El exceso de comida en las fiestas navideñas hace que en muchas casas se terminan desperdiciando muchos de los manjares que no se comen
TEXTO: JAVIER VARELA
La Navidad es sinónimo de fiesta, reuniones familiares, alegría y, sobre todo, de comidas y cenas. El exceso de comida y compras hace que en muchas casas se termine por desperdiciar muchos de los manjares que no se comen en estas fechas tan señaladas. Según el Informe del Desperdicio Alimentario en España 2023 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), la comida sobrante supone 20% de los alimentos preparados durante las celebraciones navideñas, una cifra que refleja una problemática extendida y con un impacto ambiental y económico significativo. El querer ofrecer todo lo mejor a los invitados, tanto en cantidad como en calidad, y la dificultad para calcular la comida exacta para tantas personas hace que tras estas celebraciones se generen muchos excedentes que, en muchos casos, terminan en la basura.
Tras las cenas y comidas navideñas, en la nevera podemos encontrar recipientes, bandejas y platos con restos de ingredientes que pueden tener una ‘segunda vida’ sin perder calidad. “Se pueden elaborar muchos platos ricos, saludables y sin que se pierda calidad y sabor. Sólo es cuestión de un poco de organización, ganas y de usar la creatividad para darles una nueva vida”, señala a Autoclub RACE Jaime Tejero, cocinero y responsable de gastronomía y compras de En copa de balón. Una labor que empieza ya desde el momento de hacer la lista de la compra “pensando qué menús se van a preparar y qué se va a necesitar. Así no se compra de más”, señala Tejero. Otro de los factores a tener en cuenta para aprovechar la comida sobrante es “mejorar la conservación de los alimentos, ajustar las raciones para no obligar a dejar comida en el plato o congelar el exceso”, añade el cocinero.
Mariscos
Los mariscos pueden ser “un acompañamiento perfecto en una ensalada con la que se consigue un contrapunto de sabor”, señala Jaime Tejero. “Con las gambas, langostinos, pulpo o buey de mar podemos hacer unas gyozas que están tan de moda y cuya oblea la encontramos en grandes superficies. Picamos bien el relleno y salteamos con un poco de soja. Posteriormente se rellena y se cierra bien -esta es la parte más laboriosa- y se pueden hacer al vapor, fritas o al horno”, añade el cocinero. “Otra posibilidad con el marisco es rellenar pimientos del piquillo, hacer una ensaladilla de marisco o un salpicón. Y por supuesto, unas croquetas, que en muchas casas es la opción principal”, señala.
Pescados
Con el pescado sobrante hay varias opciones como “hacer croquetas, que se pueden hacer casi de cualquier cosa y que además se pueden congelar y utilizar poco a poco en las semanas sucesivas. Una de las soluciones más apetitosas “es una buena sopa de menudos” tan típica en los días posteriores a las fiestas navideñas “que además de permitirnos aprovechar los sobrantes, son muy saludables”, señala Tejero. Para otros pescados como “la merluza, el bacalao o el salmón ahumado “se puede volver al relleno de pimientos o ser un poco más atrevido y lanzarse a cocinar un pudin o una quiche”.
Carnes
Con las carnes , también se pueden elaborar varias opciones sin que se resienta el sabor. “Además de las clásicas croquetas, bases de sopas y relleno para pimientos, con el pavo, cordero, pollo o diferentes carnes rojas se pueden hacer otras opciones más elaboradas como canelones, lasañas y empanadas”, señala Tejero.
Postres y dulces navideños
En muchas cosas se siguen tomando postres y dulces navideños hasta bien entrado el mes de enero, pero para evitarlo se pueden llevar a cabo muchas recetas distintas. “Es importante cambiar la manera de tomarlos”, explica el cocinero. “Con la fruta una socorrida macedonia es la mejor opción”, mientras que para los turrones y polvorones “pueden transformarse en cremas, mousse, flanes o tartas. Basta con cambiar la textura para darle una opción diferente sin perder el sabor”, añade.
El pan
Si hay un producto que siempre sobra en las cenas y comidas navideñas es el pan. La ventaja es que el pan tiene múltiples posibilidades como “cortar unas rebanadas y congelarlas para ir consumiéndose los días siguientes o hacer unos picatostes para acompañar un puré de verduras”. Otra opción es “dejarlos secar y triturar para tener pan rallado para rebozados”, finaliza Jaime Tejero.