Nació en una familia en la que siempre se respiró un ambiente de coches y competición. «Eso ayudó», confiesa en Autoclub Carlos Sainz, que esta temporada afronta su cuarto año en el Mundial de Fórmula Uno y como piloto del equipo Renault.
Texto: JAVIER VARELA
Fotos: ALBERTO FERRERAS Y AGENCIAS
Carlos Sainz respira motor desde que nació. Salvo la ilusión por el automovilismo, poco queda de aquel niño que subió a los 3 años por primera vez a un kart. Crecer en la vida y en los circuitos con la etiqueta de ‘hijo de’ «ha sido duro para algunas cosas». «Pero me han hecho más fuerte», confiesa, sin renunciar a su pasado: «Es indudable que en mi familia siempre se respira un ambiente de coches y competición, y eso ayuda». Ahora vemos a un Carlos Sainz más maduro, con más experiencia y, como los coches de Fórmula 1, en constante evolución.
En los últimos tres años ha progresado como piloto hasta conseguir un volante en Renault con el que aspira a devolver a la escudería francesa a lo más alto. «Me encantaría estar en el podio. Soy el primero que lo está deseando y trabajo muy duro para conseguirlo cuanto antes», desvela con los ojos llenos de emoción. Pero como si sintiera la mirada de su padre reacciona y vuelve a poner los pies en el suelo: «También soy realista y sé lo complicado que es. El año pasado, de 60 oportunidades (20 carreras), 59 podios fueron para pilotos de Mercedes, Ferrari o Red Bull y sólo uno para Williams».
Carlos Sainz confiesa que «el talento es importante y todos los pilotos de Fórmula 1 tienen que tener algo especial en mayor o menor medida», pero sabe que sólo con talento no se ganan carreras. «Hace falta trabajo duro, mucho sacrificio y pasión por tu deporte. Hoy en día el mayor talento del mundo no valdría para ser campeón si no se acompaña de un trabajo excepcional», se sincera. Eso sí, si tiene algo claro es que su madre «es la verdadera heroína de todo esto». «Está acostumbrada después de tantos años con mi padre, pero con un hijo es diferente y yo sé que lo pasa regular», desvela en una charla con Autoclub en la que cuenta algún secreto que otro.
En su caso ser piloto era casi una obligación teniendo en su casa un padre como Carlos Sainz.
No hubiese tenido por qué ser así. Mi padre nunca me ha empujado para que compitiese en karts cuando era pequeño. Fue algo que salió de mí mismo, aunque es indudable que en mi familia siempre se respira un ambiente de coches y competición, y eso ayuda.
Tener esa etiqueta de ‘hijo de’, ¿ha sido una ayuda o un inconveniente?
Para algunas cosas ha sido duro. Pero por otro lado esas complicaciones me han hecho más fuerte, así que en el fondo también me han preparado mejor para la competición.
¿El mejor consejo que le ha dado su padre?
Ser respetuoso con todas las personas que trabajan conmigo y prestar atención hasta el más mínimo detalle.
¿Y su madre? Ella lo pasaba y lo pasa mal con su marido y ahora con su hijo.
Mi madre es la verdadera heroína de todo esto. Por un lado, está acostumbrada después de tantos años con mi padre. Pero por el otro, con un hijo es diferente y yo sé que lo pasa regular, pero a la vez su apoyo es incondicional y eso siempre me da fuerzas.
En este deporte, ¿hasta dónde llegan talento y trabajo?
El talento es importante y todos los pilotos de Fórmula 1 tienen que tener algo especial en mayor o menor medida. El resto es trabajo duro y mucho sacrificio y pasión por tu deporte. Hoy en día el mayor talento del mundo no valdría para ser campeón si no se acompaña de un trabajo excepcional.
«El talento es importante y todos los pilotos de F1 tienen que tener algo especial. El resto es trabajo duro y mucho sacrificio y pasión por tu deporte»
Siempre se dice que el piloto está por encima del coche, pero sin coche no hay victorias.
El mundo del motor en general es así. Inevitablemente dependes del factor máquina para estar constantemente arriba. Siempre hay que extraer el máximo del material con el que cuentas. Es la mejor manera de enfocarlo.
