El 6 de diciembre se conmemoran las cuatro décadas del día en el que el pueblo español dijo sí por mayoría abrumadora a la pregunta «¿Aprueba el proyecto de Constitución?».
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TEXTO: JAVIER VARELA
La Constitución Española de 1978 cumple 40 años. Cada 6 de diciembre se conmemora el día en el que el pueblo español dijo sí por mayoría abrumadora a la pregunta «¿Aprueba el proyecto de Constitución?». Aquel referéndum histórico culminaba con un texto –que fue aprobado por las Cortes el 31 de octubre- fruto de la Transición política española y dejaba atrás la dictadura de Francisco Franco y abría las puertas a una democracia parlamentaria similar a la de muchos países europeos.
La Constitución de 1978 fue la primera que se redactaba como tal desde la republicana de 1931 y la primera de toda la historia de España que se elaboró desde un amplio consenso de las variadas fuerzas políticas. Todas las anteriores, desde ‘La Pepa’ -la Constitución de Cádiz de 1812- hasta la de 1931, habían impuesto la línea ideológica de quien ostentaba la mayoría, alternándose durante el siglo XIX las constituciones ‘liberales’ con las ‘conservadoras’. Además, la Constitución de 1978 tiene el honor de ser la más longeva de la historia de España después de la de 1876, que durante el periodo de la Restauración monárquica aguantó en vigor durante 46 años, hasta el comienzo de la dictadura de Miguel Primo de Rivera en 1923.
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Siete diputados de la Legislatura Constituyente (1977-1979) fueron los encargados de discutir y estampar su firma en el anteproyecto de Constitución. Un proceso que no estuvo exento de tensiones. El texto nació de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas, de la que salieron los 7 ponentes encargados de discutir elaborar y estampar su firma en el primer anteproyecto de Constitución, a pesar de que el proceso que no estuvo exento de tensiones. Los 7 ‘padres’ de la Constitución –que alcanzaron un consenso a pesar de tener sensibilidades políticas muy alejadas- podrían haber sido 9, pero Unión del Centro Democrático (UCD) y el Partido Socialista (PSOE) se negaron por razones políticas. Por ello, el reparto quedó con tres representantes de UCD, 2 por el PSOE y uno por Alianza Popular (AP) y 1 por el Partido Comunista (PCE). Esta composición dejaba fuera a representantes de los partidos nacionalistas vascos y catalanes, por lo que el PSOE cedió uno de sus dos asientos al Pacte Democràtic per Catalunya.
La ponencia integrada por Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo, por UDC; Manuel Fraga, por AP; Gregorio Peces-Barba y Jordi Solé Turá, por el Partido Socialista; y Miquel Roca i Junyent, por el Pacte Democràtic per Catalunya comienza a trabajar, en sesiones secretas, el 22 de agosto de 1977. Las diferencias de criterio surgen desde el primer momento respecto a diversos temas como la forma de Estado, el modelo territorial, la confesionalidad o no del Estado, el modelo educativo, el divorcio… pero finalmente los siete alcanzan un consenso a pesar de tener sensibilidades políticas muy alejadas.
Para redactar la primera versión de la constitución de 1978 se necesitaron 232 horas de discusiones repartidas en 23 sesiones, según recuerda el blog del 40 aniversario de la Constitución, un ‘cuaderno de bitácora’ puesto en marcha por el Congreso y el Senado para esta celebración. El texto estaba estructurado en 10 títulos, 159 artículos y 5 disposiciones transitorias y llevaba incorporados los 168 votos particulares de sus redactores (18 votos de Manuel Fraga, 45 de Jordi Solé Tura, 31 de Miquel Roca, 58 de Gregorio Peces-Barba y 16 de Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y José Pedro Pérez-Llorca). Tras ser aprobado el texto definitivo por las Cortes el 31 de octubre, los ciudadanos dieron el sí definitvo en un referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978.
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Reformas constitucionales
En sus 40 años de vida, la Constitución sólo ha sido reformada en dos ocasiones. La primera, en 1992, para permitir el sufragio pasivo de los extranjeros en las elecciones municipales, adaptándonos a la normativa de la Unión Europea en esta materia. Hubo que añadir dos palabras, «y pasivo», a la redacción del artículo 13.2.
La segunda, en 2011, cuando José Luis rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy pactaron introducir el techo máximo de déficit estructural para el Estado y las Comunidades Autónomas, también con el objetivo de adaptarse a las nuevas exigencias de estabilidad presupuestarias de Bruselas.