La naturaleza es el mejor reclamo para disfrutar del turismo, pero en tiempos de coronavirus, nada mejor que visitar los Parques Naturales que ofrece la geografía española.
TEXTO: JAVIER VARELA
Valle del Jerte (Cáceres, Extremadura)
Si hay un lugar en el que ‘perderse’ en la primavera ese es el Valle del Jerte para ver la floración de los cerezos. Aunque no tiene una fecha fija ya que varía dependiendo de las condiciones metereológicas, lo normal es que se produzca entre el 20 de marzo al 10 de abril aproximadamente. Durante los 10 días que dura, ver el valle cubierto por un manto blanco es una estampa inolvidable para los amantes de la naturaleza y de la fotografía. Más de un millón y medio de cerezos en flor es una maravillosa excusa para acudir a un Valle en el que se puede disfrutar además de las fiestas, degustaciones y rutas que se organizan durante esos días.
En el recorrido por el valle se descubren las características casas entramadas y casas de piedra en cuyas fachadas se exhiben escudos nobiliarios, símbolos y leyendas. Y en sus pueblos las espectaculares calles serpenteantes con casas con balconadas a ambos lados, o incluso con galerías porticadas. Pero también, iglesias parroquiales del siglo XVI, ermitas como la de Nuestra Señora de Peñas Albas del siglo XVIII en Cabezuela del Valle. Durante la Fiesta de la cereza, se pueden visitar las bodegas, fraguas, lagares que tal y como eran hace 50 o más años cuando tenían un papel principal en el día a día. Además, se puede disfrutar de la las casas que conservan la arquitectura tradicional o hacer turismo activo en La Garganta de los Infiernos, que ofrece innumerables formas de ocio como senderismo, escalada, barranquismo o rutas a caballo.
Las Merindades (Burgos)
La provincia de Burgos tiene muchos encantos, pero si hay uno donde la naturaleza se hace presente y protagonista ese es Las Merindades. En el norte, más de 360 núcleos de población, extendidos en una superficie similar a la vecina Vizcaya, componen esta amplia comarca en la que el Ebro y la Cordillera Cantábrica han condicionado un paisaje donde se contraponen amplias depresiones y desolados páramos; valles glaciares y escarpadas montañas; grandes cavidades y desafiantes desfiladeros; saltos de aguas y caudalosos ríos; bosques autóctonos y empinadas praderas. Una zona que merece la pena visitar todo el año, pero sobre todo, en primavera para que disfrutes de unos impresionantes saltos de agua. La cascada de Pedrosa de Tobalina, de 12 metros de altura y considerada una de las siete maravillas de la provincia de Burgos, es uno de los saltos más espectaculares de la zona.
Pero en Las Meridandes se puede hacer un repaso por la historia desde el hombre del paleolítico en Ojo Guareña hasta nuestros días. Calzadas, puentes romanos y medievales, iglesias, ermitas, castillos, monasterios de diferentes estilos, castillos, torres defensivas, palacios, casas blasonadas o conjuntos monumentales. Además, los amantes de las actividades al aire libre podrán disfrutar del senderismo, bici de montaña, escalada, espeleología, esquí, vela rafting, piragüismo, golf, pesca, caza, equitación y toda clase de deportes aéreos.
Parque Natural del Lago de Sanabria (Zamora, Castilla y León)
Creado en 1978, el Parque Natural del Lago de Sanabria se disfruta más si cabe en primavera, cuando los sauces en torno al lago están floreciendo y ya no hay tanta nieve en las cumbres de las montañas. En sus 22.365 hectáreas de extensión, se descubren sus rocas y los distintos vestigios del fenómeno glaciar como valles encajados, morrenas o cañones. Además, destacan la pureza de las aguas, la riquera de su flora y la diversidad de su fauna, muy rica en especies de anfibios como ranas, sapos, salamandras y tritones, más de 76 especies de aves y 17 de grandes mamíferos.
