El 9 de enero de 1824, durante el reinado de Fernando VII, se creó la Policía General de Vigilancia y Seguridad Pública del Reino con un ámbito de actuación nacional
TEXTO: JOSÉ MANUEL ANDRÉS
La Policía Nacional cumple este año 2024 dos siglos de historia bajo el lema «comprometidos contigo», una festiva efeméride marcada por diversos actos conmemorativos que repasan la trayectoria de la fuerza de seguridad que junto a la Guardia Civil actúa en todo el ámbito nacional. Y es que a pesar de los precedentes en materia de seguridad pública, cuyas primeras instituciones armadas fueron la Santa Hermandad de Isabel la Católica en Castilla y las diferentes milicias de carácter rural en el resto de reinos peninsulares, no fue hasta el reinado de Fernando VII, a comienzos del siglo XIX, cuando se institucionalizó un verdadero cuerpo policial de carácter nacional.
En virtud de la real cédula publicada el 13 de enero de 1824 se creó la Policía General de Vigilancia y Seguridad Pública del Reino, con la superintendencia general situada en Madrid y un margen de acción que se extendía por todo el territorio español, a través de 126 subdelegaciones en centros de población de cierta importancia. Sus funciones estaban centradas en la preservación de la seguridad en las ciudades, la prevención y persecución del delito, la difusión de información y la vigilancia y el control de pasaportes y viajeros que transitaban por Madrid.
Fue sin duda la semilla de la puesta en marcha de una policía moderna propiamente dicha, y aunque en sus orígenes estuvo ligada a la represión de los liberales propia del espíritu de la Década Ominosa (1823-1833), comandada por el carácter absolutista del reinado de Fernando VII, la muerte del soberano, el real decreto del 28 de septiembre de 1833 y principalmente la instrucción gubernamental de Javier de Burgos del 30 de noviembre de ese mismo año reorganizaron por completo el cuerpo.
La policía pasó a depender entonces del Ministerio de Fomento (posteriormente Ministerio de la Gobernación) y de los gobernadores civiles en las provincias. Ya en 1852 se instituyó la figura del inspector y se dividió el cuerpo en las áreas de Vigilancia y Seguridad, una estructura orgánica consolidada definitivamente por el decreto del 18 de octubre de 1887.
El epílogo del siglo XIX, marcado por el desastre colonial español y la oleada de atentados de signo anarquista, derivó en el tormentoso inicio del XX, con el asesinato del presidente José Canalejas en 1912 como punto de inflexión para una nueva reorganización de la policía y las fuerzas de seguridad. Se creó entonces la Dirección General de Seguridad y brigadas específicas para desarticular el terrorismo anarquista.
La convulsión de la nueva centuria en España derivó en la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, cuando la policía ya había cumplido sus primeros cien años de vida, un régimen que desembocó en la desastrosa Guerra Civil y su consecuente división de efectivos policiales entre las fuerzas leales al gobierno republicano y las fuerzas sublevadas. Tras los múltiples vaivenes organizativos en las dos zonas, el final del conflicto y la instauración del nuevo régimen franquista derivó en la enésima reorganización de la policía española.
En septiembre de 1939 se determinó la nueva estructura de la Dirección General de Seguridad y se creó un nuevo cuerpo de seguridad, la Policía Armada. Ya en 1941, el Cuerpo de Investigación y Vigilancia se renombró como Cuerpo General de Policía, una denominación que conservó hasta el 4 de diciembre de 1978, cuando tres años después de la muerte de Francisco Franco, pasó a depender del Ministerio del Interior y a llamarse Cuerpo Nacional de Policía (CNP), un nombre y unas siglas que hoy coexisten junto al de Policía Nacional.
Del gris al azul
El color marrón sustituyó al gris, asociado al franquismo, y se produjo una completa reestructuración de la institución y sus competencias fruto de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que reguló las funciones del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil y simbolizó la Transición hacia el régimen democrático imperante en nuestros días.
Hoy, la Policía Nacional celebra sus dos primeros siglos de vida, aniversario redondeado por la Orden del Mérito Constitucional, concedida por el Gobierno de España. Con su característico uniforme azul, color que comenzó a sustituir al marrón en octubre de 1989, el cuerpo cuenta actualmente con casi 75.000 efectivos y se estructura a través de la Dirección General de la Policía, compuesta por la Dirección Adjunta Operativa, la Subdirección General de Recursos Humanos y Formación, la Subdirección General de Logística e Innovación y la Subdirección General del Gabinete Técnico.
Con motivo de este bicentenario, considerado como acontecimiento de excepcional interés público, pues conmemora los principales episodios de la historia de la Policía Nacional, su imagen ante la ciudadanía y el sentimiento de pertenencia de sus miembros, se lleva a cabo a lo largo del año 2024 un extenso programa de actividades en todo el territorio nacional. Los Reyes presidieron el acto central, que tuvo lugar el pasado 8 de mayo en el Palacio Real de Madrid.