Ford ha patentado un sistema de dirección controlado por la mente que no sustituye al volante o a los pedales tradicionales como los coches autónomos, sino que utiliza escáneres cerebrales para anticiparse a las decisiones que podría tomar el conductor y ajustar la configuración del vehículo
TEXTO: LUCÍA V. ALONSO
¿Es posible conducir con la mente? La pregunta parece sacada de una película de ciencia ficción, pero cada vez está más cerca de convertirse en una realidad. La compañía estadounidense Ford ha patentado un sistema de dirección controlado por la mente pero que no sustituye el volante o los pedales tradicionales como los coches autónomos. La apuesta de Ford es utilizar escáneres cerebrales para anticiparse a las decisiones que podría tomar el conductor y ajustar así la configuración del vehículo, “incluida la frenada de emergencia autónoma y la dirección delantera adaptativa”, ofreciendo más seguridad en la conducción.
Bajo el título ‘Chassis Input Intention Prediction Via Brain Machine Interface’ (‘Predicción de la intención de entrada del chasis mediante una interfaz cerebro-máquina’), los ingenieros de Ford detallan un sistema que utiliza una interfaz informática para predecir el comportamiento del conductor. Aunque el sistema ha sido patentado y se han realizado las pertinentes pruebas durante todo el proceso es poco probable que termine integrándose en los coches que vemos en las carretas.
De hecho, la existencia de solicitudes de derechos de autor a través de ñas patentes no confirma que un diseño específico esté destinado a la producción. La presentación de las solicitudes por parte de los fabricantes suelen hacerse para proteger los productos aunque finalmente no lleguen al mercado, ya sea para marcar una opción de diseño o para evitar que los competidores se apropien de una idea.
La propuesta de Ford, que se presentó en 2020 pero que no se ha hecho pública hasta el pasado mes de abril, es más sencilla de lo que parece viendo el título y los diagramas que la acompañan en la solicitud y de la patente. De hecho, esta tecnología podría utilizarse para la conducción telepática completa o con el fin de ayudar a los sistemas de seguridad activa y determinar si el conductor ha detectado un obstáculo. “Se trata de un método para controlar un vehículo mediante un dispositivo de interfaz cerebro-máquina (ICM). En este diseño, este interfaz se integraría en el reposacabezas”, explica Ford. “La ICM es una tecnología que permite a los humanos proporcionar órdenes a los ordenadores utilizando la actividad del cerebro humano», continúa, «y este sistema permite la decodificación de la actividad para traducir los patrones de disparo de las neuronas en el cerebro del usuario en comandos discretos de control del vehículo”, añade.
“Los recientes avances en la tecnología de los IMC han contemplado aspectos del control de vehículos utilizando los IMC. Un aspecto de dicho control del vehículo incluye la determinación de la intención del conductor para calibrar la capacidad de respuesta de la asistencia al conductor”, finalizan.