Además de su alto valor medioambiental, el Parque Natural de Sanabria ofrece valiosos recursos históricos, artísticos y culturales. Junto al interesante monasterio románico de Santa María, en San Martín de Castañeda (sede del Centro de Interpretación del Parque Natural), destacan el conjunto urbano y monumental de Puebla de Sanabria y las numerosas muestras de arquitectura popular distribuidas en los pueblos de la zona. Una visita imprescindible es el centro del lobo ibérico de Castilla y León, ubicado en la localidad de Robledo, a escasos 10 km de Puebla de Sanabria. Aunque el lago es el principal reclamo, el Parque ofrece multitud de actividades de turismo activo, como rutas de senderismo que se pueden realizar en familia, así como ciclismo, pistas para esquí nórdico o travesía en invierno, navegación a vela, canoas, regatas y zonas de baño.
Parque Nacional de Doñana (Huelva, Andalucía)
El Parque Nacional de Doñana es uno de los espacios protegidos más importantes del territorio andaluz y la mayor reserva ecológica de Europa. Con 54.251 hectáreas de extensión, limitado por el río Guadalquivir, el Rocío y la playa de Matalascañas, esta antigua zona de caza real fue declarada parque nacional en 1969. Los ecosistemas acuáticos y terrestres le confieren unas características específicas para albergar una biodiversidad única, destacando algunas especies tan emblemáticas como el lince ibérico y el águila imperial, ambas en peligro de extinción. La marisma es lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas, lo que la convierte en un ecosistema de altísimo valor ecológico.
Durante todo el año es un paraíso para los amantes de la ornitología. A principios de otoño y durante el invierno se puede disfrutar de la presencia de miles de aves acuáticas como ánsares y anátidas procedentes del norte de Europa. En primavera y verano llegan desde África cigüeñas, garzas y golondrinas, entre otras especies, en busca de alimento y de un clima más suave. Los pinares, los bosques de ribera, las dehesas de alcornoques, las manchas de matorral, el litoral y sobre todo los humedales (marismas, lagunas, arroyos y ríos) constituyen medios muy favorables para el desarrollo de comunidades de aves muy diversas.
El Valle de Ricote y Cieza (Murcia)
Si existe algún lugar en el que todavía podemos sentir la sensibilidad de la cultura árabe, ése es el Valle de Ricote. Los municipios de Blanca, Archena, Abarán, Ojós, Cieza, Ricote, Ulea y Villanueva del Segura trazan una frondosa huerta, que serpentea a lo largo de las riberas bañadas por el río Segura y nos transportan a un mundo idílico. Los sistemas de regadío de herencia árabe y el discurrir del río traslada al visitante de soto en soto, a través de meandros cuajados de chopos y sauces, ocultando tras ellos un mar de frutas, verduras y hortalizas.
Ricote aún mantiene una rica tradición gastronómica, con el vino local como protagonista. Blanca conserva la herencia del esparto. En Abarán, el visitante puede recorrer una ruta que le conducirá a cuatro de las numerosas norias o ‘ñoras’. Muy cerca se encuentra Cieza, capital de la Vega Media, donde los naranjos, los limoneros y las hortalizas destacan sobre un fondo de estepa. Famosa por sus melocotones, en Cieza no te puedes perder el conjunto arqueológico de Medina Siyasa y el Museo de Siyasa donde se conserva una reproducción a escala real de las viviendas 6 y 10 del yacimiento de Siyasa. Desde esta zona, el paisaje cambia, entrando en una zona más amplia y célebre por los contrastes paisajísticos, que lo hacen particularmente atractivo para la práctica de deportes como el senderismo, la escalada, rutas ecuestres, BTT. En el Cañón de los Almadenes, uno de los parajes más bonitos formados por el río Segura, se puede practicar rafting.
Parque Natural Lagunas de Ruidera (Ciudad Real / Albacete, Castilla la Mancha)
El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera constituye, junto con Plividje en Croacia, la mejor representación de lagos formados por la acumulación de carbonato cálcico (toba). Estas aguas han formado impresionantes barreras (presas naturales) que dan lugar a espectaculares cascadas entre una laguna y otra. Este espacio natural protegido se localiza entre las provincias de Albacete y Ciudad Real y está constituido por las siguientes lagunas: Laguna Blanca, Laguna Conceja, Laguna Tomilla, Laguna Tinaja, Laguna de San Pedro,Laguna Redondilla, Laguna Lengua, Laguna Salvadora, Laguna Santos Morcillo, Laguna Batana, Laguna Colgada, Laguna del Rey, Laguna Cueva Morenilla, Laguna Coladilla y Laguna Cenagosa.
