Una impresionante exposición de automóviles y motocicletas muestra los vehículos más emblemáticos destinados al servicio de la Casa Real a través de su historia. Pero no menos importante es su conservación, donde se encuentra la clave del estado actual de todos ellos.
Texto y fotos: ALBERTO FERRERAS
Vídeo: ALBERTO FERRERAS Y VIRGINIA CARRASCO
A poco más de ocho kilómetros del centro de Madrid se encuentra una de las colecciones de vehículos históricos más importantes de Europa. En el interior de una nave situada en la discreta población de El Pardo, y tras una gran puerta de acero se alinean, impolutas, algunas de las joyas de la automoción más envidiadas por cualquier coleccionista. Sin embargo, ninguna de ellas podrá cambiar de dueño.
Su propietario, el Estado español, es el encargado de custodiar y mantener estos vehículos con total esmero y dedicación dentro de la denominada, oficialmente desde 1999, Sala Histórica de la Guardia Real. Pese a que es comúnmente conocida por los automóviles que contiene, su creación parte del interés por dar a conocer la historia y tradiciones de la Guardia Real, por lo que sus fondos albergan otros muchos objetos, aunque en su mayoría ajenos al mundo automovilístico.
Desde 2008, la totalidad del contenido se expone en un nuevo edificio, perteneciente al ´Cuartel de El Rey’, expresamente creado para tal fin, donde gran parte de sus fondos ligeros y pesados se pueden visitar en las dos plantas de las que consta la nave, según explica el cabo 1º Luis Miguel Sánchez, destinado en la Sala Histórica y una de las personas que mejor conoce la exposición.
En la superior se encuentra la colección de uniformes, armas, cuadros y diversos objetos de las diferentes guardias reales, guardias presidenciales u otros cuerpos que han protegido a nuestros reyes o jefes del estado, desde 1504, hasta la actualidad. En la planta inferior se muestra la colección más conocida, la de los vehículos, que guarda auténticas piezas únicas a nivel mundial. De ahí que, por su indiscutible interés histórico, de su custodia se encargue la Guardia Real y Patrimonio Nacional, organismos oficiales encargados de su perfecta preservación para que puedan ser contemplados por futuras generaciones.
Entre sus fondos se encuentra el vehículo más antiguo de los exhibidos, un camión Ford 817 T con motor Ford V8 del año 1938 al que se instaló en la parte trasera de su chásis un vagón de tren para que sirviera de despacho-dormitorio de Franco durante la Guerra Civil Española, pasando por el Mercedes-Benz 770 Pullman Limousine, el Cadillac blindado y descapotable del año 1948, así como los Rolls-Royce que desde el año 1952 se vienen utilizando para los actos de representación.
De entre ellos destaca el modelo Phantom IV que utilizaron el día de su proclamación tanto S.M. el Rey Juan Carlos I como el actual Rey Felipe VI. Con motivo de su boda, celebrada en 2004, fue cuando a este vehículo descapotable se le instaló un complejo sistema de blindaje y acondicionamiento interior, que fue retirado en fechas posteriores para dejarlo en su estado original.
A estos automóviles pertenecientes a la exposición, se suman otros vehículos de representación de fabricación norteamericana, británica y alemana, y una muestra de motocicletas entre las que destacan, entre otras, las Harley-Davidson del año 1963 o las BMW del servicio diario.
La joya más codiciada
Sin duda, uno de los mayores atractivos del museo y quizás el más buscado por los visitantes es el impresionante Mercedes 540 G4 de seis ruedas, modelo de 1939. Según documentos procedentes del Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Patrimonio Nacional, el 540 llegó a España a finales de noviembre de 1942 como obsequio personal de Adolf Hitler a Francisco Franco por su 50 cumpleaños.
El expuesto es una de las 57 unidades construidas en la década de los treinta concebidas como transporte militar, aunque la mayoría fueron utilizadas por los líderes del Tercer Reich. Sin embargo, entre 1938 y 1939 se fabricaron cinco unidades equipadas con un motor de 8 cilindros en línea, 5.401cc, 100 caballos y una velocidad máxima de 67 km/h. Todo ello se completaba con algunos ligeros toques en la carrocería, haciendo el conjunto más atractivo y estilizado que el resto de la serie. Uno de estos modelos es el que se encuentra en El Pardo.
