Gaia-X es un proyecto europeo que tiene como objetivo crear un ecosistema de servicios de nube y datos protegidos por las leyes de la UE.
TEXTO: ARANTXA HERRANZ
La UE quiere que Europa sea líder en la innovación impulsada por datos, en particular en los campos de la IA (inteligencia Artificial), el Big Data y la informática en la nube. El problema es que Europa tiene pocas empresas que tengan una presencia mundial como las grandes tecnológicas norteamericanas pero quiere tener una mayor independencia de los gigantes de EE.UU. y China, quienes dominan el mercado en la nube (AWS, Google, Microsoft o Alibabá son algunos nombres).
Esta búsqueda de una mayor independencia tecnológica de otros países viene determinada sobre todo porque Estados Unidos y, muy especialmente, China adoptan una postura diferente sobre las leyes que rigen la propiedad, el procesamiento de datos y la privacidad, lo que puede crear conflictos de intereses.
Por todo eso, Europa está promoviendo Gaia-X, que tiene como objetivo crear un ecosistema de servicios de nube y datos protegidos por las leyes de la UE.
¿Qué es Gaia-X?
GAIA-X es un proyecto que, como se suele remarcar, es de Europa para Europa. Francia y Alemania fueron los países que promovieron la idea. Actualmente participan en el proyecto representantes de siete países europeos, pero el objetivo es que participen más países y empresas, de manera que también contribuyan a su desarrollo.
El objetivo es desarrollar requisitos comunes para tener una infraestructura de datos europea. Según defienden los promotores de esta iniciativa, la apertura, la transparencia y la capacidad de conectarse con otros países europeos son fundamentales para GAIA-X.
El principal objetivo es garantizar que se cumple con los estándares de soberanía digital pero sin renunciar a la innovación (más bien al contrario, intentando fomentarla). De hecho, se asegura que el reto es garantizar que quienes impulsan las innovaciones sean también quienes se beneficien en términos económicos. Es decir, que si una empresa europea genera datos que promueven la innovación, sea esta misma empresa europea (y sus ciudadanos) los que se puedan beneficiar de dicha innovación. El objetivo es que este movimiento circular ayude a garantizar la creación de valor y el empleo en Europa.
El valor de los datos
La UE quiere con este tipo de iniciativas dar respuesta a alguna de las preocupaciones de la industria europea relacionadas con los datos, especialmente con aquellos que se recopilan. Aunque en materia de datos personales muchas cuestiones parecen estar solucionadas con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), con el auge de tecnologías como el Internet de las cosas (IoT), existe el temor de que las empresas no puedan tener el control total sobre sus propios activos de datos o que incluso se pueda dar a conocer su propia propiedad intelectual.
Por eso se confía en que, al estar los datos en Gaia-X y puedan ser tratados allí, eso acabe estimulando la colaboración entre industrias al facilitar que las empresas busquen servicios en la nube, intercambien datos y colaboren en nuevos servicios digitales que podrían impulsar el mercado digital de la UE.
El punto de partida
Cabe aclarar que GAIA-X no trata de construir el próximo proveedor de nube global, sino de permitir la participación de muchos proveedores especializados en Europa e incluirlos en una infraestructura de datos distribuida e interconectada.
El enfoque está claramente en el tratamiento y respeto a los datos. Algunas de las consideraciones por las que ve la luz esta iniciativa es por temas como la movilidad interna de datos, la gestión de identidades, quién es capaz de proporcionar qué servicios, cómo apoyar la innovación y, por supuesto, el cumplimiento de la legislación europea.
Gaia-X es, en este sentido, el punto de partida de la concepción de todo un ecosistema digital abierto y transparente, donde los datos y los servicios se pueden poner a disposición, recopilar y compartir en un entorno de confianza.
Abierta a otros jugadores
La UE insiste en que es una iniciativa que está abierta a la participación de todos, incluyendo las empresas como Amazon, Google y Microsoft. De hecho, Amazon fue nombrado colaborador del proyecto desde el principio, ya que, según la compañía, su objetivo es ayudar a los clientes y socios europeos a acelerar la innovación impulsada por la nube en Europa.
De momento, Gaia-X cuenta con más de 300 organizaciones implicadas en el desarrollo del proyecto. De esta colaboración han salido ya algunos proyectos e implementaciones, en sectores tan diversos como la energía, la agricultura, el sector público, la salud o el financiero. Eso sí, para que cualquier empresa se sume es necesario que cumplían con una serie de principios y políticas rectores de la iniciativa.
En primer lugar, y como ya se puede presuponer, hay que cumplir la legislación europea, especialmente en materia de tratamiento de datos, incluido RGPD. Pero también la Ley de ciberseguridad, y la capacidad de aplicar diferentes niveles de protección en función del tipo de datos y caso de uso. Hablando de seguridad, GAIA-X asegura que proporcionará mecanismos para garantizar que los participantes cumplan con las reglas relativas a la seguridad de TI, soberanía de datos, niveles de servicio y marcos, así como condiciones claras para la colaboración, la autenticación entre empresas y la gestión de acceso.
Cada participante puede decidir dónde se almacenan sus datos, quién puede procesarlos y con qué finalidad, en función de su propia clasificación de datos. Pero la infraestructura de datos es abierta para promover la transparencia y los contratos y procedimientos estandarizados, para reducir la complejidad y los costes.
Interconectividad en la nube
El reto de construir Gaia-X es lograr que los datos de diferentes plataformas en la nube puedan interactuar, eliminando las barreras de acceso y permitiendo que los servicios en la nube más pequeños y especializados compitan. Se busca fomentar el intercambio de datos entre empresas, organizaciones, instituciones, institutos de investigación y asociaciones para crear nuevos modelos de negocio.
El objetivo final es tener un ecosistema viable de servicios digitales interconectados que funcionen juntos y que sean capaces de ofrecer a la industria y otros sectores de la economía europea una alternativa real y competitiva a los proveedores dominantes actualmente.