El Parque ofrece además la oportunidad para intentar ver la literaria Cueva de Montesinos (es necesario concertar cita) donde se desarrolla una parte de las aventuras de Don Quijo de la Mancha, el Castillo de Peñarroya, el Castillo de Rochafrida o intenta hacer una ruta guiada a pie o en pìragua. Y en cuanto a la naturaleza, el paisaje es muy diverso, abarcando desde formaciones boscosas autóctonas hasta una vegetación palustre en la que encontrar encinas, carrascas, sabinas yenebros, coscojas, labiadas, retamares y aulagares en zonas más abiertas. Además, se puede disfrutar de más de 250 especies de vertebrados, aunque entre las más emblemáticas destacan el aguilucho lagunero, el porrón moñudo, la focha común, el ánade real, el pato colorado, zampullín común o el somormujo lavanco también pueden ser observados en las lagunas.
Parque Natural de Somiedo (Asturias)
El Parque Natural de Somiedo es la confirmación de que Asturias es un paraíso natural. Fue el primer espacio asturiano declarado Parque Natural en 1988 para ser considerado posteriormente como Reserva de la Biosfera en el año 2000. Se trata de uno de los últimos reductos donde la naturaleza es pura. Sus paisajes, su fauna y flora, su gastronomía, y sus gentes hacen de este rincón un lugar privilegiado De su accidentado paisaje que va desde los 400 metros a los casi 2.200, destacan sus impresionantes lagos, los de Saliencia y del Valle, sus brañas, como la Pornacal, Mumián o Sousas, en las que podemos encontrar los teitos, construcciones que utilizaban los vaqueiros de alzada realizadas con techumbre de escoba.
Destacan sus cuatro grandes valles: Saliencia, Valle, Somiedo, Pigüeña y el Centro de interpretación del Parque, ubicado en Pola de Somiedo, ofrece la información necesaria para disfrutar a fondo del Parque. Todos los grandes mamíferos de la Cordillera Cantábrica y más de 100 especies de aves tienen cabida en el parque, siendo especialmente relevante la presencia del oso pardo, aunque es muy improbable que puedas encontrarte con uno. Más accesibles para la vista son los urogallos, los ciervos y los lobos. Los amantes del senderismo podrán realizar numerosas y variadas rutas que recorre el parque y adentrarte en sus frondosos bosques para contemplar. Por cierto, no olvides la cámara de fotos y los prismáticos.
Las Bardenas Reales (Navarra)
Reserva de la Biosfera por la UNESCO, este paisaje semidesértico de 42.500 hectáreas impacta y sorprende con cada nueva visita. Un espectáculo insólito al sureste de Navarra, próximo a Tudela, que a pesar de su apariencia desnuda e inhóspita, esconde grandes valores naturales. La erosión de sus suelos de arcillas, yesos y areniscas ha esculpido caprichosas formas creando un mundo de apariencia casi lunar poblado de barrancos, mesetas planas y cerros solitarios. La primavera es la estación ideal para recorrer el Parque a través de sus numerosas rutas señalizadas ya sea a pie, en bicicleta, a caballo e incluso en quad o segway para llegar a los excepcionales miradores como el Alto de Aguilares, donde se obtiene la más completa panorámica de la Bardena Blanca o el Balcón de Pilatos, un excepcional observatorio de aves.
De la mano de guías especializados descubrirás rincones inolvidables con ecos de leyendas como la del famoso bandolero Sanchicorrota que lograba despistar a sus perseguidores con las herraduras de su caballo puestas al revés. Su flora y fauna es más propia del desierto africano que del norte peninsular, llegando a ser paraíso antaño de cocodrilos y tortugas. Hoy es más habitual ver águilas, buitres, búhos, avutardas, zorros, gatos monteses, ginetas, anfibios y reptiles campan entre matorrales, sisallares, saladares y espartales. Y los amantes del cine podrán disfrutar de alguno de los escenarios de películas como ‘Airbag’, ‘Acción Mutante’, o ‘El mundo nunca es suficiente’ o de series tan conocidas como ‘Juego de Tronos’.