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Desde que se publicara la primera aventura de los galos en 1959, el éxito se ha multiplicado gracias a la peculiar combinación de humor, peleas y guiños a lo que hay fuera de las viñetas.
TEXTO: JAVIER BRAGADO
FOTOS: SALVAT Y ANAYA
¡Por Tutatis, los galos han cumplido 60 años! Y, por supuesto, en la aldea de los irreductibles ya se estará celebrando un banquete para conmemorar el aniversario de sus primeras aventuras. En el rincón de Armórica, ese punto de partida que idearon el dibujante Albert Uderzo y el guionista René Goscinny para sus historietas cómicas, Astérix y Obélix comerán jabalíes y repasarán sus múltiples anécdotas y recibirán como iguales el reconocimiento de sus paisanos. En cambio, fuera de las viñetas, el reconocimiento sería mucho mayor puesto que los populares rebeldes contra Julio César se han convertido en parte de la cultura de la humanidad.
¡Por Belenos, son ya 38 álbumes! Si la primera aparición de los amigos galos fue en la revista ‘Pilote’ el 29 de octubre de 1959, su inesperado éxito permitiría a sus creadores lanzar el primer tomo dos años después (‘Astérix el galo’). Aquel primer recopilatorio vendió 6000 sólo ejemplares. No obstante, los juegos de palabras, bromas sobre el mundo actual insertadas en sus guiones, anacronismos, guiños históricos, peleas al estilo de Bud Spencer y Terence Hill, acertijos y viajes por todo el planeta formarían pronto una legión de seguidores. Su quinto volumen (‘La Vuelta a la Galia) vendió 300.000 ejemplares y con ‘Astérix y Cleopatra’ su popularidad se disparó fuera de Francia.
La razón es que Uderzo y Goscinny no quisieron que sus tebeos fuera sólo para niños. Las múltiples lecturas en diversos niveles permiten leer sobre crítica social, apuntes de lectura de los clásicos, prejuicios, debates históricos y una gran dosis de parodia chauvinista, especialmente sobre la Francia del momento de cada publicación. Una buena parte de la historia la ponen quienes están fuera de las viñetas. Los lectores son parte activa. El otro ingrediente decisivo para disfrutar de la serie son los personajes secundarios habituales e invitados. En la aldea gala se espera el compañerismo, la lealtad, mentes simples y las disputas locales con peleas a puñetazo limpio sin que nadie salga herido de gravedad. Del druida Panorámix se espera serenidad, sapiencia y una poción mágica para ser invencibles. De Julio César se disfruta su persistencia, sarcasmo y dolores de cabeza por las derrotas del emperador ante los enviados de la pequeña aldea.
Todo lector sabe que la historia terminará bien (con banquete incluido) pero lo que quiere es disfrutar del viaje. Un día es una trama política, otro es un asunto de espías, unas veces hay que emplear la inteligencia, otro hay se disfrazan como espías y en otros se emplea la fuerza bruta de la exclusiva poción mágica. Unas veces los adversarios son los romanos, otro acuden a ayudar a los oprimidos y otras veces se trata de una rivalidad gala. Así se construyeron grandes obras de la historieta como ‘La cizaña’, ¡El adivino’, ‘Astérix legionario’ o ¡Astérix y los Juegos Olímpicos’.
Muerte de Goscinny y relevo
Las inevitables circunstancias han provocado que las últimas entregas tuvieran a nuevos autores como creadores sin que el cielo cayera sobre sus cabezas. René Goscinny murió de un paro cardíaco el 5 de noviembre de 1977 durante una revisión médica y se cerró el ciclo se más calidad, según los críticos y los lectores. Uderzo tomó el relevo y asumió también el guion, pero nunca alcanzó el solitario la magia que había creado con su compañero durante 24 álbumes. Las disputas su hija por los derechos de imagen de Astérix, que iban mucho más allá de los tebeos con películas, videojuegos y un parque temático, decidieron a Uderzo a vender su parte y buscar un reemplazo. Los elegidos fueron el dibujante Didier Conrad y el guionista Jean-Yves Ferri, quienes curiosamente comparten año de nacimiento con Astérix. Desde 2013 prorrogan la vida del pequeño guerrero rubio y del repartidor de menhires y han conseguido relanzar al personaje gracias a las fórmulas originales. Se mantiene la línea clara de la escuela francobelga, las visitas a otras culturas, las disputas internas en la aldea, los juegos de palabras, algún giro inesperado en la trama, guiños a la actualidad y numerosas aventuras.
Para conmemorar el 60 aniversario, los autores herederos firmarán ‘La hija de Vercingétorix’, que estará en las librerías el 24 de octubre de 2019 (publicado en España por Salvat). El álbum recuperará al personaje histórico que entregó las armas en nombre de las tribus galas ante el victorioso Julio César. Vaya diferencia. Aquel romano conquistó la Galia sin excepción mientras el creado por Uderzo y Goscinny hoy estaría sujetándose la cabeza con un único pensamiento: ¡Por Júpiter, los galos han cumplido 60 años!
Los traductores
Gran parte del éxito de Goscinny Uderzo se obtiene de su capacidad para llevar su humor a todo el mundo apoyados en el gran trabajo de los traductores. Sólo así se entenderían muchos de sus chistes. Por ejemplo, los nombres de los personajes secundarios se han adaptado al habla de cada país desde que el portugués fue el primero de los idiomas a los que se tradujo una obra de Astérix. El más viejo de la aldea se llama en francés ‘Agecanonix’ (significa «edad venerable»), mientras que en España se llama ‘Edadepiedrix’ tras probar con ‘Vejestórix’; en Italia es ‘Matusalemix’ y en inglés es ‘Geriatrix’. Por otro lado, los nombres de los campamentos en francés hacen referencia a un postre, una planta opiácea, un acuario y un ‘hombrecito’ que recuerda a una obra de Julio Verne. En cambio, se mantienen en latín original las citas que recuerdan a frases históricas o conocidas expresiones como el ‘olé’ que dicen los locales cuando visitan Hispania.