Los fallecidos por accidentes de tráfico en nuestro país han ido reduciéndose desde finales de los años 90 hasta nuestros días en más de un 70%, si bien en los dos últimos años hemos experimentado un ligero incremento. El trabajo que se ha hecho año tras año con campañas de concienciación, formación y educación desde diferentes ámbitos ha permitido ir registrando estos buenos resultados. Administración, asociaciones, empresas, medios de comunicación y fabricantes han puesto su granito de arena para reducir estas cifras.
Pero por desgracia, y desde hace poco tiempo, estamos sufriendo un incremento de la siniestralidad en el entorno laboral.
En 2017 se registraron más de 18.000 accidentes de tráfico durante la jornada laboral, lo que supone un incremento de más del 9% sobre los casos registrados en el mismo periodo del año anterior. Además, se produjeron casi 50.000 accidentes de tráfico in itinere, que representan un 62% del total de accidentes en este tipo de desplazamientos, aquellos que se producen yendo y viniendo del trabajo. En comparación con el mismo periodo del año anterior, se ha producido un aumento de más del 5% en este tipo de accidentes.
Nace la Responsabilidad Vial Corporativa (RVC)
Ante estos datos, ¿están las empresas y las administraciones llevando a cabo acciones para formar a sus empleados y prevenir estos accidentes? ¿Está la seguridad vial entre los planes de las empresas?
El RACE, en su papel de defensor de los automovilistas y dentro de su línea de liderazgo en pro de la seguridad vial, ha lanzado el concepto Responsabilidad Vial Corporativa, una batería de acciones enfocadas a los departamentos de Recursos Humanos de las empresas para que éstas gocen de soluciones aplicables a sus trabajadores en materia de seguridad en los desplazamientos y una bajada de los motivos que acaban provocando accidentes de tráfico.
Así, La Responsabilidad Vial Corporativa (RVC) se ha convertido en una nueva fórmula de inversión por parte de las empresas. Y es una inversión, en primer lugar porque todo lo que sea evitar lesionados en accidentes, por no hablar de reducir la cifra de personas fallecidas, es ya de por sí una gran labor social; además, reducir el coste económico de las bajas provocadas por accidentes in itinere y en misión puede suponer un alivio para la empresa que apueste de forma decidida por la RVC.
Si bien la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una práctica ya instaurada del Buen Gobierno, y que la mayoría de las empresas tienen definida dentro de su organigrama, ¿no sería bueno crear una unidad dentro de la dirección de Recursos Humanos destinada a la Responsabilidad Vial Corporativa?
Empresas que han apostado por invertir en la formación, educación y concienciación de sus empleados en seguridad vial han visto reducida su cifra de siniestralidad de una forma importante.
Invertir en la formación de los empleados es un hecho claramente positivo para la evolución de la plantilla. Pero además, es una formación aplicable tanto en el terreno personal como profesional y contribuye, evidentemente, a tratar de cumplir con los objetivos de la Década marcados por la ONU, de recudir a la mitad las cifras de fallecidos por accidente de tráfico en 2021.