En barco, avión, submarino o globo un puñado de intrépidos aventureros han recorrido el planeta de punta a punta a lo largo de la historia.
TEXTO: JOSÉ MANUEL ANDRÉS
Hace 150 años el famoso escritor francés Julio Verne publicaba por primera vez de forma íntegra una de sus más célebres novelas, ‘La vuelta al mundo en 80 días’. La aventura literaria protagonizada por Phileas Fogg, que había sido desvelada por entregas en el diario parisino ‘Le Temps’ a lo largo de 1872, el año en el que se sitúa la acción, hizo volar la imaginación de lectores de todo el mundo, que soñaron despiertos con recorrer el planeta entero.
El relato, considerado una joya literaria, cautivó al público descubriendo las peculiaridades de las diferentes regiones del globo terráqueo a través del viaje del adinerado caballero inglés Fogg, que acompañado por su ayudante, Jean Passepartout, parte desde Londres y pasando por Suez, Bombay, Hong Kong, Singapur, Yokohama, San Francisco o Nueva York regresa a la capital británica 80 días después.
Todo un sueño aventurero que tres siglos y medio antes ya habían intentado por primera vez y en barco el portugués Fernando de Magallanes y el español Juan Sebastián Elcano, pero que solo completó el segundo y unos pocos de los intrépidos que se atrevieron a desafiar la lógica mediante un hito absolutamente hercúleo.
Más de tres años duró aquella peripecia, que comenzó en Sevilla el 10 de agosto de 1519 y concluyó el 8 de septiembre de 1522. El objetivo de la expedición era abrir una ruta comercial con las actuales islas Molucas, cotizadas por su riqueza en especias, un auténtico tesoro en la época. Sin embargo, de las cinco embarcaciones -Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago- y 239 tripulantes que iniciaron el viaje solamente 18 hombres a bordo de la nao Victoria y capitaneados por Elcano completaron la gesta, comparable a la exploración espacial de nuestros días.
La hazaña de la primera circunnavegación de la Tierra cambió la concepción del mundo y abrió el camino a otros aventureros que posteriormente han emulado aquel hito de diversas maneras y bajo dispares hojas de ruta. Más de un siglo antes de la publicación de ‘La vuelta al mundo en 80 días’, entre 1766 y 1769, Jeanne Baret, una mujer disfrazada de marinera, circunnavegó el planeta como parte de la expedición organizada por el francés Louis Antoine de Bougainville.
Bajo el nombre de Jean Baret, la botánica francesa se enroló en semejante aventura como asistente del naturalista Philibert Commerson, con el objetivo de realizar un catálogo de especies de todo el mundo. Logró con creces su propósito, pues dejó como legado para la historia 30 cajas con alrededor de 6.000 muestras que recogían más de 5.000 especies, 3.000 de ellas catalogadas como nuevas.
Ya había conquistado a lectores de todo el mundo la epopeya de Phileas Fogg cuando la periodista estadounidense Nellie Bly, seudónimo de Elizabeth Jane Cochran, se planteó el desafío de llevar a la vida real el viaje del personaje literario. Lo consiguió en 1889, empleando 72 días, y curiosamente, durante una de las primeras etapas de aquel periplo conoció en París a Julio Verne, que prometió a aquella intrépida reportera su felicitación pública si lograba completar el itinerario previsto en 79 días.
En avión, submarino y globo
El desarrollo de los medios de transporte tras la Revolución Industrial trajo consigo múltiples posibilidades a la hora de recorrer el mundo y sus diferentes regiones. Así las cosas, el 23 de junio de 1931 los pilotos Wiley Post y Harold Gatty, estadounidense y australiano, pasaron a la historia como los primeros hombres en completar la vuelta al mundo en un avión monomotor bautizado como Winnie Mae. Iniciaron en Long Island, isla situada en el estado de Nueva York, un viaje que se prolongó durante 8 días, 15 horas y 51 minutos, pasando por Harbour Grace, en Terranova; Flintshire, en Gales; Hannover y Berlín, en Alemania; Moscú, Novosibirsk, Irkutsk, Blagovéshchensk y Khabarovsk, en Rusia; y finalmente Nome y Fairbanks, en Alaska, donde repararon la hélice del aeroplano para completar el 1 de junio esta peripecia de casi 25.000 kilómetros. Dos años después, entre el 15 y el 22 de julio de 1933, Post redobló la apuesta en solitario reduciendo la duración del reto hasta los 7 días, 18 horas y 49 minutos.
En el aire y también sobre el agua, pero nunca bajo ella. Así se habían recorrido los confines de la Tierra cuando en 1960 la Marina de los Estados Unidos puso en marcha la Operación Sandblast. Se trataba de llevar a cabo la primera circunnavegación sumergida de la historia, ejecutada por el submarino nuclear USS Triton. Entre el 24 de febrero y el 25 de abril, 60 días y 21 horas, el Triton, capitaneado por Edward L. Beach, recorrió 49.491 kilómetros (26.273 millas náuticas), con el archipiélago de San Pedro y San Pablo, en mitad del Atlántico, como punto de partida y destino. Curiosamente, en un guiño a la hazaña de Magallanes y Elcano, el submarino siguió bajo la superficie la ruta de navegación de aquella primera circunnavegación marítima.
Una de las más recientes vueltas al mundo para el recuerdo volvió a mirar a los cielos. Entre el 1 y el 21 de marzo de 1999, el aeronauta suizo Bertrand Piccard y el piloto británico Brian Jones llevaron a cabo la primera circunvalación al mundo en globo aerostático y sin escalas. Nada más y nada menos que 19 días, 21 horas y 47 minutos en el aire para recorrer 46.759 kilómetros a bordo del Breitling Orbiter 3, un modelo de tecnología punta, hecho con fibra de carbono, equipado con placas solares y con una góndola construida con tejido de Kevlar y presurizada para volar a gran altura.
Se da la circunstancia de que Piccard volvió a la carga años después, acompañado por su compatriota André Borschberg, como director del proyecto Solar Impulse, que pretendía desarrollar un avión propulsado exclusivamente por energía solar fotovoltaica que fuese capaz de completar la vuelta al mundo. Tras unos inicios complicados en 2005 por la falta de financiación y los primeros vuelos de prueba en 2009, en abril de 2014 se presentó oficialmente el proyecto definitivo y el 26 de julio de 2016 concluía exitosamente la circunnavegación del globo terrestre más sostenible de todos los tiempos. El reto se llevó a cabo en 17 etapas, con un recorrido de más de 40.000 kilómetros completado en 500 días y más de 558 horas de vuelo. Nuevos tiempos, nuevos retos. El viejo sueño del visionario Julio Verne sigue hoy más vivo que nunca.