Wordle es un juego online que consiste en adivinar una palabra de cinco letras en seis intentos y que se ha convertido en el entretenimiento de millones de personas.
TEXTO: ARANTXA HERRANZ
Lo que empezó como una broma acabó convirtiéndose en uno de los mayores éxitos, tanto de aceptación por parte del público como de venta económica para su creador. Hablamos de Wordle, un juego online que consiste en adivinar una palabra de cinco letras en seis intentos.
Su creador es Josh Wardle, un ingeniero que creó este sencillo entretenimiento por amor a su pareja, a la que le encantan los juegos de palabras. Combinando su apellido con el nombre “palabra” en inglés (word), creó este básico pero eficaz juego de entretenimiento.
Como si fuera un ahorcado, el usuario debe intentar adivinar una palabra cada día. Si la letra está en la palabra correcta pero no en el orden que el usuario ha puesto, aparecerá en amarillo. Si letra y posición coincide, se mostrará en verde.
El juego se hizo muy popular en tan poco tiempo (el desarrollo permitía compartir el resultado a través de redes sociales, demostrando en cuántos intentos se había logrado descifrar el acertijo y cuántos días se ha logrado acertar). Por hacernos una idea, se calcula que a principios de noviembre apenas jugaban 90 personas (familiares y amigos de los protagonistas). El boca a boca hizo que, a finales de diciembre, hubiera 300.000 personas que, cada día, intentaban adivinar la palabra. Durante el mes de enero, el número superó los 10 millones. Un incremento de la popularidad que hizo que el New York Times no dudara en comprar el juego por una cifra que, aunque no ha sido dada a conocer, algunas fuentes (como la revista Time) sitúan en el millón de dólares. Teniendo en cuenta que Josh Wardle desarrolló esta aplicación en sus ratos libres y en muy poco tiempo, ha debido de ser uno de los trabajos más rentables.
Por qué es adictivo
¿Por qué Wordle se ha vuelto tan popular en poco tiempo? Por un lado, por su simplicidad. Más allá de que la web original fuera limpia y liviana, sin publicidad ni otros elementos que pudieran distraer la atención de los usuarios, el reto es muy sencillo: intentar adivinar una palabra en seis intentos, valiéndose de algunas pistas.
Es sencillo, pero supone un reto: no siempre es fácil dar con la palabra, por lo que lograrlo se convierte en una especia de pequeña victoria del que los usuarios se sienten orgullosos y quieren compartir.
Además, que solo se pueda jugar una vez al día lo convierte en algo entretenido, pero adictivo: todos los días hay que intentar superar este sencillo pero genuino reto. Aunque no se trate de demostrar que somos mejores que el resto, el hecho de que michos otros usuarios estén intentado resolver el mismo acertijo que nosotros aporta un plus de sentimiento de comunidad y de saber que no somos un bicho raro al que le gusta desafiarte todos los días.
Otras versiones
El éxito de Wordle ha sido tal que poco han tardado en aparecer multitud de variantes de este mismo juego. Una de ellas es en español, que copia la misma estética que el original, pero cuyas palabras están en nuestro idioma en lugar de en el de Shakespeare.
Pero lo cierto es que empieza a haber casi tantas variantes de este entretenimiento como en su momento los hubo de Flappy Bird, un juego que se popularizó mucho (especialmente entre los móviles) y que consiste en evitar que un pájaro que vuela se acabe chocando o cayendo al suelo.
Nerdle también se basa en Wordle, pero en lugar de apostar por las letras lo hace por las cifras. Los jugadores deben adivinar una ecuación de 8 cifras en 6 intentos. Las piezas, por tanto, pueden ser números, pero también símbolos de operación (suma, resta, multiplicación…). Solo debe tener, eso sí, un símbolo de igual. En función de las habilidades de cálculo y de la estrategia, se acierta o no.
Para quienes sean muy competitivos y quieran desafiar a un oponente, existe Wordle Off. Se puede jugar en tiempo real contra un adversario (por lo que, además de acertar la palabra, se añade la presión del tiempo, puesto que hay que ser más rápido que el oponente) o intentando quitar victorias a tu compañero en un modo de juego más cooperativo.
Dando una vuelta de tuerca, hay quien plantea el reto contrario: sabiendo cuál es la palabra final, hay que rellenar otros intentos en los que se muestra que algunas letras coinciden en lugar y otras no. Por ejemplo, si la palabra es “tiempo”, el intento anterior debe ser una palabra en la que la “o” esté en último lugar (aparecerá, por tanto, en verde) pero que también contenga otra (no sabemos cuál), aunque en otra posición (por lo que se mostrará en amarillo). Este juego es Crosswordle.
Entre las versiones más extrañas está AntiWordle, que nos reta a no adivinar la palabra oculta en tantos intentos como sea posible. Evidentemente, tiene sus trampas: si adivinamos una letra que no está en la palabra, no podremos volver a usarla. Si, por el contrario, adivinamos una letra que está, deberemos volver a incluirla en los sucesivos intentos. Si, además, está en el lugar correcto, se bloqueará y todas las palabras que escribamos deberán incluir dicha letra en dicho lugar. El reto aquí no es solo no adivinar la palabra, sino hacerlo en el mayor número posible de intentos.
También hay quien quiere aprovechar la geografía para hacer sus propias versiones. Por ejemplo, con banderas. Es el caso de Flaggle. Después de cada intento, se muestra una bandera similar con aquellas partes que son parecidas a nuestro primer intento. Mientras, Worldle (con doble l) muestra un mapa de un país del mundo para que intentemos adivinar con cuál se corresponde. En caso de no acertar, el juego muestra los kilómetros de distancia que separan nuestro intento con el país original, además de unas flechas que nos indican si debemos mirar más arriba o hacia qué lado a la hora de situar el país en cuestión.
Muchas opciones, pues, para entretenernos y, por qué no, aprender cosas.