De los otros cuatro se sabe que uno, perteneciente a Mussolini, se perdió durante la guerra; un segundo se encuentra en poder de un restaurador de vehículos francés; el tercero, en muy mal estado de conservación, pertenece a una empresa norteamericana dedicada al cine, y el cuarto se halla despiezado en algún lugar de Alemania. Por lo tanto, el coche custodiado por la Guardia Real y propiedad de Patrimonio Nacional, desde 1990, es el único Mercedes blindado 540 G4 1939 intacto que existe.
La Unidad de Mantenimiento
La parte menos visible pero no por ello menos importante de la colección es la Unidad de Mantenimiento de la Guardia Real, ubicada en los cuarteles ‘La Reina y Príncipe de Asturias’, a cuyo mando se encuentra el comandante Vicente Mateos. La Unidad la componen en la actualidad 10 secciones (mecánica, chapa, pintura, electricidad, guarnicionería, reparación, entre otros), una sección de almacén y la zona administrativa -la parte de plana mayor- una oficina técnica y una oficina de control, a través de la que se canaliza el trabajo en general. Prácticamente todo se repara o, en caso de necesidad, se reproduce en la Unidad, salvo las piezas exclusivas de cada modelo, que se piden al fabricante, o los neumáticos con banda blanca, que se importan de Estados Unidos.
El parque móvil lo componen aproximadamente 440 vehículos y 55 personas, entre militares (40) y civiles (10 de automóviles y 5 de motos). Supervisado por el Subteniente Santos, jefe de la sección de vehículos ligeros de la Unidad, el personal allí destinado es el encargado de que los vehículos, tanto de los destinados al servicio diario u oficial como de los pertenecientes a la colección, permanezcan en perfecto orden de marcha. De ahí que se destaque la importancia de esta muestra, ya que se trata de uno de los pocos ejemplos de museo ‘rodante y vivo’ que existen en el mundo.
El Rolls-Royce Phantom IV ET-42926-O
El posiblemente más exclusivo de los Rolls-Royce, el modelo Phantom IV, fue destinado tan solo a miembros de casas reales, o bien de jefes de Estado, sin excepción. Asignado en exclusiva para prestar servicio a Su Majestad El Rey Felipe VI, el matriculado como ET-42926-O es uno de los 17 ejemplares que existen en el mundo, y uno de los cuatro Phantom IV que se encuentran en España (tres pertenecen al Estado y un cuarto forma parte de la extensa Colección de Miguel de la Vía).
Durante la realización de este reportaje, el ET-42926-O se estaba terminando de montar, después de haber sido restaurado exteriormente durante seis semanas por un equipo de cuatro personas. Según el brigada Almodóvar, jefe del taller de chapa y pintura de la Unidad, el automóvil tenía pequeñas imperfecciones de pintura por el paso del tiempo, así como grietas y fisuras.
Por ello, hubo que acometer una reparación integral de todo el vehículo, extrayendo los cromados, excepto en las zonas donde requeriría desmontar blindajes y guarnecidos. Se soldaron las piezas defectuosas, salvo aquellas que combinaban madera con aluminio (material empleado en la fabricación de la carrocería), en las que se ha empleado pegamento de dos componentes. El problema con la pintura es el haber pasado de una pintura monocapa a unas nuevas al agua, más respetuosas con el medio ambiente, además de aplicar la laca para dar brillo y protección a toda la carrocería.
Otro de los retos fue el matizar las finas líneas de color claro que luce el Phantom IV en la parte superior e inferior de las molduras de las puertas. Son líneas trazadas a mano, que se trabajan antes de lacar, lo que hace que estos detalles sean más delicados a la hora de finalizar el conjunto.
Durante el proceso de revisión final, en el caso de que se encuentren defectos (por ejemplo pequeñas burbujas), se evalúa la solución, bien puliendo la zona o volviendo a lijar y a pintar. El resultado tiene que ser siempre absolutamente impecable.
Para visitar la Sala histórica de la Guardia Real se tiene que hacer una reserva de forma gratuita mediante:
Correo electrónico: salahistoricaguardiareal@oc.mde.es o por Teléfono: 91 731 71 78
VISITA GUIADA
DIARIO
Todos los miércoles a las 12.00h (excepto festivos y meses de julio y agosto).
SÁBADOS (imprescindible reserva previa)
Los sábados a las 12.00h que se indican para el año 2017 : 16 septiembre, 7 octubre, 4 noviembre y 2 diciembre.
Se podrá cambiar la fecha o cerrar por necesidades del servicio, recomendamos confirmación telefónica o por correo electrónico.
Grupos (hasta agotar el aforo)
Deberán solicitar la visita mediante el impreso adjunto (descargas), remitiéndolo a la dirección arriba indicada para garantizarse el acceso. Más información