Los conciertos online, los autocines o las visitas turísticas de proximidad y en pequeños grupos se imponen en la nueva normalidad tras la Covid-19.
TEXTO: JOSÉ MANUEL ANDRÉS
España es el país europeo que acoge un mayor número de festivales de música al aire libre. Principalmente en los meses de verano, más de 800 eventos de este tipo se celebran a lo largo y ancho de toda la geografía nacional. Miles y miles de consumados ‘festivaleros’ recorren kilómetros en busca de los directos de sus grupos favoritos, de un concepto de ocio que va más allá de lo meramente musical y que a lo largo de la última década se ha consolidado como rey absoluto del entretenimiento estival. Sin embargo, la pandemia de la Covid-19 se ha llevado por delante este 2020 en lo que a festivales se refiere y dibuja un panorama completamente nuevo en el ámbito de la cultura. «¿Qué hacemos sin festivales?», se preguntan los seguidores, pero la música, la cultura y el ocio ya manejan alternativas ante lo especial de la situación.
Por el camino se han quedado referentes como el Primavera Sound, el Sónar, el MadCool, el FIB, el Resurrection Fest, el Azkena Rock o el BBK Live, pero la imposibilidad de celebrar eventos multitudinarios tiene su cara B y también ha provocado una explosión de los conciertos online. Las actuaciones en ‘streaming’ parecen haber llegado para quedarse, al menos por el momento. Plataformas como Youtube han experimentado un fuerte crecimiento de reproducciones durante el confinamiento y los directos a través de Instagram o Facebook se han convertido en tendencia como alternativa para disfrutar de la música en vivo aunque sea de forma telemática. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) organizó el evento ‘One World: Together at Home’ mediante la cantante Lady Gaga, con el ánimo de promover el distanciamiento físico y la participación de bandas y artistas como los Rolling Stones, Paul McCartney, Elton John, Stevie Wonder, Taylor Swift o Jennifer Lopez. No sólo la música en ‘streaming’ ha vivido su particular explosión en tiempos de la Covid-19, pues el consumo de contenidos audiovisuales en línea a través de diferentes plataformas, así como de videojuegos online y ‘e-sports’ o deportes electrónicos, se ha disparado.
En plena época de avance digital imparable, los museos han resistido el pulso al virus a través de una amplia oferta online, con visitas y directos de encuentros con especialistas. Mediante la web ha sido posible recorrer las vacías salas del Prado y admirar toda la belleza de una pinacoteca con un valor incalculable. Lo mismo ocurre con el Thyssen-Bornemisza, otro museo que ofrece a través de internet su colección completa así como las muestras temporales, también con comentarios y explicaciones de expertos, y con el Reina Sofía, que cuenta con un amplio catálogo de recursos audiovisuales accesibles de forma gratuita.
Ya en fase de regreso a la normalidad y con la llegada del verano, salas de música pequeñas, teatros y cines han ido recuperando el pulso, aunque con muchas limitaciones todavía, por lo que los autocines constituyen una alternativa perfecta de ocio al aire libre, como una opción para disfrutar de la gran pantalla en toda su esencia y con la tranquilidad de cumplir plenamente con todas las medidas de seguridad frente a la Covid-19.
El turismo también cambia
Asimismo, y en consonancia con la gestión de riesgos y las restricciones preventivas, las visitas turísticas han cambiado su modelo, orientado ahora a pequeños grupos y distanciamiento interpersonal, evitando la presencia en espacios reducidos y el tránsito por zonas donde se puedan producir aglomeraciones. Asimismo, serán habituales medidas que hace sólo unos meses nos hubieran parecido increíbles, como la desinfección de aparatos electrónicos utilizados en los ‘tours’, la concertación con cita previa o la supresión de los saludos que impliquen cualquier contacto físico. A cambio de estas condiciones, también encontramos varias ciudades que ya ofrecen visitas guiadas totalmente gratuitas en busca de fomentar el turismo en tiempos difíciles.
La nueva normalidad trae consigo un nuevo modelo de viajes turísticos, con mayor apuesta por la proximidad y sin rastro del turismo de masas al que estamos acostumbrados en los destinos más habituales. En este contexto gana peso el turismo rural, donde ya se constata un aumento de las reservas en busca de huir del paisaje urbano y de las concentraciones de personas propias de las ciudades en entornos naturales, plagados de tranquilidad. Otros modelos de viaje menos habituales como el desplazamiento en autocaravana también destacan por sus ventajas en la situación actual, que obliga también a una mejora de las instalaciones en busca de espacios 100 % libres de Covid.
Se trata en definitiva de un cambio de paradigma en el ocio y el entretenimiento, que obliga a sus diferentes sectores a innovar e inventar nuevas fórmulas que no hagan perder un ápice de su esencia, pero que permite también repensar el modelo con un enorme abanico de recursos digitales al alcance de la mano.
El cine en estado puro
Cine al aire libre, sin preocupación alguna por aglomeraciones, con un cielo estrellado y las impresionantes vistas nocturnas de Madrid en el horizonte. Todo eso, además de servicio de ‘food trucks’ y restaurante es lo que ofrece el Autocine Madrid RACE, una propuesta de ocio ideal en estos tiempos que permite además disfrutar del séptimo arte en toda su esencia y al más puro estilo americano.