La película de Francis Ford Coppola, que cumple este año 50 años desde su estreno, ganó tres Oscar y dejó para la historia interpretaciones míticas como la de Marlon Brando, escenas inolvidables y toda una seña de identidad en el cine negro.
TEXTO: JAVIER VARELA
‘El Padrino’ es el clásico de los clásicos y cumple medio siglo. Una de las películas más conocidas de la historia se estrenó en 1972 y mantiene su vigencia a lo largo de los años. Su banda sonora, la actuación de Marlon Brando como Vito Corleone, sus diálogos, la historia, el guión… Su director, Francis Ford Coppola, cuidó hasta el más mínimo detalle para que la novela homónima de Mario Puzo, que vendió más de nueve millones de ejemplares en la que se basa el filme fuera lo más fiel posible. Sin embargo, el guionista, productor y director de cine estadounidense nunca creyó del todo en la cinta y pensó que iba a ser un fracaso. Todo lo contrario. Desde que se estrenó el 14 de marzo de 1972 en el Loew’s State Theatre de Nueva York no dejó de cosechar éxitos hasta convertirse en una de las películas más emblemáticas de Hollywood con 5 nominaciones a los Oscar, de las que ganó tres: Mejor Película, Mejor actor (Marlon Brando, que no acudió a recibirlo) y Mejor guión adaptado (Francis Ford Coppola y Mario Puzo).
Ahora parece impensable pensar que hubiera problemas y dificultades para contar esta historia que se ha hecho indispensable para los amantes de la gran pantalla, pero desde el principio no fue un camino de rosas. Primero costó encontrar un director que llevara a cabo la cinta. Paramount, la productora con los derechos sobre la película, descartó a varios directores de éxito de la época como Elia Kazan, Arthur Penn o Costa-Gavras. Finalmente el elegido fue Francis Ford Coppola, que aceptó el encargo para solventar los graves problemas económicos que tenía. Como suele ocurrir, una película que asumió por necesidad se acabó convirtiendo en su obra maestra. «‘El Padrino’ fue mucho más exitosa de lo que cualquiera pensó que podría ser», reconoció Coppola.
Pero trabajar con Coppola no era fácil. De hecho, siempre ha reconocido que fue una de las peores experiencias de su vida que empezó con la elección de los actores. Sólo él apostaba por Al Pacino y Marlon Brandon para los papeles principales y le costó convencer a la productora que no veía en ninguno el nivel suficiente para dar vida a Michael y Vito Corleone, pero hoy parece imposible imaginarse ‘El Padrino’ sin ambos actores que dan vida a los líderes de una poderosa familia criminal ficticia de Nueva York.
Aún así, la película tuvo enemigos desde antes de que se rodara. Desde la publicación del libro de Puzo, los principales enemigos fueron los ‘goodfellas’. El capo Joe Colombo, a través de su organización-tapadera Liga Italoamericana, presionó públicamente para que la película no se rodase. Hubo amenazas telefónicas, intentos de boicot del rodaje, pero finalmente se permitió siempre que no se nombrara durante la película la palabra mafia.
Y en una cinta en la que se hablaba de la ‘famiglia’, resulta curioso que Francis Ford Coppola ‘enchufara’ a buena parte de su familia en diferentes papeles. Su padre Carmine Coppola es el gángster que toca el piano durante el montaje de las masacres de Sonny y su hija pequeña Sofía es el bebé al que bautizan mientras los matones de los Corleone masacran a los jefes de las Cinco Familias. También participaron en diferentes escenas su ‘mamma’ Italia, su hermana Talia Shire y sus otros dos hijos Gian Carlo y Roman.
La cinta fue criticada por su excesiva violencia. En la primera entrega hay 22 muertes violentas, de las que 16 son mostradas al público algunas con demasiada crudeza como la de Sonny acribillado en una cabina de peaje. Otra de las escenas más recordadas es la de la cabeza de caballo en la cama, que guarda un secreto para hacer más real la interpretación de John Marley. Coppola adquirió el resto del caballo en una fábrica de comida para perros, asegurándole al actor John Marley que sólo utilizarían una cabeza de atrezo. Aquella mentira hizo que el gesto de horror de Marley fuera terriblemente real. Otra de las escenas más duras de ‘El Padrino’ es cuando Don Vito se mete la piel de una naranja en la boca antes de su muerte.
Con todo, la película también ha dejado frases para la historia como ‘I’ll make him an offer he can’t refuse’ (Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar)’, que se ha utilizado en otras películas, series, anuncios y camisetas. Fue elegida por el American Film Institute como la segunda cita más destacada del cine, en su lista de las 100 más simbólicas de todos los tiempos. La única que le supera es «Francamente, querida, me importa un bledo» de la película ‘Lo que el viento se llevó’ de 1939.
La película contó con dos secuelas y pese a los incesantes rumores de una posible cuarta entrega, el propio Coppola siempre se ha mostrado reacio: «Es posible que haya una ‘El padrino IV’, una ‘El padrino V’ y una ‘El padrino VI’, pero no seré yo quien las dirija», aclaró. El carisma del patriarca Don Vito Corleone interpretado por Marlon Brando, el atractivo de los miembros de la ‘famiglia’ y la representación verosímil de la mafia italiana asentada en Estados Unidos fueron clave para que ‘El Padrino’ se quedará para siempre en la memoria del espectador y en la apreciación de la crítica. De hecho, hasta un director poco dado a piropear el trabajo de otros directores como Stanley Kubrick llegó a reconocer que la cinta de Coppola era la mejor película de la historia de Hollywood. Un clásico que no pasa de moda y que es imprescindible.