La cita más importante con la moda española, Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, se celebró en formato híbrido -presencial y digital- para acercar las novedades del sector al mayor número de público posible pese al coronavirus. Las colecciones, especialmente las de hombre, se vieron afectadas por una epidemia que ha ralentizado las producciones textiles pero no ha podido frenar la creatividad.
TEXTO: GLORIA SALGADO
Plumas
La veterana Isabel Sanchís se estrenó en la pasarela madrileña -aunque lleva más de 30 años en el sector- con un derroche de opulencia y saber hacer en el que sus señas de identidad cobraron fuerza, entre ellas las plumas, en su mayoría clavadas cual flechas. La valenciana fue uno de los muchos diseñadores que cuajaron con este elemento muchas de sus piezas, como faldas, camisas y guantes. Ninguna pieza se escapa.
Fajines
La cintura cobra protagonismo para la próxima primavera – verano. En el caso de Marcos Luengo, los fajines son confeccionados en piel de cabra y nobuck sujetos con cordones forrados también en piel en los que realizan nudos marineros y se aplican las características chapas del asturiano . La firma Ángel Schlesser, ganadora del premio a la mejor colección de la edición, y la joven marca Dominnico -responsable de muchos de los ‘looks’ de Rosalía-, también apuestan por ceñir la silueta de la mujer con grandes cinturones.
Flores
Esenciales en la etapa estival, las flores, especialmente las extra grandes, se hacen indispensables. Ya sea en estampados, cosidas o con entidad propia, como las de organza, que con su rigidez y flexibilid permite elaborar adornos para salpican cualquier tipo de prenda. Los claveles, incluso bordados sobre Príncipe de Gales, destacaron sobre todas la flora del jardín de la moda.
Lunares
Los motivos inherentes a la cultura española estarán muy presenten en la próxima temporada. El director creativo de Pertegaz, Jorge Vázquez, se inspiro el reportaje que Vogue América realizó en 1968 a don Manuel en la Alhambra. Y de ahí vino toda la inspiración, en la que tienen un lugar especial, junto con volantes, siluetas de rejoneador y sombreros cordobeses , los lunares, pero huyendo de los tópicos. Al igual que Maison Mesa, que con su confección impecable hizo sus lunares con vainica sobre lino.
Bolsos pequeños
Probablemente toda la culpa de los bolsos mínimos fue de Jacquemus. Los suyos eran como llaveros. Por suerte ahora, aunque han comido terreno a los grandes en los que cabe todo, ya podemos meter el móvil y alguna cosa más. Los bolsos de cordero confeccionados por Suritt, una empresa alicantina conocida por sus materiales de gran calidad, son un buen ejemplo de las nuevas tendencias. Otros como Schlesser, dan una vuelta de tuerca y los cuelgan de los cinturones, facilitando también el cambio de las asas según como se quiera llevar.
‘Tie dye’
Parece que la cuarentena y las ganas de experimentar recuperaron una técnica muy antigua. El proceso en el que se anudan o atan los j¡tejidos y posteriormente se tiñen creando un resultado desigual seguirá en auge. Una tendencia que mostró Juan Carlos Pajares en Madrid y que también se ha visto en la plataforma 080 de Barcelona con la firma All that She Loves, que tiene en el ‘tie dye’ uno de los sellos.