Los auriculares óseos son unos dispositivos que transmiten las vibraciones del sonido a lo largo de los pómulos en lugar de a través del aire
TEXTO: ARANTXA HERRANZ
Grandes o pequeños, los auriculares inalámbricos han ido ganando terreno a los tradicionales, que nos obligaban a estar “enganchados” al dispositivo origen del sonido que estábamos escuchando, bien fuera un ordenador, un teléfono o un reproductor de radio o música. De un tiempo a estar parte, se están empezando a popularizar una nueva generación de auriculares inalámbricos que no se colocan en los oídos, como hasta ahora. Son los auriculares de conducción ósea.
Se trata de unos dispositivos que transmiten las vibraciones del sonido a lo largo de los pómulos en lugar de a través del aire. Aunque suene raro, se trata de la misma técnica que utilizan los mamíferos marinos bajo el agua o la que empleó el mismísimo Beethoven para seguir componiendo música cuando perdió el oído.
Para poder funcionar, estos auriculares de conducción ósea utilizan los huesos del cráneo, que vibran para amplificar las ondas sonoras. Esto permite al usuario escuchar el audio del dispositivo sin tener que aguzar el oído. Por eso, y más allá de modas, estos auriculares están especialmente indicados para personas con discapacidad auditiva o que necesitan utilizar los oídos para estar atentos a su entorno.
Cómo funcionan
Entrando más en detalle, podemos decir que los auriculares de conducción ósea utilizan un método denominado tecnología de audio por conducción ósea, que convierte los datos de audio en vibraciones gracias a un transductor. Estas vibraciones viajan por la estructura ósea del usuario hasta la cóclea (una estructura del oído interno que transmite la información por el nervio auditivo como señal al cerebro). Así, podemos decir que el cráneo es el altavoz del dispositivo. Mientras, los auriculares tradicionales emiten vibraciones a través de altavoces situados dentro o encima del oído externo.
Los auriculares de conducción ósea funcionan porque el sonido no deja de ser una vibración de partículas. Aunque tendemos a pensar en que estas vibraciones viajan por el aire, lo cierto es que también se pueden “desplazar” por sólidos y líquidos. De hecho, los sólidos transmiten el sonido más rápidamente que el aire y el agua, porque las partículas de un sólido son las que están más juntas. Por ello, los sólidos son los mejores conductores del sonido, seguidos del agua y el aire, cuyas partículas están más sueltas.
En este punto, cabe señalar que la clave para que se produzca un buen sonido cuando hablamos de los auriculares óseos es que el sonido primero pase por un sólido o líquido y no por el aire, puesto que en ese caso no se oiría bien. Pensemos, por ejemplo, que pasa cuando buceamos bajo el agua y otra persona nos habla: lo que nos cuentan no se oye con la misma claridad que si no estuviéramos sumergidos (dado que el sonido primero pasa por el aire y después por el agua).
Para garantizar que en los auriculares óseos no se producen estas interferencias, la mayoría de los modelos que podemos encontrar en el mercado tienen una correa que envuelve la parte posterior de la cabeza del usuario y sujeta las almohadillas generadoras de vibración contra la piel, justo encima de cada oreja. Las almohadillas se curvan ligeramente sobre la parte superior de la oreja para ayudar a mantener el dispositivo en su sitio en la cabeza del usuario. Al fijar estas almohadillas contra la piel del usuario, se reducen al mínimo las distorsiones del sonido, ya que éste viaja directamente desde las almohadillas a través del cráneo en línea recta, sin aire de por medio.
Para deporte
Aunque es cierto que los auriculares de transmisión ósea pueden utilizarse en cualquier escenario y situación, lo cierto es que están especialmente indicados para la actividad física. No en vano, la principal ventaja de estos auriculares es que no utilizan los oídos. Para muchos usuarios, esto es beneficioso porque pueden utilizar los auriculares sin perder la sintonía con el mundo exterior.
Los auriculares óseos también eliminan el riesgo de daños auditivos que conlleva escuchar música demasiado alta con auriculares normales. El tímpano es mucho más frágil que la carne y el hueso sobre los que actúan los auriculares óseos.
Por su diseño, y dado que evitan por completo el oído externo y medio, están especialmente valorados por aquellas personas que hacen ejercicio con auriculares. De hecho, uno de los fabricantes de auriculares de conducción ósea, Shokz, los diseñó originalmente para uso militar. En cualquier caso, es frecuente verlos en corredores o ciclistas (especialmente si quieren prestar especial atención al tráfico rodado o de personas) pero también en aquellas personas con problemas de audición, quienes pueden experimentar una mejor calidad de sonido a través de la conducción ósea que a través de oídos dañados.
Sin embargo, lo cierto es que estos auriculares no convencen a todo el mundo. Algunos usuarios lamentan que la calidad del sonido es peor que la de los auriculares normales y que, por su diseño, la reproducción de música a volúmenes más altos provoca una desagradable o extraña sensación de vibración en la cara. Además, se pueden producir fugas de sonido, lo que puede ser un problema para quienes quieran escuchar algo en privado o en un entorno tranquilo sin molestar a nadie. Otros usuarios se quejan del ajuste de los auriculares, que, según el usuario y el modelo, puede resultar incómodo.
Por último, antes de decidirnos a adquirir uno, debemos ser conscientes de que, aunque el hecho de que se hayan vuelto populares ha conllevado una reducción en su precio (podemos encontrar algunos modelos realmente baratos, por menos de 50 euros), como inalámbricos que son suelen suponer un desembolso importante de dinero.
En cualquier caso, la oferta es cada vez más amplia y, de cara a comprar uno, deberemos decidir para qué tipo de uso (deportivo, al aire libre, trabajo…) queremos tener uno de estos auriculares y si queremos apostar por marcas clásicas (como Sony) o algunas más especializadas en este terreno (Como Shokz, mencionada anteriormente).