¿No siente que hay que madurar demasiado deprisa siendo piloto?
Hoy en día los pilotos pasan por muchos años de karting y competición antes de subir a categorías más importantes. Maduras rápido, sí, pero te has estado preparando para ello desde muy joven.
Cuando uno va al volante de su monoplaza, ¿le da tiempo a pensar en algo que no sea la carretera?
Hay que pensar en muchas cosas: la carretera, la degradación de los neumáticos, los cambios en el volante, la información que recibes de tu ingeniero de pista, la estrategia… ¡Es bastante intenso!
¿Este año veremos a Carlos Sainz en un podio del Mundial de Fórmula 1?
¡Me encantaría! Yo soy el primero que lo está deseando y trabajo muy duro para conseguirlo cuanto antes. Pero también soy realista y sé lo complicado que es. El año pasado, de 60 oportunidades (20 carreras), 59 podios fueron para pilotos de Mercedes, Ferrari o Red Bull y sólo uno para Williams.
Y entonces, ¿cuáles son los objetivos realistas?
Volver a terminar en el ‘top 10’ y cerrar el hueco a los de arriba todo lo posible.
¿Qué circuito es más complicado y en el que más disfruta?
Los circuitos urbanos siempre demandan mucho de los pilotos al no tener largas rectas y tener que ir siempre al 200% de concentración. A mí personalmente me encantan circuitos históricos como Spa o Silverstone y, por supuesto, el de casa, en Barcelona.
¿Cómo ve el Renault RS18?
Las sensaciones son muy positivas. El equipo ha trabajado muy duro todo el invierno y el resultado final es prometedor. Además, estoy convencido de que un equipo como Renault tiene la capacidad para seguir evolucionando el coche durante todo el año y eso para los pilotos es muy importante.
«¡Para ir rápido ya tengo los circuitos! Siempre hay que respetar las normas de circulación»
El halo ha despertado mucha discrepancia. ¿Cómo lo valora?
Para los pilotos no es un problema a la hora de conducir. Es un poco más incómodo para entrar y salir del coche, pero a nivel de conducción te acostumbras rápido. Estéticamente no me gusta mucho, pero es cuestión de seguir trabajando sobre él y de que todos nos hagamos a la idea de verlo en un monoplaza. Es otro elemento de seguridad y eso es positivo.
Su primera incursión en el rally fue este año en Montecarlo. ¿Se ve en un futuro en esa especialidad?
Hice de coche cero en un Renault Megane RS y la verdad es que la experiencia fue buenísima. Lo disfruté mucho y tuve la oportunidad de vivir más de cerca un rally tan mítico como el de Montecarlo. Por ahora sólo estoy centrado en la Fórmula 1, pero es verdad que la especialidad de los rallies siempre me ha apasionado (como no podía ser de otra manera) y puede que algún día me lo plantee.
Fuera de los circuitos, ¿se acostumbra a conducir en carreteras con límites de velocidad?
Sí, por supuesto. Hay que diferenciar cuando uno está compitiendo en un entorno controlado y cuando se está circulando por la vía pública. ¡Para ir rápido ya tengo los circuitos! Siempre hay que respetar las normas de circulación. Es la mejor manera de evitar accidentes que no benefician a nadie.
Sabemos cómo es como piloto, pero, ¿cómo se califica como conductor?
Soy muy tranquilo cuando conduzco en la ciudad. No soy de los que empiezan a pitar por cualquier cosa o se desesperan a la mínima. Conduciendo en la ciudad hay que ir siempre atento a lo que te rodea, pero con tranquilidad. Llegar un minuto antes a los sitios no te soluciona nada y sin embargo puedes tener un susto innecesario.
Espero que se sacara el carnet a la primera…
Sí, ¡menos mal!
Y su primer coche, ¿lo recuerda?
Es un Golf y sigo teniéndolo. Ahora como piloto Renault me pasaré a uno de la gama RS de la escudería.
¿En qué país se conduce peor?
Calidad de conducción no estoy seguro… pero el tráfico es muy muy intenso en México D.F. Los atascos en esa ciudad son impresionantes.