Coches a todo gas

La normativa anticontaminación hace que los coches propulsados por gas sean considerados como híbridos sin perder todas las ventajas de la gasolina

Texto: J. LUIS ALVAREZ

Conducir en las ciudades va a resultar harto complicado en los próximos años. No serán los atascos los que paren los vehículos, sino las trabas administrativas para que se muevan los más antiguos o los que más emisiones realicen. La electricidad es un hándicap para tener un coche que pueda servir para viajar. Los híbridos -gasolina-eléctricos- son bastante caros. La alternativa para poder seguir moviéndose con libertad en las urbes son los vehículos de gas. Puede parecer extraño, pero es una tecnología con más de 80 años de antigüedad y que permite tener un motor de gasolina con potencia ilimitada al que se le cambia el combustible a gas natural. De esta manera, con solo apretar un botón se tiene un hibrido que reporta además unos consumos mínimos.

Y es que el gas ya se empleaba en España en los años 40 del siglo pasado. El gas hoy puede aplicarse a cualquier motor de gasolina. Todo dependerá de que sea gas natural licuado o comprimido para realizar las adaptaciones. Hay talleres especializados que realizan la adaptación. Esta consiste en la instalación en el sistema de admisión, los consiguientes conductos y un depósito ubicado en el hueco de la rueda de repuesto y ya está. Eso sí, hay que homologar la instalación. El coste de la transformación está a partir de unos 1.500 euros y el coche pasa a tener la pegatina azul y verde de ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT) considerándose como un hibrido, desde una berlina de representación a un simple utilitario.

Los expertos considera que, a pesar de ser un poco más caros que los gasolina, los coches de gas de amortizan muchísimo antes que los diésel. La compra empezaría a ser rentable a partir de los 25.000 kilómetros, casi la tercera parte de lo que supone para un vehículo de gasoil.

Audi A3 Sportback g-tron: Todo un pionero

Audi lleva casi un lustro ofreciendo motores de GNC. Uno de los modelos más veteranos, que pronto recibirá un actualización en el A3 Sportback g-tron de cinco puertas. A simple vista no se diferencia de sus hermanos compactos de gasolina o diésel de la serie que actualmente circula en España. Solo la trampilla del combustible le hace diferente. Esta es más amplia al tener dos boquillas, una normal para gasolina y otra más pequeña para el gas.

El A3 g-tron está propulsado por un motor 1.4 TFSI de 1,3 litros que rinde 110 cv. Cuenta con un depósito de combustible al uso y bajo el maletero lleva otros dos para el gas de unos siete kilos cada uno Esto da, según el fabricante, una autonomía de 400 km. El sistema de funcionamiento es automático. Cuando la centralita detecta una conducción relajada entra en funcionamiento el sistema de inyección a baja presión, lo que aumenta cuando se incrementan las revoluciones. Solo cuando va vaciándose el depósito del GNC, el sistema cambia a gasolina.

Pero es que Audi a puesto a la venta el e-gas o GNV. Para ello, los técnicos se la firma han modificado la culata, el turbo, la inyección y el convertidor catalítico. El GNV se produce al recuperar el CO₂ de la atmósfera y se transforma en combustible con ayuda de plantas de producción de gas sintético y biogás. Para ello, las plantas de producción de gas utilizan energía solar y eólica que permiten descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno. El oxígeno se libera al aire y el hidrógeno reacciona posteriormente con el CO₂ durante la metanización para producir el Audi e-gas. De esta forma se produce un gas combustible que se almacena y reposta de forma idéntica al gas natural fósil, y puede utilizarse en un motor de combustión especial. El CO₂ empleado por este sistema es el gas de escape de una planta de biometano que trabaja con residuos orgánicos. Esto significa que la producción de Audi e-gas es respetuosa con el medio ambiente. Ahora bien, aquí deben sumarse las emisiones de CO₂ liberadas para la construcción de la planta de producción de combustible y el transporte del mismo. En total, el Audi e-gas se trata de un combustible con una reducción de CO₂ de más del 80% (del pozo a la rueda, well-to-wheel) en comparación con la gasolina, explica la firma alemana.

El Audi A3 Sportback g-tron está a la venta desde 28.211 euros.

Dacia Duster GLP: Nuevo en la plaza

Dacia ha renovado recientemente por completo su Duster. No se trata de un lavado de cara, sino un ‘restyling’ a fondo, con un nuevo y más moderno frontal, con ópticas muchísimo más eficientes y una zaga también más actual, aunque por sacarle algún pero solo decir que los nuevos pilotos traseros recuerdan a los Jeep. Otro punto importante a destacar son sus nuevas, bonitas y agresivas defensas de ambos parachoques, que se pueden completar con otra en negro que recorre los flancos desde las aletas delanteras.

