Lydia Valentín lo ha ganado todo en la halterofilia. Campeona olímpica, vigente campeona del mundo y de Europa, esta leonesa es toda una referencia en el deporte español y habla con Autoclub RACE.
TEXTO: JAVIER VARELA
Lydia Valentín lo ha ganado todo en la halterofilia. Campeona olímpica, vigente campeona del mundo y de Europa, esta leonesa es toda una referencia en el deporte español. Su próximo objetivo será el Mundial que se disputa en Ashgabat (Turkmenistán) y aunque el título es su principal meta, «más que cualquier medalla, lo más importante es poder dormir y tener la conciencia tranquila». Lo dice porque su deporte está maltratado por el dopaje, el mismo que le privó de disfrutar de título olímpico en Londres 2012: «Es injusto y he sentido rabia e impotencia, pero gracias a Dios luego se conoce al verdadero campeón».
Tras esa imagen de ‘tipa dura’ con la que nadie querría discutir, se esconde una chica divertida como demuestra con el gesto del ‘corazón’ cada vez que realiza un movimiento, amiga de sus amigos y con las ideas claras. Una deportista que sólo entiende el deporte y la vida ganando, pero en buena lid: «Cuando una persona se dopa deja de ser deportista y lo que hace deja de ser deporte».
Que usted es una deportista diferente salta a la vista, pero ¿cómo le dio por levantar pesas?
Comencé con once años y de casualidad. En mi club de Camponaraya se practicaban varios deportes y entre ellos estaba halterofilia, y el entrenador se fijó en mí. Yo practicaba otros deportes, pero vio en mí un potencial y una actitud competidora y física y me lo propuso. Desde el primer momento me gustó mucho y hasta ahora.
Los que la conocen dicen de usted que es muy autoexigente. ¿Eso viene de serie o se trabaja?
Creo que es algo innato y que forma parte de mí desde pequeña. Siempre me ha gustado hacer las cosas bien y con el paso del tiempo más. Cuando eres deportista de alto rendimiento sabes que cuanto mejor hagas las cosas mejor te irá y buscas una exigencia máxima. En la vida te lo tienes que creer. Si no crees que eres capaz, no lo vas a ser nunca, aunque tengas talento, físico y ganas. Cuando dejas de creer, todo ha terminado. Sin ese afán de rozar la excelencia, no consigues nada.
«Siempre he dicho cuando una persona se dopa deja de ser deportista y lo que hace deja de ser deporte»
El gesto del corazón ya es como el mordisco de Nadal. Marca España.
No lo sé (risas). Es una manera de celebrar cada movimiento y un guiño a la gente que se preocupa por mí, que me manda ánimos… Si lo consideran Marca España, perfecto. No me importaría, al contrario, que el corazón sea Marca España, sea Lydia Valentín, sea halterofilia y promocione el deporte y a mí sería lo mejor. Es una combinación perfecta.
Su deporte se ha visto salpicado por el dopaje y usted siempre ha sido muy dura con las tramposas.
Claro. Es que como siempre he dicho cuando una persona se dopa deja de ser deportista y lo que hace deja de ser deporte.
¿Ha llegado a sentir odio hacia esas tramposas?
No, para nada. Allá cada uno. Sí es cierto que gracias a Dios luego se conoce al verdadero campeón. Es injusto y he sentido rabia e impotencia, pero allá cada uno. Mi energía la canalizo para mejorar mis entrenamientos, mis marcas, mi rendimiento y no para sentir odio por personas que han tenido que pagar por ello.
Pero reconocerá que le privaron de disfrutar de varios podios que había ganado de forma limpia
Si claro. Soy consciente de ello. No es lo mismo recibirlo in situ, celebrarlo, subir al podio, con la gente, llorar de alegría, volver a tu país como campeona o subcampeona olímpica, abrir los telediarios, salir en las portadas de los periódicos, que te llamen muchos sponsors… Claro que no es lo mismo que sea 10 años más tarde. Pero siento que todo eso se ha quedado por el camino y prefiero mirar el lado positivo y seguir caminando. Ahora sé que esas medallas son mías, que puedo dormir tranquila porque nadie va a venir a pedírmelas. Soy campeona y subcampeona olímpica en Pekín y en Londres y tengo que seguir con el trabajo bien hecho, como hasta ahora. Más que cualquier medalla, lo más importante es poder dormir y tener la conciencia tranquila.
¿Y qué se siente cuando se está ahí arriba?
Es lo máximo. Es una emoción indescriptible. Ha valido la pena tantos años, tantos esfuerzos, tantas denuncias… porque muchas veces haces mucho trabajo y no se ve reflejado. Es un subidón increíble saber que eres la mejor.
Que en cada competición se cuente con su medalla de oro… ¿Genera más presión?
