Los cuarenta son los nuevos treinta. Nadal, Joaquín, Valverde o Fernando Alonso mantienen sus prestaciones en la alta competición pese a su edad y la competencia.
TEXTO: IBAN GARBAYO
Llegar a la élite en el deporte mundial es muy difícil. Mantener un alto nivel competitivo durante dos décadas es casi imposible. Sin embargo, la historia reciente ha demostrado que la edad no parece ser un impedimento para seguir ganando títulos y premios más allá de los 30. Incluso de los 40. Rafa Nadal, Joaquín, Alejandro Valverde, Fernando Alonso o Tom Brady dan buena fe de ello. Precisamente, el mejor quarterback de la historia puso fin el pasado 1 de febrero a una carrera sin parangón, en la que conquistó siete anillos de campeón -los dos últimos superando los 40 años- y reventó todos los récords inimaginables. ¿Cuál es su secreto?
Los expertos lo tienen claro. Hay una mezcla entre la preparación de los profesionales dedicados a la materia, las nuevas tecnologías utilizadas para controlar el estado físico de los deportistas y la propia genética de estos. «El conocimiento que posee un preparador físico es más profundo a muchas más escalas que simplemente diseñar un programa de ejercicio», explica Lander Castro, preparador físico del Club Baloncesto Gran Canaria.
Con una larga trayectoria como profesional en la élite, Castro considera que la implicación del deportista es imprescindible para poder ver casos como los que estamos viendo en la actualidad: «Es fundamental el estilo de vida que se lleve. Cuánto tiempo dedico a recuperarme del esfuerzo, qué como, cuánto duermo, etc. Obviamente las lesiones sufridas a lo largo de su carrera también juegan un papel fundamental», explica.
Un ciclista o futbolista profesional se suele retirar a los 34 o 35 años cuando sienten que el cuerpo no resiste el entrenamiento de élite, las lesiones se acumulan y el cuerpo no tiene la misma respuesta de oxigenación y resistencia. Sin embargo, hay casos en los que el deterioro celular y metabólico parecen ir más lentos. En muchos casos no corren lo mismo que cuando tenían 20 o 22 años, pero saben compensar ese déficit con una mejor posición en el campo de juego o una mejor estrategia.
Precisamente, y buscando compensar la pérdida de facultades, uno de los aspectos más destacados en la actualidad es el trabajo individualizado que se realiza sobre el deportista. Antes no se producía un trabajo tan específico con cada uno. Tan fácil como la vida misma. Puede que lo que le siente bien a un deportista, no le siente bien a otro y viceversa. Por lo tanto, «cada vez se busca más la individualización, incluso en deportes de equipo», señala el experto. «No tenemos dos jugadores iguales y por lo tanto, cada uno reacciona de una manera muy particular al estímulo que provoca el entrenamiento. Sobre todo ha evolucionado mucho la tecnología que usamos para controlar la carga de entrenamiento, que nos da muchísimos más parámetros que antes (GPS, LPS, etc.)», añade.
Si hay algo que puede relacionar a los deportistas mencionados al principio del texto es su talento. Todos ellos gozan de unas prestaciones físicas y mentales que los han convertido en máquinas perfectas dentro de su disciplina. Castro considera que es difícil dar una respuesta única que explique este fenómeno. «Hasta hace bien poco era imposible pensar que estos jugadores iban a estar rozando la excelencia deportiva con 40 años cuando otros mucho más jóvenes ya se han retirado». «A mi parecer todos ellos tienen varios aspectos en común, siendo su talento y el gen competitivo de estos, dos de los principales factores», afirma el preparador físico.
Por último, el experto resalta que hay que evitar poner la edad en el foco cuando hablamos de madurez deportiva. «Cada cuerpo es un mundo. Si un deportista es capaz de mantener un estado de forma óptimo y combinarlo con la experiencia (a nivel técnico-táctico) que te da la madurez de tus ‘últimos’ años al más alto nivel, es normal que veamos casos como los que estamos viendo. Eso sí, generalizar sobre la madurez de una carrera deportiva cuando ponemos como ejemplos a varios de los mejores deportistas de la historia puede llevar a error», concluye.