Se cumplen siete décadas del comienzo de un conflicto que supuso un hito en el enfrentamiento entre el bloque capitalista liderado por Estados Unidos y el comunista, en la órbita de la Unión Soviética
TEXTO: JOSÉ MANUEL ANDRÉS
La cronología de la Guerra Fría es compleja y prolija en hitos a lo largo de sus varias décadas de extensión. Más allá del reparto territorial de la Alemania nazi derrotada tras la Segunda Guerra Mundial, el primer episodio bélico abierto del enfrentamiento entre el mundo capitalista liderado por Estados Unidos y el comunista, en la órbita de la Unión Soviética, tuvo lugar lejos del Viejo Continente, en la península de Corea. Más de dos millones de fallecidos entre militares y civiles, así como una cifra superior al medio millón de desaparecidos y unas implicaciones territoriales y geopolíticas que tienen su reflejo todavía en nuestros días dan fe de la importancia de un episodio histórico que comenzó hace 70 años.
Apenas un lustro después del final de la Segunda Guerra Mundial, y ya en pleno enfrentamiento entre las dos superpotencias mundiales resultantes del conflicto, Washington y Moscú acordaron la división de la península de Corea en dos mitades divididas en norte y sur a través del paralelo 38. El estado surgido en la mitad septentrional, la República Popular Democrática de Corea del Norte, pasaba a estar en la órbita soviética. Mientras, en el sur la República de Corea se convertía en aliado estadounidense.
A pesar de la idea inicial de reunificación, las tensiones entre ambos estados de ideología dispar fueron intensificándose en 1950, con varias escaramuzas transfronterizas. La invasión desde el norte liderada por Kim Il Sung, abuelo de Kim Jong-un, supuso un paso más en la escalada y Estados Unidos intervino para repeler el ataque a su aliado, temiendo la caída en manos del comunismo de toda la península. La contraofensiva, también apoyada por fuerzas de la ONU, fue liderada por el legendario general Douglas MacArthur, comandante supremo aliado en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, y consiguió su propósito de empujar a las tropas del norte más allá del paralelo 38, recuperando el ‘statu quo’ inicial.
En octubre, las tropas sureñas llegaron incluso a la capital de Corea del Norte, Pyongyang, después de una campaña de bombardeos masivos sobre las rutas fundamentales para el enemigo. Es entonces cuando la China comunista de Mao Zedong decide intervenir en el conflicto. Junto al apoyo militar soviético, será un movimiento clave en el desarrollo de una guerra en la que pasan a estar en un serio compromiso las líneas de abastecimiento de la ONU. El cambio de dinámica supone incluso la toma de la capital sureña, Seúl, por parte de las tropas comunistas en enero.
La delicada situación lleva a MacArthur a proponer el uso de la bomba atómica, empleada unos años antes en Hiroshima y Nagasaki, contra China. En una época en la que el temor a un conflicto nuclear con la Unión Soviética comenzaba a planear sobre la población estadounidense, la proposición levantó tal polémica en el país que obligó al presidente, Harry S. Truman, a sustituir al respetado general por Matthew Ridgway. A partir de ese momento, con Moscú apostando por la no intervención directa y la coexistencia de dos estados, la guerra de Corea encalló en una situación de «empate técnico».
El Armisticio de Panmunjom
En 1953, después de años de sanguinario conflicto y dos millones de fallecidos, entre ellos 800.000 civiles, además de 400.000 soldados chinos y más de 54.000 estadounidenses, el profundo desgaste en ambos bandos llevó a la apertura de negociaciones, que concluirían en julio de 1953, apenas unos meses después de la muerte del líder soviético Iosif Stalin, con la rúbrica del Armisticio de Panmunjom. El acuerdo implicó el retorno a las condiciones previas al conflicto, con la creación de una zona desmilitarizada alrededor del paralelo 38, que hoy, 70 años después, sigue situando la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur y es una de las más vigiladas de todo el mundo.
Desde entonces, el armisticio ha sido objeto de enfrentamientos, con diversas acusaciones de violación de sus condiciones, así como la invalidez desde Corea del Norte por entender que Corea del Sur lo incumple. Ha provocado incluso tensiones propias de una hipotética guerra nuclear alimentadas por las pruebas con misiles del régimen de Pyongyang, con hasta pruebas de lanzamiento de cohetes que han sido noticia en todo el mundo.
El histórico encuentro entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el ya expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en junio de 2019 en la zona desmilitarizada entre las dos Coreas, así como la intervención de China en favor de un acuerdo en los últimos tiempos, han abierto la puerta a la conversión del Armisticio de Panmunjom en el tratado de paz definitivo que la Guerra de Corea nunca tuvo. Quién sabe si pudiera ser el primer paso hacia la reunificación que algún día borre la última frontera de los tiempos de la Guerra Fría y permita el esperado reencuentro entre los coreanos de norte y sur.