera a la sombra de los esbeltos pinos canarios.
El doble aislamiento ha dado lugar a endemismos como este pino, adaptado a las características volcánicas de La Palma, un ser capaz de sobrevivir al fuego incluso cuando presenta su corteza totalmente calcinada.
Uno de los ejemplares más magníficos de esta especie se encuentra junto a la ermita de la Virgen del Pino, construida a la vera de la conífera donde, según la tradición, los castellanos encontraron una talla de la Virgen mientras hacían la guerra contra los benahoaritas, indígenas bereberes moradores originales de la isla.
Una carretera de montaña permite acceder con el coche hasta el mirador de Los Brecitos subiendo por el Barranco de las Angustias, la salida natural de los múltiples arroyos que nacen en la caldera y que descienden hacia el océano formando cascadas que llegan a alcanzar los 150 metros.
Ruta volcánica
La última erupción volcánica ocurrida en superficie en España tuvo lugar en 1971, cuando el Teneguía escupió lava y ceniza durante casi un mes. Resultado de esta actividad y otras muchas anteriores, el sur de La Palma presenta un aspecto totalmente diferente al del resto de la isla. Los impresionantes paisajes volcánicos empiezan en el Parque Natural de Cumbre Vieja, un volcán tan admirado como temido desde el que empieza la Ruta de los Volcanes, un sendero que desciende hasta las salinas de Fuencaliente pasando por el volcán San Antonio.
Además de por una fantástica flor de sal producida por la tercera generación de la familia propietaria de la salina, Fuencaliente es conocido por la calidad de sus vinos, un cultivo propicio en estas tierras áridas y volcánicas que forman una de las subzonas de la D.O vinos de La Palma.
Malvasía, sabro, bujariego, gual, albillo, negramoll, listán prieto y listán blanco son las variedades que se llevan cultivando en la zona desde hace 300 años y con las que se hacen unos vinos de calidad reconocida.
La última erupción en Cumbre Vieja sepultó las aguas curativas de la Fuente Santa, cuyas propiedades para la piel eran valoradas desde que el primer humano se instaló aquí. Los estudiosos han localizado recientemente la ubicación exacta de la fuente y en breve, una vez se haya definido el proyecto y habilitado el acceso, será posible disfrutar de sus beneficios de las mejores aguas termales del Océano Atlántico.
La capital
Santa Cruz de la Palma, centro comercial y administrativo de la isla, es un pequeña ciudad cuyo puerto tuvo junto a Sevilla y Amberes, la exclusividad del comercio entre Europa y América durante el siglo XVI. Protagonistas de esta época, hombres de negocios de Castilla, Portugal, Flandes o Génova se instalaron en La Palma dejando impronta de su legado en el tejido urbano de una ciudad que conserva muchos de los bellos edificios de arquitectura colonial canaria construidos por esta pionera burguesía.
Dos de estos prohombres fueron O’Daly y Anselmo Pérez de Brito, que dan nombre a la principal calle de la capital palmera, popularmente conocida como Calle Real. El mérito de estos dos comerciantes del siglo XVIII fue hacer de Santa Cruz la primera ciudad española que eligió a los miembros del consistorio mediante sufragio universal.
Entre otros atractivos del centro histórico destaca el mural de azulejos valencianos de estilo art decó que anuncia el Nitrato de Chile, un fertilizante muy popular hacia 1929.
Mucho más antigua es la Casa Salazar, actualmente usada como casa de la cultura del Cabildo Insular, y brinda el mejor escenario para trasladarse con la mente a la época dorada en la que muchos emprendedores hicieron fortuna, primero, con caña de azúcar, y más tarde con el comercio transatlántico con Cuba.
GUÍA DE VIAJE
CÓMO IR
Iberia Express, calificada como la Low Cost más puntual del mundo por tercera vez consecutiva, vuela a diario desde Madrid a La Palma. Desde 59 € por trayecto. Más información y reservas en www.iberiaexpress.com
DÓNDE DORMIR
H10 Taburiente Playa. En la playa Los Cancajos, cerca del centro de Santa Cruz. Habitaciones grandes y con vistas a la piscina y al mar. En su interior esconde la réplica de una casa canaria y un bosque de laurisilva. Doble desde 117 €.
El Remanente Molino de Agua. Un antiguo molino de agua del siglo XVIII cerca de ermita de la Virgen de las Nieves transformado en dos apartamentos. Desde 48 € la noche.
DÓNDE COMER
Restaurante El Canal. En Los Sauces, al noroeste. Cocina de mercado con la mejor materia prima, grandes raciones y buen precio.
El Jardín de la Sal. La cocina de vanguardia de este restaurante temático en la salina de Fuencaliente lleva la firma del chef Carlos Rodríguez.
Chipi Chipi Restaurante. Diseñado por el artista local Luis Morera en los años 80, ofrece gastronomía tradicional palmera.
VISITAS Y ACTIVIDADES
Avistamiento de cetáceos y buceo. La Palma Buceo y Fancy ofrecen excursiones por el océano desde el puerto de Tazacorte.
Reserva Starlight. Para profundizar más en los secretos de la galaxia nada mejor que unirse a un tour nocturnos guiado por un astrofísico.
La Bodega Matías i Torres, gestionada por Vicky Torres, quinta generación de una familia de viticultores, trabaja en “vinos circunstanciales”, únicos e irrepetibles comercializados en ediciones limitadas. Desde la bodega se ve la silueta del Teide.
MÁS INFORMACIÓN
Página oficial de Turismo de La Palma. www.visitlapalma.es