No me siento presionada porque esto es deporte y en el deporte uno más uno nunca son dos. Todos los días hago mi trabajo, entreno para ser la mejor, para superarme a mí misma y en la competición doy lo máximo y cuando das lo máximo los resultados son una consecuencia del trabajo que has hecho, pero nunca voy pensando en qué tipo de medalla. Lo que pienso es en darlo todo y si no he podido dar más, me voy satisfecha. La consecuencia de ese trabajo son las medallas y si son de oro mucho mejor.
Usted ha llegado a levantar 258 kilos.
En halterofilia hay dos movimientos olímpicos que son arrancada y el dos tiempos y esa cifra es un total olímpico, que es la suma de ambos movimientos. Mi máximo en arrancada es 124 y en el dos tiempos son 150 y la suma de los dos es el total olímpico.
¿Un kilo más? Ya sólo el hecho de volver a repetir tu máximo es ‘heavy’, imagínate un kilo más… Es un kilo al límite.
¿Tanto cuesta subir un kilo más?
Ya sólo el hecho de volver a repetir tu máximo es ‘heavy’, imagínate un kilo más… Es un kilo al límite. Es un solo paso, pero imagínate que te ponen un lastre y quieres mover la pierna. Es sólo un paso, pero es muy complicado. Cuando vas al máximo, necesitas una técnica, una concentración mental, un entrenamiento ideal para que llegues en las mejores condiciones. En una competición y en la preparación influyen muchas cosas como subidas y bajadas de peso, lesiones… Volver a hacer esa preparación después de alcanzar un nuevo tope es verdaderamente complicado, porque intentas mejorar, pero cuando estás con tus máximos es realmente complicado.
Y eso se consigue con mucho entrenamiento. ¿Cómo es el suyo?
Depende de si estamos o no en periodo competitivo. Además del físico es muy importante pulir la técnica hasta que sea perfecta. Luego también es clave el descanso, la alimentación, el tratamiento, la recuperación…
Campeona de Europa, campeona del mundo, campeona olímpica… ¿Y a partir de ahora qué?
Mi objetivo a largo plazo son Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y a corto plazo, los Mundiales que se celebran en noviembre en Ashgabat (Turkmenistán) y los Europeos.
Y cómo se consigue mantener la motivación.
Es cierto que una vez que lo has conseguido todo es mucho más complicado, pero al final lo que has conseguido está ahí. Una vez conseguido el objetivo, tienes que volver a conseguir nuevas cosas totalmente diferentes. Lo que has conseguido es pasado y si eres competidora y te gusta entrenar y competir cada competición es diferente y te vas marcando objetivos.
La halterofilia es un deporte poco mediático, pero usted parece haberlo puesto en el mapa.
En España es un deporte nuevo, sin mucha tradición y no es mediático. Gracias a os resultados que he obtenido la gente conoce un poco más este deporte.
Hablando de deportes, ¿lo suyo sólo es la halterofilia o practica alguno más?
Me gusta mucho el deporte, aunque sólo puede concentrarme en el mío y no pueda alternarlo con ningún otro. Me gusta verlo y seguir todo tipo de deporte, pero sobre todo el deporte olímpico.
Y cuando no está entre pesas, ¿qué otras le gusta hacer?
Es complicado porque siempre estoy entre pesas (risas). Cuando tengo un periodo de descanso me voy a mi tierra, a Ponferrada, que es donde están mi familia y mis amigos e intento desconectar con ellos y hacer lo que hace una persona normal.
Vamos que es una conductora con muchos kilómetros…
Me gusta mucho conducir. No tengo problemas por hacerme en un fin de semana 800 kilómetros.
Y eso que costó conseguir el carnet de conducir.
El teórico me lo saqué en 15 días porque me puse a piñón, pero el práctico me lo saqué a la cuarta.
Pero eso no significa nada…
Claro que no. Nunca en mi vida había cogido un coche y di muchas clases prácticas y me dejé un pastón en la autoescuela. Pero por cosas tontas como no hacer un doble stop o comerme un paso de cebra hice que me lo sacara a la cuarta.
¿Y qué es mejor, conductora o haltera?
¿Qué pregunta es esa? (risas) Si fuera mejor conductora ya me habría cambiado de deporte…. Soy buena conductora, no soy temeraria y bastante segura.
«No te l vas a creer, pero me compré un A3 cuando me saqué el carné y sigo con él. 15 años llevamos juntos»
Seguro que su primer coche no era parecido al que tiene ahora.
Te vas a reír pero es el mismo. Ahora estamos mirando para cambiarlo, pero me compré un A3 cuando me saqué el carné y sigo con él. 15 años llevamos juntos. También es verdad que no lo uso mucho porque voy a entrenar andado todos los días y lo uso sólo para ir por carretera.
Me han soplado que le gusta la Fórmula Uno.
Sí me gustan. He estado varias veces en la Fórmula Uno y he flipado con lo que se monta alrededor. El público que acude a las carreras es diferente al que ves en los Juegos Olímpicos. Intento seguir las carreras y lo que hacen los pilotos españoles, aunque no tengo mucha idea.