El Hotel del Juguete es el único de España cuya temática gira en torno al juguete y trata de ofrecer servicios que lo hacen singular tanto para los adultos como para los niños.
TEXTO: JAVIER VARELA
Si hay un hotel en el mundo en el que los niños son los protagonistas de la estancia ese es el Hotel del Juguete. Ubicado en Ibi, conocida como la ciudad del Juguete, está enclavado en el centro urbano de esta localidad alicantina que junto a las vecinas Onil y Castalla forman el conocido como ‘El Valle del Juguete’. El hotel, que no deja indiferente a nadie desde que se ve su fachada, se creó sobre los cimientos del conocido hostal El Laurel, que desde 1939 ha sido regentado por la familia Pérez Vicedo. La fundadora y directora del hotel, Dolores Pérez, el motivo principal por el que se eligió el juguete como protagonista del hotel fue para «hacer honor» a la principal industria de la comarca.
Se trata del primero de España cuya temática gira en torno al juguete y trata de ofrecer una serie de servicios que lo hacen singular y especialmente dirigido a los niños. La magia se convierte en realidad cuando se cruzan sus puertas y los huéspedes descubren una minidiscoteca, espectáculos de magia o divertidos photocall en el que los disfraces hacen las delicias de mayores y pequeños. Además, los empleados dan la primera sorpresa a los visitantes cuando junto con la llave de la habitación elegida, les entregan una caja de juguetes temáticos. Pero que nadie piense que es un hotel pensado sólo para niños porque cuenta con todas las comodidades propias de establecimiento de cuatro estrellas, pero con el añadido de una oferta única de 21 habitaciones exclusivas, tematizadas y llenas de los juguetes favoritos de los más pequeños de la casa… y de los más mayores.
Habitaciones para toda la familia
Las 21 habitaciones están pensadas para todas las edades, con una decoración alejada de convencionalismos y en las que los más pequeños podrán dormir en ‘camas gigantes’ mirando a sus personajes favoritos. Los niños pueden descansar en la habitación Barriguitas, Playmobil, Nenuco, Nancy, Lego, Justin y la Espada del valor, Superwings, Pin y Pon o Invizimals, en las que además de tener dulces sueños encontrarán todos los juguetes necesarios de su personaje favorito para tener una estancia inolvidable.
Pero no todo son juguetes tradicionales. De hecho, los más tecnológicos encontrarán su habitación, llamada Juegaterapia, especialmente ambientada en el mundo de los videojuegos. Incluso hay una habitación pensada en los bebés llamada Dulces Sueños, que ha sido diseñada pensando en ellos y cuenta con una decoración personalizada, juguetes de etapa preescolar, así como una cama de matrimonio y una cuna. Y si algo tiene el Hotel del Juguete es que no se olvida de los mayores y les permite volver a su infancia con una habitación llamada Regreso al pasado, en la que podrán dormir en una espectacular cama cuadrada de dos metros de largo y dos de ancho y jugar con esos juguetes con los que lo hicieron hace algunos años como el cubo Rubik, el parchís o el Comecocos. El Juguete Clásico y al Juguete de Hojalata, como tributo a los orígenes de la industria juguetera de la ciudad de Ibi, también tienen su habitación en este peculiar hotel.
Y si hablamos de juguetes no pueden faltar los tres protagonistas de las navidades como son Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, que tienen una habitación personalizada cada uno –Melchor, Gaspar y Baltasar- y que en la época navideña no faltan a su cita con los más pequeños en el propio hotel, donde les entregan los regalos en la noche del 5 de enero.
Además, la oferta se completa con un restaurante del juguete, con una variada carta de productos frescos y elaboración propia, así como una ludoteca en la que se pueden realizar diferentes talleres y juegos para toda la familia y visitas a alguna de las fábricas de juguetes cercanas, granjas, museos o parques infantiles tematizados. Un lugar que ofrece una divertida experiencia familiar en la que no solo disfrutarán los más pequeños, sino que toda la familia se verá absorbida en un ambiente lúdico y atractivo en el que el que no juega es porque no quiere.