El panettone de Italia, el stollen alemán, las speculoos belgas o el yule Log o bûche de Noël francés son algunos de los platos típicos navideños en el viejo continente.
TEXTO: JAVIER VARELA
Cuando en España se habla de postres tradicionales en Navidad todos pensamos en el turrón y en los polvorones y mantecados. Pero cada país de Europa tiene sus propios platos para endulzar estas fechas tan especiales para grandes y pequeños y que aunque se toman durante todo el año cobran una especial importancia en estas fechas. El panettone de Italia, el stollen alemán, las Speculoos belgas, el pudin de ciruela inglés o el Yule Log o Bûche de Noël francés, sin olvidarnos del original el smörgåsbord sueco. Unos platos que nos harán disfrutar de la Navidad al máximo.
Panettone
En Italia no hay Navidad que se precie sin Panettone. Aunque sus orígenes están en Milán y su primer registro data del siglo XVIII, este pan dulce hecho con pasas, limón, piñones y anís se disfruta el 25 de diciembre y el 1 de enero en las casas de media Europa. La receta original del Panettone era diferente al actual y en el primer momento era seco y denso porque se sumergía en café o vino, pero con el paso de los años se convirtió en un ‘bollo’ más esponjoso. En la actualidad se elabora con masa tipo brioche que se prepara con harina de fuerza, masa madre o levadura fresca, huevos, mantequilla y azúcar. Suele tener una altura entre 12 y 15 centímetros y puede estar sin relleno o contener frutas confitadas, pasas o chocolate, al gusto del consumidor.
Stollen
Hay que reconocer que el Stollen no es muy atractivo a la vista pero un manjar al gusto. Básicamente es un pan con nueces, especias y frutos secos recubierto con azúcar en polvo o glas. De origen alemán, también se conoce como Weihnachtsstollen o Christstollen y suele servirse como postre en Navidad o Adviento. El azúcar glas que lo cubre pretende compararlo con el de un niño recién nacido envuelto en sus pañales. La primera referencia del Stollen es de 1329 cuando fue un regalo a un obispo en Naumburg (Saale), aunque en aquella época el ayuno en Adviento no permitía el uso de la leche y la mantequilla y era bastante insípido. Está elaborado con una cantidad importante de mantequilla, algo más del 50% del peso de la harina, muy poco azúcar en su interior y un mínimo del 65% de frutos secos con respecto al peso de la harina.
Speculoos
¿Qué sería de la mañana de San Nicolás en Bélgica sin las galletas crujientes de especias? Las speculoos son las galletas calientes, especiadas y crujientes hechas con canela y azúcar morena que se preparan para ese día, aunque se consumen durante toda la época navideña. Los niños dejan los zapatos la noche del 6 de diciembre y al despertarse los encuentran llenos de estas galletas cuyo aroma tan característico es la mezcla de especias que se usa en su elaboración. Pueden hacerse con especias como canela, nuez moscada, jengibre, cardamomo, clavo, anís, ralladura de limón o pimienta blanca. Y otra de sus peculiaridades es la forma que adquieren en su relieve. Suelen ser sobre la historia de San Nicolás, pero se pueden encontrar molinos de viento o motivos tan navideños como una estrella, una vela, un árbol de Navidad o un reno.
Pudín de ciruela
Este postre inglés no hace honor a su nombre. Más que nada porque no lleva ciruelas. Tiene sus orígenes en la Inglaterra medieval y en aquella época una ciruela era una pasa, que es precisamente lo que tiene. Elaborado con frutas secas, huevos y a menudo una melaza negra, el pudín cambió mucho sus ingredientes y forma a lo largo de la historia. El diccionario de Oxford señala que Anthony Trollope fue el pionero del término pudín de Navidad en su novela ‘Dr. Thorne’ (de 1858), aunque 13 años antes el poeta y cocinero Eliza Acton utilizó el término por primera vez. El pudin de Navidad está rodeado de muchas supersticiones. Una de ellas dice que hay que hacerlo con 13 ingredientes que representan a Jesucristo y los doce apóstoles. Otra más curiosa y divertida es la que dice que todos los miembros de la familia deben participar en remover el pudín de este a oeste en honor a los sabios.
Yule Log o Bûche de Noël
Bûche de Noël o Yule Log es un postre que se sirve en buena parte de Europa, pero que tiene su origen en Francia. Se elabora con una base de bizcocho esponjoso que se va rellenando de crema pastelera de chocolate o crema de mantequilla o de café y se enrolla hasta que tome forma de tronco. Hay quien dice que surgió de una antigua tradición celta de celebrar el solsticio de invierno, pero el origen es anterior al postre. Desde el siglo XII había un impuesto en Navidad que consistía en entregar un gran tronco de leña al señor feudal para quemarlo en la chimenea. La tradición se fue modificando con el paso de los años hasta que ante la ausencia de chimeneas en muchas casas, el pastelero francés Pierre de Lacam creó el postre en 1898. Una buena forma de endulzar estas fechas el no poder realizar la tradición medieval.
Makowiec
Makowiec es, junto con Piernik, el postre típico de Navidad en Polonia. Aunque no se conoce mucho sobre su origen sí podría tener en la Alemania del siglo XIV sus primeras referencias. Se trata de un bizcocho enrollado y relleno con semillas de amapola, pasas, mantequilla, cáscaras de naranja confitada, nueces y almendras. Suele estar cubierto de zumo de limón, con un glaseado blanco decorado con semillas de amapola (mak en polaco) y que simbolizan la felicidad y la prosperidad. Tradicionalmente se sirve como postre o con té y aunque se suele hacer en las fechas navideñas, como una tradición más, se puede encontrar en las tiendas durante todo el año.
Melomakarono
El melomakárono es un pastel griego hecho principalmente de harina, aceite y miel, aunque también lleva sémola, azúcar, cáscara o zumo de naranja, brandy, canela y otras hierbas. Es un dulce imprescindible en los hogares griegos por Navidad, donde se pueden encontrar en el primer domingo de adviento por la función que cumplen: son galletitas que se comen durante el ayuno que se realiza en esta época del año en la que no se come nada de origen animal.
Smörgåsbord y pepparkakor
Este término casi impronunciable no es más que lo que conocemos como buffet. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando aún reinaba la dinastía Vasa y en las casas de las familias adineradas se servía la llamada Brännvinsbord o Mesa de Aquavit. En Suecia no hay Navidad sin el Smörgåsbord o Julbord, aunque los alimentos deben comerse siguiendo un orden y los comensales llegan a hacer hasta cinco rondas. S. Salmón curado y toda una variedad de pescado, jamón, albóndigas, ensalada de langostinos y camarones, costillas de cerdo, col, queso o paté de hígado son los que nunca faltan en un buen Julbord. Son indispensables el pan y la mantequilla (se suele incluir diversos tipos de pan) y suele ir acompañado de aquavit y cerveza. Y en cualquier smörgåsbord que se precie nunca falta el postre, donde la estrella es los pepparkakor, la versión sueca del pan de jengibre.