Los avances tecnológicos puestos ya en práctica en todo el mundo hacen que las infraestructuras sean cada vez más inteligentes, eficientes y seguras.
TEXTO: PATXI FERNÁNDEZ
Puede que en España nos sigamos quejando de los atascos diarios, especialmente en las grandes ciudades, del estado de las carreteras secundarias y del precio de los peajes. Protestas muy fundadas en la mayoría de los casos, pero que no por ello ocultan otra realidad, que la tecnología y el 5G harán que en muy poco tiempo la conducción autónoma sea una realidad.
Para ello es necesario invertir, tanto en investigación como en tecnología, y fomentar las comunicaciones entre vehículos, de vehículos con la infraestructura, y de todos ellos con gestores de tráfico. Un futuro que parece lejano pero que en algunos puntos de la geografía mundial son ya una realidad.
Mediante comandos de voz ya es posible pedir a un coche que los guíe hacia el destino, que las luces se conectan solas y regulen su intensidad para garantizar la mejor visibilidad sin deslumbrar a otros vehículos. Hasta son capaces de mantenernos en el carril, regular la velocidad, evitar colisiones y aparcar solos. Los siguientes pasos son regular la intensidad del tráfico, especialmente en las ciudades, donde ya es posible diseñar una ruta con el objetivo de que todos los semáforos a nuestro paso tengan la luz verde, y con ello evitar atascos y un mayor consumo derivado de las frenadas y arranques.
Si vamos aún más lejos, también es posible crear música para advertir a los conductores de un peligro o de su exceso de velocidad; convertir a los vehículos en fuentes de energía para encender las farolas de las carreteras; saber el peso de un camión y cargar automáticamente los vehículos eléctricos. todo ello a través de las carreteras inteligentes.
Es el escenario que dibujan un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València, la Universidad de Zaragoza, el Centro Universitario de la Defensa y la Universidad Nacional de Tsing-Hua, en Taiwan. A principios de este año, publicaron un estudio sobre los últimos avances y proyectos tecnológicos que se están llevando a cabo en todo el mundo.
Según Juan Carlos Cano, investigador del Grupo de Redes de Computadores (GRC-DISCA) de la Universitat Politècnica de València y uno de los autores del estudio, uno de los avances que más llaman la atención es el de «las carreteras que cantan». Se trata , según nos explica, de lograr refuerzos positivos similares a los de, por ejemplo «las exenciones de pago en las zonas reguladas si se utiliza un vehículo de bajas emisiones». en este caso «las carreteras funcionan con una serie de diapasones que generan armónicos. Si situamos estos diapasones en una carretera en la que nos interesa que se circule a 30 km/h, el conductor intentará respetar esa velocidad para lograr esa sintonía musical. Es un aliciente para evitar los puntos negros».
No es ciencia ficción y no solo tiene lugar en países lejanos. Uno de los últimos desarrollos del equipo de la UPV es una nueva aplicación que ofrece al conductor una mayor seguridad a la hora de adelantar a un camión –u otro vehículo más grande que el propio. «Instalada en los móviles, con la cámara trasera orientada hacia el parabrisas y con la pantalla hacia el conductor, se transmite automáticamente un vídeo capturado por el vehículo de delante al vehículo de detrás, donde se muestra el tráfico más adelante para que de esta forma el conductor pueda decidir si es seguro adelantar», añade Juan Carlos Cano.
Señal de tráfico interactica
También en la UPV se ha desarrollado un prototipo de señal de tráfico interactiva, que permite que la propia señal se convierta en un radar, e incluso que se modifique en función de las condiciones del tráfico. «El sistema envía información de forma bidireccional. De este modo, permite transmitirla tanto desde las señales de tráfico hacia el conductor, como a la inversa, lo que abre el abanico de posibilidades hacia un conjunto de aplicaciones que permiten la monitorización en tiempo real del cumplimiento de las normativas de seguridad vial por parte de los usuarios».
El teléfono móvil se convierte en un acelerador de todo este tipo de servicios y de la llegada de las carreteras inteligentes en un futuro inmediato, porque a través de aplicaciones «ya es posible acceder a las redes inteligentes sin necesidad de que nuestro vehículo lleve instalada de serie toda esta tecnología. en nuestros teléfonos móviles se pueden desplegar muchos sistemas sin necesidad de hacer nada en el vehículo».
Según Chai K. Toh, Profesor de la Universidad Nacional de Tsing Hua y miembro de la Real Academia Británica de Ciencias, dentro de 20 años, las carreteras tal como las conocemos hoy en día no existirán, dejarán de ser elementos completamente pasivos para convertirse en activos. «Comenzarán a transformarse en carreteras inteligentes, con farolas inteligentes, intersecciones inteligentes, señales de tráfico inalámbricas que proporcionarán información a los conductores, tendrán sistemas de detección automática de accidentes, así como de asistencia rápida de emergencias, entre otras novedades», asegura el científico.
Melodías en Corea del SurEn Corea del Sur las carreteras musicales advierten a los conductores, generando acordes de una canción popular; en Taiwan, en la «Dinglin Road» de Kinmen, los coches que circulan a 50 km/h generan una melodía de «El Olivo».
Canciones en la Ruta 66
Y en Nuevo México, en la histórica Ruta 66 entre Albuquerque y Tijeras, los conductores pueden escuchar la canción ‘America the Beautiful’ al alcanzar los 72,4 km/h
Diapasones en Japón
En Japón ya hay más de treinta, repartidas por ciudades como Hiroshima, Shizuoka, Oita, Gunman o Hokkaido. En esta última, ingenieros del Instituto de Investigación Industrial de la ciudad diseñaron un proyecto en el que los vehículos se convierten en diapasones. Mediante unos dispositivos de resonancia, repartidos por la superficie de la carretera, a medida que los vehículos se desplazan sobre ellas generan notas altas o bajas.
Carga inalámbrica en Francia y Suecia
También es una realidad inmediata la «carretera que recarga los coches». Por ejemplo, Renault realizó un ensayo en 2017 en una pista de pruebas habilitada en Satory (Francia), que permitía a dos Renault Kangoo Z.E. recargar sus baterías circulando de forma simultánea a una velocidad de 100 km/h con una potencia de carga de hasta 20 kW. Y para 2022, la isla de Gotland en Suecia, contará con una ruta con carga inductiva dinámica de alrededor de 1,6 km, que suministrará electricidad a los autobuses y camiones eléctricos que se desplacen entre el aeropuerto y el centro de Visby, la capital de la isla.