La climatología invernal obliga a los conductores a extremar las precauciones y a tener en cuenta varios factores para poder circular sin peligro.
TEXTO: JAVIER VARELA
Dice el refrán que año de nieves, año de bienes, pero cuando hablamos de circulación, las condiciones climatológicas invernales complican tanto el estado de las carreteras como del vehículo. De hecho, alrededor del 30% de los fallecidos y de los heridos hospitalizados por accidentes de tráfico se producen en esta estación del año. Ello obliga un cambio en la manera de conducir, obligando a extremar la precaución cuando se realizan desplazamientos tanto por carretera como en las ciudades. La lluvia, la niebla, el hielo o la nieve siempre son un factor de riesgo para la conducción, provocando la pérdida de control del vehículo, patinazos en las frenadas y falta de adherencia.
Por ello, los conductores deben evitar los desplazamientos bajo estas condiciones siempre que se pueda, pero en caso de que sea necesario deben llevar cadenas, limitar la velocidad y evitar realizar movimientos bruscos, así como aumentar la distancia de seguridad. La mejor opción es revisar el coche de forma frecuente para evitar disgustos. RACE Eurekar ofrece un servicio online de gestión integral de reparaciones respaldadas por el RACE y su red de talleres recomendados. Ofrece una segunda opinión mecánica, presupuestos competitivos y, por ser socio del RACE, una atención prioritaria, condiciones especiales en el precio de mano de obra y las piezas sustituidas. Si tenemos que viajar a pesar de las condiciones climatológicas adversas, hay que tener en cuenta otros factores como el hielo, algo que podemos detectar si la vía brilla. En una situación así hay que seguir los consejos del RACE y evitar las zonas de sombras (zonas arboladas en los laterales de la carretera) y las primeras horas del día. Además, es imprescindible adecuar en todo momento la velocidad a la zona de visibilidad y a la adherencia del suelo. Además, en caso de necesitar asistencia, el RACE cuenta con la aplicación RACE SOS, con la que el conductor podrá ser geolocalizado pulsando ‘Solicitar Asistencia’. En ese momento, el RACE pone en marcha todos los protocolos necesarios de asistencia e intentar solucionar tu problema.
Y por supuesto es imprescindible siempre que circulamos con el vehículo, llevar los elementos necesarios en caso de avería como son el triángulo de emergencia, el chaleco reflectante, el gato, correas, herramientas, una manta, agua y todo aquello que pensemos que pueda ser necesario en el caso de necesidad. Asimismo, es aconsejable que siempre nos informemos del estado de las carreteras por las que vamos a transitar, las condiciones meteorológicas previstas y el estado del tráfico antes de iniciar un viaje. Y, por supuesto, es primordial disponer de los números de asistencia en carretera y emergencia. Si has seguido nuestros consejos pero el frío te sorprende, recuerda que con el RACE “Nunca estarás solo”.
CONSEJOS PARA CONDUCIR EN INVIERNO
– Hay que llevar el depósito de combustible lleno. Siempre que se pueda hay que evitar viajar y en caso de tener que hacerlo hay que llevar un teléfono móvil por si debe solicitar ayuda.
– Las cadenas son obligadas y deben instalarse en las ruedas motrices, ya sean de tela o de eslabones metálicos. La mejor opción, como recomienda el RACE, es llevar neumáticos de invierno.
– En las pendientes hay que utilizar marchas cortas, intentando usar lo menos posible el freno, y marchas largas en zonas llanas.
– Los agujeros o socavones en las carreteras pueden estar ocultos bajo la nieve, por eso debemos tener especial cuidado en esas zonas.
– Siempre es mejor circular por las roderas dejadas por otros vehículos.
– Aumentar la distancia de seguridad para prever situaciones de peligro con el tiempo suficiente. Sobre todo en caso de lluvia, niebla, hielo o nieve, cuando existe más riesgo de sufrir un accidente.
– Si la nieve nos sorprende y nos obliga a detenernos, es recomendable permanecer en el interior del coche con la calefacción puesta y las ventanillas un poco abiertas para evitar posibles intoxicaciones.
– Aumentar el número de paradas. La conducción en invierno produce mayor tensión y cansancio. Es bueno parar con mayor frecuencia para hidratarnos e incluso estirar.
– Precaución en los adelantamientos porque el comportamiento de los conductores puede ser impredecible.
– En el interior del vehículo la temperatura debe rondar los 21 grados. Una mayor temperatura empañará los cristales y puede provocar somnolencia. Además hay que usar ropa cómoda y que no impida al cinturón de seguridad funcionar correctamente.