El chef de Talavera de la Reina ha conseguido la primera distinción gracias a su restaurante ‘Raíces’, en el que mezcla el mundo del ‘food truck’, los ingredientes asiáticos y la cocina de su tierra.
TEXTO: JAVIER VARELA
Carlos Maldonado es un cocinero con estrella. Con apenas 25 años ganó con un bocadillo de calamares con pan de tinta ‘MasterChef 3’ y ahora puede presumir de ser el primer cocinero salido del programa de televisión en tener una estrella Michelin gracias a ‘Raíces’, el restaurante que abrió en 2017 en su Talavera de la Reina (Toledo) natal. Pero el camino hasta conseguir la primera distinción estrellada no ha sido fácil para este cocinero que se confiesa «un culo inquieto». Durante un par de años apostó por Cocina Gamberra, una ‘food truck’ con la que recorrió toda España porque «a todo el mundo le gusta comer rico», independientemente de que sea en un restaurante o en una furgoneta.
«Esta Estrella es de un equipo, de una familia, de todas las personas que han confiado en este proyecto tan bonito a la vez que loco y vulnerable», confiesa sobre su primera estrella Michelín que completa la distinción Bib Gourmand que recibió el año pasado como premio al mejor plato en relación calidad-precio. Y haberlo conseguido en 2020, con todas las dificultades que han rodeado al pasado año tiene un mérito especial. «En el peor año de la historia ha apostado por nosotros con los ojos cerrados», dice con un punto de orgullo.
‘Raíces’, que ya presume de su primer estrella Michelin, es el reflejo de la vitalidad y la ‘locura’ de Carlos Maldonado llevado a la cocina. En sus platos busca provocar con sabores intensos y «meter caña» a las recetas más tradicionales de Talavera, de donde queda patente la tradición en su menú. Sus platos son una mezcla del mundo del ‘food truck’ en el que se ha fogueado, de ingredientes asiáticos ya integrados en la cotidianidad y de la cocina de su tierra, que también está presente en la cerámica que utiliza en la presentación. «Nuestros platos reflejan un pedacito de nosotros. Tenemos una frase que es ‘déjame entrar en tu paladar y te daré un trocito de mi alma’, que representa la aventura gastronómica que aporta Raíces».
Y es que si algo tiene claro Carlos Maldonado es la importancia de sus raíces. «Muchos me tildaban de loco por montar un restaurante en tu casa, en tu tierra, en Talavera de la Reina, y apostar por su entorno, su cerámica, sus productos; intentar dar visibilidad y valor», dice con la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero montar el negocio y ver cómo crece supone mayor responsabilidad ante lo que viene y los nuevos retos. «El día a día es lo que te convierte en sabio, por decirlo de alguna forma. Nos queda muchísimo por aprender. Lo más bonito de la cocina es que nunca terminas de aprender y, cuanto más sabes, más te queda por aprender. Tiene tantos caminos…», confiesa.
Sí reconoce, sin embargo, que haber conseguido la primera estrella Michelin le da más visibilidad y presencia en los medios y ha convertido a ‘Raíces’ en una referencia culinaria que mucha gente querrá conocer. Pero eso no le hace perder los pies del suelo porque «queda mucho para ser uno de los más prestigiosos». «Lo más bonito que tiene esto es que no te cambia nada a modo personal; sí profesional. Te da la posibilidad de convertirte en un gran profesional», finaliza.