Lamine Yamal, Assane Diao, Pedro Acosta o Isack Hadjar son los últimos adolescentes irreverentes que se han colocado en el centro de la diana del deporte mundial con edades contraproducentes con la presión del alto nivel.
TEXTO: ANTONIO GARRIDO
Hoy día cada vez es más común ver a jóvenes deportistas tirar la puerta abajo. Aparecen en la palestra de la noche a la mañana con grandes actuaciones ante rivales que podrían ser sus padres, dejando asombrados a propios y a extraños. La inconsciencia, la falta de miedo y el descaro son los vasos comunicantes de estos adolescentes, que ni siquiera son conscientes del contexto ‘mastodóntico’ que les rodea. Simplemente salen y juegan lo mejor que saben hacerlo, que no es poco. En los últimos meses, han sido varios los ‘niños’ que han irrumpido en LaLiga. Lamine Yamal y Marc Guiu (16 y 17 años), Assane Diao (18 años), Samu Omorodion (19 años) o Javi Guerra (20 años). Todos ellos se han asentado en sus respectivos equipos a base de buenas actuaciones. También en el mundo del motor, Pedro Acosta (19 años), flamante nuevo piloto de MotoGP o Isack Hadjar (19 años), que recientemente hizo su primera gran aparición en los entrenamientos libres del Gran Premio de México, ponen en valor esta situación cada vez menos anómala.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Romper el cascarón a los 16, 17 o 18 años lleva implícitas unas consecuencias inherentes en el deportista que se ponen aún más de manifiesto a una edad tan temprana. La mayoría de ellos no saben lidiar con la presión que supone salir cada semana y brillar como el primer día. Por eso, los equipos trabajan meticulosamente el aspecto mental con este perfil de futbolistas, al igual que las escuderías con los pilotos.
«Hoy en día, los equipos de élite tienen estructuras para captar talentos y cuidarlos. Desde hace unos años, el deporte adolescente se ha profesionalizado hasta tal punto que los intereses económicos son superiores a los estrictamente deportivos. Eso sí, llegan mucho mejor formados física y mentalmente al momento de debutar en la élite, algo que no pasaba hace 20 años», explica a Autoclub RACE el psicólogo deportivo Adrián Quevedo.
El contexto que les rodea será fundamental para el devenir de sus carreras deportivas. «Es importante que tengan adultos que les acompañen en su proceso de crecimiento deportivo, también en la parte estudiantil, pues muchos tiran la casa por la ventana en pro de ser profesionales, pero solo un porcentaje ínfimo se mantiene en la cúspide», apunta.
Pasa con todos los deportistas, pero especialmente con ellos hay que trabajar la presión, la atención y la capacidad de visualización. «La ansiedad y el estrés pueden influir positivamente, pues les hace estar alerta y activos, pero en la mayoría de casos pueden bajar mucho el rendimiento si no se controlan. También la gestión del error y la frustración. Deben ser conscientes de que fallar forma parte del camino y a sus edades mucho más», añade Adrián en cuanto a los aspectos más importantes a trabajar con el deportista adolescente.
Lamine Yamal, la mayor eclosión futbolística
El futbolista hispano marroquí come aparte. Existe unanimidad entre todos los entrenadores de fútbol base que le han tenido en La Masía desde que llegara a Can Barça en 2013. Es el mayor talento del Barça desde un tal Leo Messi. Ahí es nada. Ya debutó la temporada pasada ante el Betis con tan solo 15 años. Ahora, con 16 recién cumplidos, es un habitual en las rotaciones de Xavi y ya es un fijo en las listas de Luis de la Fuente con la selección española.
Su caso seguramente sea el que más trabajo mental requiera, pues no se veía una explosión de ese calibre en un jugador desde hace muchos años. Será clave ese trabajo psicológico para que su crecimiento personal y deportivo vayan a la par.
“Futbolistas como Lamine Yamal o Marc Guiu, que proceden de una de las canteras más importantes del mundo, seguro que han adquirido hábitos saludables fundamentales, pero este perfil debe trabajar todas las áreas vitales. No deben dejar de lado el ocio, la familia y los amigos, ya que antes que deportistas son adolescentes”. En ese sentido, tener una familia alineada es vital. Los padres son el modelo más importante para ellos, por lo que tener un triángulo alineado (padres, entrenador y psicólogo) es sinónimo de éxito.
Isack Hadjar, el futuro de la F1
Si el mismísimo Franz Tost te elogia, es que algo estás haciendo bien. El piloto francés Isack Hadjar salió a realizar los entrenamientos libres del Gran Premio de México y dejó impresionados a los ingenieros de Alpha Tauri. «Este no debería ser el mejor día de su vida. Pero tenemos que decir que hizo un buen trabajo. Todos quedamos impresionados con él», confesó Tost tras un meritorio puesto 17 del galo.
Parece cuestión de tiempo que Hadjar llegue definitivamente a la F1. A pesar de ser un piloto de Fórmula 2, el joven de 19 años demostró tener una buena capacidad de retroalimentación y encontró apoyo en los datos del equipo, que quedó muy satisfecho con su primera experiencia.
Las redes sociales también son un actor principal en todo este proceso. Por ejemplo, el futbolista culé Marc Guiu cuando saltó al terreno de juego ante el Athletic Club contaba con 40 mil seguidores en Instagram. Después de saltar al campo y anotar el tanto de la victoria con solo 17 años, sus ‘followers’ dieron un subidón tremendo, llegando a alcanzar los 980 mil en menos de una semana. Síntoma de que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, pero precisamente por esa gran exposición que tienen, deben trabajar el aspecto mental igual o más que antes.