El sistema operativo de Microsoft ha cumplido 35 años desde que viera la luz en 1985 y el sistema operativo que revolucionó la informática personal ha habido muchas y grandes versiones.
TEXTO: ARANTXA HERRANZ
De cada 100 ordenadores que hay funcionando en el mundo, algo más de 73 (73,21%) funcionan con alguna de las versiones de Windows (la mayoría con Windows 10, pero un 17,68% de los PC con Windows funcionan con Windows 7). El dominio de este sistema operativo sigue siendo mayoritario, pese a que en los últimos años ha perdido bastante cuota de mercado: en 2009, rozaba el 95% de presencia en los ordenadores.
El sistema operativo de Microsoft ha cumplido 35 años desde que viera la luz en 1985. Desde entonces, ha habido muchas y grandes versiones (Windows 1, Windows 2, Windows 3, Windows 3.1, Windows 95, Windows 98, Windows ME, Windows XP, Windows Vista, Windows 7 y Windows 10), ha dado el salto de los ordenadores a los servidores (Windows 2000), ha intentado hacerse un hueco y adaptarse a formatos más pequeños y portátiles como las tablets (Windows 8, Windows XP Tablet Edition y Windows Phone).
Windows, al igual que el mundo, ha cambiado bastante desde que apareció en el mercado y, pese a todas las críticas que acarrea, hay que reconocer que el lanzamiento de este sistema operativo fue un paso importante en la informática personal y en la popularización de los PC para su uso.
Una apariencia gráfica más amigable
El gran mérito de Bill Gates y sus socios fue crear la primera apariencia o interfaz gráfica de usuario para MS-DOS. Aunque si echamos la vista atrás y vemos la apariencia que tenía aquella primera versión seguramente no nos parecerá ni tan amigable ni tan fácil de usar como ahora, lo cierto es que fue todo un avance y un logro hace 35 años, ya que hasta entonces solo los informáticos o los expertos eran capaces de utilizar los ordenadores.
Windows 1 era, por decirlo de alguna manera, una interfaz gráfica que se ejecutaba sobre MS-DOS. Incluía un programa de inicio simple y un administrador de archivos llamado MS-DOS Executive, que mostraba una lista de nombres de archivos, sin ningún icono. Si hacíamos clic en alguno de esos archivos, el programa se abriría como una ventana que se podía ampliar o reducir. Si se minimizaba, la aplicación se representaba con un icono en una barra de tareas de la parte inferior de la pantalla.
Pero, además, Windows 1.0 también incluyó varias aplicaciones básicas, como Calendario, Reloj, Portapapeles, Terminal, Bloc de notas y Paint.
Como vemos, muchas de las grandes características de este primer sistema operativo siguen siendo básicas tanto para este entorno como para otros sistemas operativos (como la barra de tareas o herramientas). Y otra curiosidad de Windows 1.0 es que Microsoft continuó admitiendo soporte para la Standard Edition hasta el 31 de diciembre de 2001, 16 años completos después de su lanzamiento, lo que la convierte en la versión de Windows con mayor soporte hasta la fecha.
El despegue de 3.1 y, sobre todo, Windows 95
Sin embargo, la verdadera revolución llegó a partir de la tercera versión y, más concretamente, de Windows 3.1. Estas dos versiones se vendieron diez millones de veces, entre otras cosas porque supusieron también un salto cualitativo en la facilidad de uso.
Además, fueron las primeras versiones de Windows que permitieron a los fabricantes de hardware instalar Windows en los PC. Eso fue lo que terminó de abrir la puerta a que la industria se desarrollase: empezaron a aparecer más fabricantes de ordenadores, quienes eran capaces de ensamblar todas las piezas de hierro para añadir un sistema operativo que compraban a Microsoft. Y, al mismo tiempo, como eran más sencillos de usar gracias a este software, cada vez se vendían más PC.
Todo esto, además, permitió que, sin dejar de ser unas máquinas caras, su precio se fuese reduciendo. Cabe recordar que en 1993 Apple lanzó su primer ordenador, Lisa, por 10.000 dólares, cuya mayor innovación es que se podía utilizar con un ratón.
Cada versión de Windows tiene un lugar único en la historia, aunque es cierto que algunas pasarán con más pena que gloria. Entre los momentos e hitos destacados por los que algunas de ellas son más relevantes destaca el menú Inicio de Windows 95. Como su nombre indica, Windows 95 llegó en 1995. Su gran novedad fue el botón y el menú Inicio (lanzado con una gigantesca campaña publicitaria que utilizó Start Me Up de los Rolling Stones). También introdujo el concepto de «plug and play», por el que al conectar un periférico al ordenador, el sistema operativo buscaba los controladores adecuados para hacer que funcionara.
Las polémicas
Internet Explorer también hizo su debut en Windows 95, pero no estaba instalado de forma predeterminada. Microsoft decidió hacerlo tiempo después y aquello fue el inicio de la época más convulsa, por sus juicios antimonopolio.
Bill Gates acabó dejando la compañía, asumiendo Steve Ballmer los mandos. Fueron los años de revolución de Internet y de los dispositivos móviles. Sus enfrentamientos con la comunidad de código libre o el lanzamiento de varias versiones de Windows que no acabaron de convencer a la industria tiñeron la reputación de una empresa que, tiempo después, ha resurgido cual Ave Fénix y que hoy se disputa, junto a Apple o Amazon, ser la empresa de mayor valorización bursátil. Algo que, recordemos, empezó hace 35 años con Windows 1. Quién lo iba a decir.
Para comprobar lo mucho que ha cambiado la informática en general y las apariencias gráficas de estas máquinas, basta con recordar cómo era Windows 1.0. E, incluso, probar cómo se trabajaba en estos ordenadores.En la página PCjs Machines podemos encontrar una emulación completa de un PC IBM con Windows 1.0. La página se sirve de JavaScript para que podamos ver esta simulación. A decir verdad, la apariencia no es cien por cien fidedigna, ya que la web muestra una ventana de 640 x 350 con píxeles cuadrados. Sin embargo, hace 35 años la apariencia debería ser 4: 3, como un monitor CRT tradicional.Pero, en cualquier caso, podemos recrear cómo era trabajar con la primera versión de este sistema operativo e intentar ejecutar Paint. Es una buena forma de ver todo lo que, quizá sin darnos cuenta, hemos evolucionado.