Inaugurado el 27 de mayo de 1937, el elemento arquitectónico de San Francisco por excelencia se ha convertido en un icono del cine a través de escenas inolvidables
TEXTO: JOSÉ MANUEL ANDRÉS
El Puente Golden Gate es hoy por hoy el elemento arquitectónico por excelencia de San Francisco, una de las urbes más importantes de Estados Unidos. El pensamiento tiende inmediatamente a dibujarlo en la imaginación cuando se habla de la ciudad californiana, por delante incluso de los legendarios tranvías que atraviesan sus cuestas, sus casas victorianas de colores o su tradicional mentalidad abierta.
Sin embargo, cuando esta infraestructura fue concebida, en 1928, el contexto histórico no auguraba nada bueno. El faraónico proyecto, diseñado a raíz del desarrollo exponencial del tráfico en la bahía de San Francisco después de la Primera Guerra Mundial, se topó de partida con el terremoto económico del Crac del 29, lo que obligó a su financiación a través de la venta de bonos.
Esta fórmula tampoco dio los resultados esperados y entonces emergió la figura de Antonio Giannini, fundador del Bank of America, cuya sede se encontraba en San Francisco, que decidió asumir la compra de todo el importe pendiente para sacar adelante una construcción que se antojaba decisiva para el desarrollo de la ciudad.
Así fue como el 5 de enero de 1933 comenzó la construcción del Golden Gate, dirigida por el ingeniero jefe Joseph Strauss y que con un coste de 35 millones de dólares, cinco más de los inicialmente presupuestados, concluyó en 1937, haciendo posible su inauguración el 27 de mayo de ese mismo año, hace ahora 85 años.
Sus 2.737 metros de longitud, de los cuales 1.280 son de vano -distancia entre los apoyos de un elemento estructural-, lo convirtieron entonces en el puente colgante más largo del mundo, condición que ostentó hasta 1964, cuando fue superado por el Verrazano-Narrows, que une los distritos neoyorquinos de Staten Island y Brooklyn.
Las dos torres principales, que se elevan 227 metros por encima del agua, y el sistema de cables que sostiene el puente, además de ese característico color ‘naranja internacional’ debido al arquitecto Irving Morrow, forman parte del imaginario colectivo en todo el mundo gracias al cine. La gran pantalla ha convertido algunos lugares en rincones icónicos de la vida de cualquier cinéfilo, por muy lejanos que estén y pese a que no los haya visto en persona jamás. Así ocurre con el legendario puente de San Francisco, protagonista de un buen puñado de películas clásicas y modernas.
–El halcón maltés, de John Huston (1941). Curiosamente, en 1930, cuando fue publicada la novela de Dashiell Hammett que inspiró la película protagonizada por el legendario Humphrey Bogart en el papel del detective Sam Spade, no existía aún el Golden Gate, simplemente un proyecto del mismo. El puente sí forma parte del paisaje del filme, rodado en los años siguientes a su construcción e inauguración.
–Vértigo, de Alfred Hitchcock (1958). El Golden Gate también tuvo su espacio en la filmografía del maestro del suspense. A los pies del puente el detective John Ferguson, interpretado por James Stewart, impide el suicidio de Madeleine, a la que da vida Kim Novak, dando lugar a una relación que centrará la trama principal de la película.
–Superman, de Richard Donner (1978). La destrucción de un tramo del Golden Gate obliga al superhéroe por excelencia, encarnado por Christopher Reeve, a sujetar con sus propias manos y devolver a la calzada un autobús escolar a punto de precipitarse al vacío. Con la sensación del deber cumplido, saluda a los niños y desaparece volando, como si nada hubiera ocurrido.
–Entrevista con el vampiro, de Neil Jordan (1994). Daniel Molloy (Cristian Slater) es un periodista de San Francisco al que el vampiro Louis de Pinte du Lac (Brad Pitt) cuenta su historia y cómo fue convertido doscientos años antes por Lestat de Lioncourt (Tom Cruise), que conduce un coche a través del Golden Gate en una escena icónica.
–La Roca, de Michael Bay (1996). Aunque el desarrollo principal de la trama tiene lugar en la prisión de la isla de Alcatraz, situada en la bahía de San Francisco, el Golden Gate aparece en numerosas escenas. Desde el puente despega el helicóptero Sivorsky SH-3 Sea King con el exagente secreto británico John Mason (Sean Connery) y el especialista en armas Stanley Goodspeed (Nicholas Cage) a bordo, que tienen la misión de solucionar una situación de crisis en el recinto penitenciario.
–X-Men: La decisión final, de Brett Ratner (2006). En esta ocasión el Golden Gate sale mal parado en la ficción. Magneto, interpretado por Ian McKellen, arranca el puente del suelo y lo traslada en el aire hacia Alcatraz, a donde pretende llegar junto al ejército que ha reclutado con el objetivo de atacar el laboratorio Worthington Labs, con sede en la isla y que afirma poseer una fórmula para suprimir el gen X que otorga a los mutantes sus poderes.
–El origen del planeta de los simios, de Rupert Wyatt (2011). En el Golden Gate la Policía bloquea el avance de los simios liderados por César, que han escapado de los laboratorios GEN-SYS, donde se prueba un retrovirus en chimpancés que pretende servir como cura de la enfermedad de Alzheimer y acaba provocando la mutación que da origen a la mítica película de 1968, protagonizada por Charlton Heston.