La morfología de las ciudades y el aumento de la población obliga a reestructurar la forma de desplazamiento privado que impera hasta ahora.
Texto: EDURNE MARTÍNEZ
Por lo general, ‘transporte del futuro’ se asocia a coches voladores y platillos volantes. Nada más lejos de la realidad, el transporte del futuro debe pasar necesariamente por la sostenibilidad y el aprovechamiento de recursos. Vehículos eléctricos, de bajo consumo, conectados y con una visión más de compartir que de posesión particular.
El aumento de la población en las grandes ciudades, la morfología de las urbes y la dependencia del vehículo privado son algunas de las razones por las que el futuro del transporte debe pasar por recuestionar el actual modelo de desplazamientos. La contaminación atmosférica es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) uno de los principales males a los que se enfrenta la población, siendo el factor transportes el mayor causante por el uso de energías fósiles como el petróleo.
Con el objetivo de impulsar esta nueva filosofía, el Ministerio de Medio Ambiente celebró durante el mes de septiembre la Semana Europea de la Movilidad (SEM) bajo el lema “Compartir te lleva más lejos”. Se trata de una campaña dirigida a sensibilizar tanto a los responsables políticos como a los ciudadanos sobre las consecuencias negativas que tiene el uso irracional del coche en la ciudad para la salud pública y el medio ambiente, y los beneficios del uso del transporte público, la bicicleta y los viajes a pie. Esta iniciativa, que se celebra cada año, surgió en Europa en 1999 y a partir del 2000 contó con el apoyo de la Comisión Europea. La comisaria europea de Transporte, Violeta Bulc, estableció cuatro áreas prioritarias: innovación, digitalización, descarbonización y ciudadanía.
Por nuestra parte, España lidera la participación en la SEM desde hace años. En 2016, de las 2.447 ciudades europeas participantes, 451 eran españolas, con más de 7.000 medidas presentadas en favor de la sostenibilidad del transporte.
La movilidad, siempre en marcha
La realidad es que los coches híbridos y eléctricos se están convirtiendo en una opción cada vez más tenida en cuenta por los españoles. Según los últimos datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), las matriculaciones de vehículos híbridos y eléctricos alcanzaron casi las 46.000 unidades al cierre del tercer trimestre, lo que supuso un crecimiento del 82,8% con respecto al mismo periodo del año anterior. En el mes de septiembre, el alza fue del 74,9%, con un total de 5.160 matriculaciones, lo que ha supuesto que este tipo de vehículos alcance una cuota del 5,1% sobre el mercado total. En concreto, se vendieron 958 vehículos eléctricos en septiembre, un 180,1% más que en el mismo mes de 2016, de los que casi el 90% fueron turismos.
Asimismo, los coches autónomos tardarán más en implantarse por la gran cantidad de pruebas que tienen que realizarse, pero la tecnología ya existe. Y la posibilidad de no conducir mientras se viaja abre un nuevo mundo de posibilidades a los fabricantes con la integración de redes sociales y programas de entretenimiento al volante en una conectividad máxima entre conductor y vehículo. La industria del automóvil y el sector del transporte han evolucionado mucho en los últimos 10 años, “pero también en los últimos 100”, tal y como incidió Florent Menegaux, director general ejecutivo de Michelin durante el congreso Movin’On organizado por la compañía en Montreal (Canadá).
La movilidad es un sector que no para de avanzar siempre impulsado por la tecnología. Desde que en 1885 se creara el primer vehículo por motor de combustión interna con gasolina, hasta los eléctricos y autónomos de hoy en día solo han pasado 132 años. En el próximo siglo se vivirá una revolución similar, basada -según los expertos- en el cuidado del medio ambiente y la conectividad. Florent Menegaux, director ejecutivo de Michelin, explica que el cliente “solo va a pagar por lo que necesite”, por lo que es necesario conocer bien al cliente y adelantarse a la demanda.
«La movilidad sostenible no es una opción, es el futuro»
En ese contexto, la apuesta de cada agente de la industria del automóvil es diferente. Grandes fabricantes como BMW apuestan por el coche compartido y eléctrico. “La movilidad sostenible no es una opción, es el futuro”, afirmó Andreas Klugescheid, experto de la compañía, durante una de las ponencias del congreso. Señaló que en BMW ya cuentan con 85.000 usuarios de su servicio de ‘carsharing’ en once ciudades del mundo y con 5.000 coches de flota. “Los usuarios no quieren tener coche propio pero necesitan una mayor movilidad, sabemos que los vehículos autónomos harán que el transporte sea más barato para ellos”, reflexionó.
Su compañera de ponencia, Katherine Fjendbo, explicó que la mayoría de los coches en Europa tienen más de 10 años y están aparcados 23 horas al día de media, por lo que “hay que intentar que la gente no se compre un primer coche”. “Es necesario cambiar la idea de competición entre los distintos medios de transporte público en las ciudades”. Por ello en BMW trabajan en un programa conjunto de ‘carsharing’, autobuses y trenes en ciudades como Hamburgo y Copenhague.
Medidas alternativas
Para implantar todas estas medidas es necesario la implantación de una mesa de dialogo con la participación de todos los actores implicados del sector. El RACE recalca la necesidad de establecer nuevas medidas efectivas que ofrezcan alternativas reales de movilidad a los conductores. Algunas de las opciones alternativas que ofrece el Club de Automovilistas son:
-Estimular el rejuvenecimiento del parque de automóviles. Activar medidas como el Plan Pive contribuiría a tener ciudades más saludables que no superen los niveles máximos de contaminación.
-Fomentar los vehículos híbridos y eléctricos. 26 de cada 100 conductores de Madrid se han planteado comprar un coche eléctrico, según el estudio DUCIT, pero han reclinado por su precio elevado, la escasa autonomía y la dificultad de recargar la batería.
-Mayor fomento del transporte público. Instalar más paradas, bajar el precio, más paradas y rutas… Fomentar su uso a través de estímulos y no de prohibiciones.
-Crear más parking disuasorios. Actualmente no hay suficiente capacidad para que todos los que se desplazan en coche al centro de las ciudades lo hagan en transporte público y dejen su coche aparcado en las afueras.
-Mayor implicación de las grandes empresas. Solo el 11% de los conductores dispone en su empresa de algún plan que haga referencia a la movilidad sostenible, según cifras del estudio DUCIT. Una posibilidad sería disponer de flotas eléctricas de uso compartido para los empleados durante la jornada laboral, incentivadas con ayudas municipales.