Los amantes del esquí podrán disfrutar de un hotel cinco estrellas Gran Lujo en Baqueira Beret, uno de los complejos esquiables más grandes de Los Pirineos.
Texto: JAVIER VARELA
Con la llegada del invierno, los amantes del esquí empiezan a desempolvar los esquíes, las botas y todo lo necesario para disfrutar de su deporte favorito. Aunque la apertura de las estaciones de esquí depende de las condiciones climatológicas, siempre es importante reservar con tiempo para no quedarte sin alojamiento. Y uno de los más exclusivos de nuestra geografía está en Baqueira Beret, uno de los complejos esquiables más grandes de Los Pirineos, dividido en tres sectores (Bonaigua, Baqueira y Beret), y que todo el Valle de Arán aloja valles y lagos de gran belleza, que (esquíes o no) se te harán adictivos.
Con una ubicación privilegiada dentro de la estación de esquí, a 1.500 metro de altura y a solo 50 metros del telecabina, el Hotel Val de Neu tiene el honor de ser el único cinco estrellas Gran Lujo de Baqueira. El edificio es acogedor desde el primer vistazo gracias a la pizarra y la madera que le permiten integrarse a la perfección en el encanto del entorno natural en el que se encuentra. La estética montañera se mantiene en su interior, donde el arquitecto Jesús Filloy ha sido el encargado de cuidar hasta el último detalle con un guiño al pasado, pero con un aire vanguardista. Cada planta es diferente y nada desentona con el único objetivo de convertir la estancia en un lugar perfecto para disfrutar de la nieve y guarecerse de ella.
El toque de distinción de este alojamiento también se percibe en la atención al huésped. Ofrece servicios exclusivos como el guardaesquíes o el Butler Service, en el que los empleados del hotel calientan y miman las botas de los esquiadores antes de salir a pista, así como el transporte del material y excursiones en moto de nieve. Si puedes permitirse la estancia en una de sus suite, el hotel ofrece un Audi de alta gama para recorrer el Valle de Arán libremente y sin coste adicional.
Habitaciones para no salir de ellas
Uno de los momentos más agradables en un hotel de alta montaña es cuando nos metemos en la cama. Las habitaciones del hotel están decoradas con materiales nobles en madera, cristal, piedra de río y mármoles nacarados, o rústica, decorada a partir de pizarras, pieles de rebeco y pétalos de las flores del Valle de Arán que les dan una combinación de confort, diseño y funcionalidad irresistible. Las cuatro suites Neu Real cuentan con una decoración especial con diamantes Swaroski y espectaculares vistas a la montaña.
Las estancias van desde los 25 metros cuadrados a los 100 (Neu Classic, Neu Superior, Neu Junior Suite, Neu Suite, Neu Real y Neu Superior Familiar) y todas ellas ofrecen atenciones y regalos de bienvenida como el agradable licor del valle de Arán, un ‘Welcome drink’, albornoz y zapatillas en todas las habitaciones, wifi gratuito, una alta gama en las aménitis (jabones, lociones, cremas…), chocolate con churros para merendar y entrar en calor tras una jornada de esquí, y una carta de almohadas. Además, las suites reales tienen 100 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas, donde se incluyen salón, dos baños y dos habitaciones. Como toque de distinción, las suites cuentan con servicio de bar gratuito, apertura de maleta y colocación de equipaje y lavado de coche. Imposible resistirse.
Restaurantes temáticos y spa
La oferta gastronómica del Hotel Val de Neu no desentona con el resto. Hasta cinco restaurantes para todos los gustos, en los que disfrutar de la gastronomía en toda su extensión. El Bosque es un restaurante que ofrece una carta basada en productos de mercado, mientras que La Fondue dispone de un menú de montaña con raclettes y carnes a la piedra. La cocina de snack y platos del Valle de Arán se encuentra en el restaurante El Bistró, mientras que los amantes de la cocina italiana tiene parada obligatoria en La Nonna. Y los más pequeños podrán disfrutar en el restaurante infantil, con animadora. Por la noche, es imprescindible pasarse por la zona chill out, de estilo suizo con terraza. Un lujo con unas vistas de ensueño.
¿Y qué mejor que relajarse de una jornada de esquí que hacerlo en un spa? El lugar perfecto es el spa Sensaciones, el único con productos Sisley de toda España, y en el que disfrutar de un circuito termal que cuenta con un jacuzzi exterior desde el que relajarse contemplando el Valle de Ruda. Para los que todavía tengan fuerzas, pueden pasarlo bien en la piscina lúdica con camas de agua, los chorros subacuáticos y los cervicales, la poza de agua fría y las tumbonas calientes lo harán. Además, dispone de gimnasio y en el lado contrario del hotel y de las apetencias de los huéspedes está el ‘smokers club’, el espacio reservado para los fumadores.
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