En interior del nuevo Duster también se nota la mejora, y mucho. Destaca la nueva disposición de los mandos centrales del salpicadero, ahora presidido por una pantalla táctil, bajo el que se colocan unas teclas con opciones en forma de piano y los mandos del sistema de climatización. También entre los butacones delanteros está el selector de modos de conducción para el modelo con tracción total, solo en motores de gasolina o diésel. Junto a ella, aunque parece un lugar extraño, está el limitados/programador de velocidad. En el salpicadero está el arranque por botón, que se ofrece como opción. Destaca el nuevo volante multifunción y los nuevos relojes tras éste, algo que el Duster venía pidiendo casi desde que se puso a la venta. La parte superior del salpicadero está coronada por una franja con cinco generosos aireadores.

Nuevos tapizados y guarnecidos completan un habitáculo que es cómodo para cinco ocupantes sin quitar espacio a su gran maletero de 445 litros. Todo completado con multitud de huecos. Una reforma que convierte a este SUV económico de Renault en un coche a tener en cuenta por su precio, fiabilidad y dureza. En la versión Essential, que es la que monta gas, lleva incluido el encendido automático de luces y el citado limitador de velocidad.

El motor del Duster GLP es el conocido atmosférico de Renault SCe de 1,6 litros y 115 cv. Solo puede ser de tracción delantera y con cambio manual de cinco velocidades. El sistema de gas, cuyo depósito de 32 litros ocupa el hueco donde iba la rueda de repuesto –en el doble fondo de maletero- solo entra en funcionamiento cuando el conductor activa el selector de combustible. Acabado del GNL, el coche cambia automáticamente a gasolina. La autonomía del Duster GLP llega a los 1.087 km.

El precio del nuevo Duster GLP parte de 11.177 euros.

Fiat 500 L GLP: Grande a gas

El Fiat 500 L GLP es otro vehículo interesante a la hora de comprar un coche polivalente propulsado a gas. El original 500 ‘hormonado’ se presenta como un coche moderno por los cuatro costados, en el que el diseño no pasa desapercibido. Destaca por que es personalizable. Todo es igual por fuera y por dentro a sus hermanos de gasolina o diésel. El modelo de 2017 ha recibido retoques estéticos en su frontal para hacerlo más parecido a su hermano pequeño, el 500. Pero es que por dentro, uno de los habitáculos más grandes de la categoría, puede también personalizarse a capricho como el chiquitín de Fiat. La única diferencia está bajo la portezuela del depósito de combustible, más grande en esta versión para albergar las dos boquillas.

El fabricante italiano también ha mejorado el aspecto tecnológico e incluye ya en su paquete básico el frenado de emergencia, sistema de arranque en pendiente, espejos retrovisores plegables y calefactables y la pantalla táctil de 7’’. A partir de aquí se abre un mundo de posibilidades al poder elegir entre siete acabados, incluidos los tres Cross que acentúan un espíritu campero del que el coche adolece aunque puede internarse por pistas no muy difíciles. Sin embargo el motor de gas está disponible en los acabados Pop Star y Lounge-.

El Fiat 500 L monta un motor 1,4 T-jet turboalimentado de 1,3 litros y 120 cv acoplado a un cambio de seis velocidades y tracción delantera. El gas se almacena en un depósito ubicado bajo el maletero, en la rueda de repuesto que es sustituida por un kit antipinchazo -que debería llamarse mejor para pinchazos-, por lo que no se reduce en nada el gran espacio para carga de que dispone este monovolumen. El Fiat 500 L también puede montar el pequeño propulsor tricilondrico 0.9 TwintAir 80 de 875 cc y 80 cv propulsado por GNC.

El funcionamiento comienza en gasolina y cuando el motor alcanza una temperatura determinada cambia a gas automáticamente. Esto se indica con un chivato en el cuadro tras el volante. Una vez acabado el GLP, el coche continúa circulando en modo gasolina. Es de resaltar, que al ser un coche grande, a bajas revoluciones y en zonas de cuestas se nota mucho cuando marcha con gas licuado. Sin embargo, para llanear o en autopista la diferencia no se siente a no ser que vaya muy cargado.

El Fiat 500 L 0.9 TwintAir 80 está disponible por 20.720 euros y el 4 T-jet 120 GLP desde 20.170 euros.

Mercedes B200 Natural Gas Drive: Experiencia de la estrella

Mercedes siempre ha estado por delante en muchas cosa y el uso de gas como combustible es una de ellas. De todos los modelos de Mercedes tal vez el clase B puede ser el más interesante dada su gran versatilidad al ser un monovolumen de tamaño medio. El clase B lleva en el mercado desde 2011 y fue actualizado en 2014 con un cambio de imagen que lo hizo un poco más bajito e incorporó la tecnología led, incluso en las luces ambientales interiores. Es un coche muy habitable en su interior y con unos acabados inmejorables.

El B200 Nartural Gas Drive no se diferencie de sus hermanos de serie por fuera, aunque su mecánica si es bastante distinta, incluso del resto de los vehículos propulsados con gas dado que la firma de la estrella prima a éste sobre la gasolina. Sin embargo constituye todo un hito de la marca alemana en cuanto a eficiencia en la circulación y la reducción de gases contaminantes. Aquí la gasolina es secundaria. Eso demuestra en que su depósito se ha reducido a tan solo doce litros, mientras que la parte inferior del habitáculo, cuyo chasis permite la modificación sin restar comodidad al pasaje, está reservada a los contenedores para el GNC. En en total carga 125 litros de gas, lo que significa que este coche es uno de los que cuenta, si no el que más, con el mayor depósito de la categoría.

Mercedes utiliza el motor B200 de 1.9 litros que rinde 156 cv adaptado al gas natural comprimido. La casa lo ofrece acoplado a un cambio manual de seis velocidades o uno automático de siete el 7G-DTCde doble embrague. La autonomía declarada del coche es de hasta 1.333 km con el cambio automático.

El Mercedes B200 Natural Gas Drive está disponible desde 33.300 euros.

Opel Corsa GLP : Un pequeño veterano

Del Opel Corsa se conoce todo. Su fiabilidad y dureza, así como la apuesta de Opel por implementar en todos sus modelos los últimos avances de la tecnología y la internexión. También hace lo mismo con el gas licuado en los motores bi-fuel que montan los modelos Adam, Corsa, Astra, Mokka y Zafira. El Corsa GLP es, además, un campeón en las ciudades, no solo por sus consumos, sino porque con el motor de gas licuado se permite pasar por lugares en los que los vehículos de gasolina o diesel están vetados, lo que en el futuro será poco a poco una realidad en el día a día.

El Corsa GLP es igual que sus hermanos de serie en su exterior, exceptuando la boca para cargar los combustibles, con un acceso para cada combustible. En el salpicadero, además, cuenta con un botón para elegir entre la gasolina o el gas licuado para circular. Asimismo, en el cuadro detrás del volante se indica al conductor la reserva de cada uno de los combustibles. Como ocurre en la mayoría de los coches bi-fuel, el depósito de gas está ubicado en el hueco de la rueda de repuesto, que se ha sustituido a su vez por un kit antipichazos. Opel permite que el Corsa pueda llevar todo el sistema de tecnologías de la gama, dependiendo del nivel de acabado a escoger, lo que no hacen muchos de los fabricantes al asociar este tipo de motores a las terminaciones más básicas.

Opel apuesta por el gas en muchos de sus modelos. En el Corsa emplea un motor atmosférico ecoFLEX de 1,4 litros que rinde 90 caballos, unidos a una caja de cambio manual de cinco velocidades, más que suficiente para un urbanita con aspiraciones a viajar por carretera. Esto convierte a este modelo en el más eficiente del fabricante alemán, ahora en manos de Peugeot. La autonomía de este coche es de 1.154 km.

El Corsa GLP está disponible desde 16.310 euros.

Seat León 1.4 TSI: Mejorando lo bueno

El Seat León que inició su andadura en 2013 fue en su día un hito de calidad, fiabilidad y diseño de la fábrica de Martorell, señas de identidad que no ha perdido y que siguen vigente. Es un coche que gusta a todo el mundo, pese a que parece que algunos le han olvidado por la sombra y el éxito de los últimos éxitos del fabricante como es el caso del nuevo Ibiza o el Ateca. Su reciente actualización ha mejorado lo que ya era bueno incorporando todo tipo de tecnologías y ayudas a la conducción propias de vehículos de categorías superiores, mejorando incluso el equipamiento de serie de sus primos alemanes más vendidos y a un mejor precio.

Seat no ha dudado en motorizar a su felino con gas natural comprimido que se ofrece en versión cinco puertas o familiar ST. Y es la sinergia del grupo Volkswagen se nota en este coche. Y la tecnología de gas es una de ellas.

Seat motoriza el León de GNC con el propulsor 1.4 TSI de 1.3 litros y que pasa a denominarse TGI. Para ello se han modificado la válvulas o el turbo, pero su rendimiento baja de 125 cv a 110. El bloque está acoplado a un cambio manual de seis velocidades o al automático DSF de siete. Estas variaciones no hacen que el bloque pierda la suavidad inconfundible y su respuesta, aunque en teoría más lenta, es imperceptible a la mayoría de los conductores. Si le pisas, el coche anda. Destaca que es uno de los coches más silenciosos, desde dentro del habitáculo, que se pueden encontrar. Parado en un semáforo el motor parece que está parado.

La peculiaridad de este motor es que no se puede elegir el combustible, que se almacena en un depósito bajo la rueda de repuesto. El vehículo marcha inicialmente a gas, pero cuando este se acaba cambia automáticamente a gasolina. Para ello, en el salpicadero cuenta con un indicador verde que indica el uso del GNC, pero antes se avisa al conductor que el gas está acabándose. La autonomía del León llega a los 1.390 km.

El Seat León 1.4 TSI está a la venta desde 21.500 euros.