El Desierto de los Niños cumplió su XIV edición recorriendo más de 3.000 kilómetros por el norte de África. El RACE, la FIA Región I y la ONU llevan seguridad vial a diferentes lugares de Marruecos.
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Texto: DIEGO DE AZÚA
Es difícil llegar a entender un viaje como éste si no se vive desde dentro. Y es una experiencia que hay que vivir alguna vez en la vida. La labor solidaria y humanitaria de la Asociación Desierto de los Niños, acompañada por Hyundai, la Fundación Alain Afflelou, el RACE, la FIA, el centro CIFAL Madrid de la ONU, Kumho… es impagable en el momento que se ve la sonrisa de un niño marroquí.
Una caravana compuesta por 184 personas -58 eran niños entre 5 y 12 años-, 53 vehículos 4×4, de los cuales 21 eran los diferentes modelos SUV de Hyundai que montaron neumáticos Kumho adaptados al terreno pedregoso del desierto -como el Grand Santa Fe, el Santa Fe, el Tucson y el nuevo Kona-, así como la H1 que transportaba a los voluntarios de la Fundación Alain Afflelou, y el camión de apoyo de la empresa Bujarkay que transportaba todo el material a repartir, fueron los integrantes de esta nueva edición, la XIV.
Durante una semana de viaje, la caravana del Desierto de los Niños cumplió con sus propósitos de llevar material escolar, deportivo, de seguridad, artículos de primera necesidad, sillas de ruedas, etc. Un viaje que comenzó en Tánger y recorrió infinidad de pequeñas aldeas, pueblos y ciudades de Marruecos, donde el tercer mundo es testigo de las carencias de muchas de las personas que allí viven.
Una de las labores principales que lleva a cabo la asociación es la de construir y dotar del material necesario a guarderías y escuelas en pequeñas aldeas con evidente falta de recursos para alcanzar unos mínimos estándares de confort para los alumnos.
Después de recorrer casi 1.000 kilómetros por ‘autopista’ y por carreteras de todo tipo, algunas nos llevaron a cruzar el Atlas, pasando de cero grados en el Bosque de los cedros, repleto de monos, a los 27 grados al comienzo del desierto, en Méknes.
La llegada a una de las aldeas en donde la asociación realiza varias de sus acciones, en Fezzou, en lo más inhóspito del desierto marroquí, nos impactó por el carácter hospitalario de sus habitantes, por la sonrisa permanente de sus niños y, sobre todo, por la gran labor que allí se está desarrollando.
Además del material escolar (lápices, cuadernos, juguetes, etc…), la asociación repartió parte del material deportivo entre los más jóvenes de lugar. Que el fútbol une culturas fue una de las mayores evidencias a las que asistimos durante nuestro periplo marroquí. Fue sacar un balón, montar las porterías entre todos los niños y, poco después, el partido de fútbol entre España y Marruecos ya había comenzado.
Pero también la labor solidaria de la Fundación Alain Afllelou es digna de mención. Varios voluntarios desplegaron sus equipos oftalmológicos y comenzaron a examinar la vista de los habitantes. Meses después, volverán a estas aldeas a repartir las gafas a niños y mayores a los que detectaron deficiencias en la vista. En total, realizaron más de 1.000 revisiones en varias poblaciones.
Tras vivir la experiencia de dormir en pleno desierto, la gran sorpresa vino a la mañana siguiente, donde se anunció el resultado de la acción ‘Una Escuela en el Desierto’, promovida por Hyundai Motor España y su Red de Concesionarios, en la que se llevaron a cabo 2.576 pruebas que dieron como resultado 20.608 Euros para la construcción de dicha escuela. Además de construir la escuela, Hyundai se hará cargo de todo el equipamiento necesario, así como el garantizar por un mínimo de tres años la escolarización de los niños de la zona.
La caravana continuó su viaje cargada de emociones. Lo vivido durante estos dos días será difícil de olvidar para mayores y no tan mayores. La siguiente parada estaba prevista cerca de Erfoud, en donde visitamos una guardería reformada por la asociación y otra construida desde cero. El resto del material escolar y de primera necesidad se repartió entre ambas.
En esta población fue donde el RACE aportó su granito de arena solidario. Las necesidades para implantar cultura vial brillan por su ausencia en la mayoría de los lugares en los que estuvimos. De la mano de la FIA Región I, a través de la campaña #StayBright (#Dejatever), apadrinada por pilotos de Fórmula 1 como Fernando Alonso, Sebastian Vettel o Nico Rosberg, entre otros, se intentó inculcar la importancia de llevar elementos reflectantes cuando se circula en bici, para lo que se repartieron chalecos reflectantes.
Asimismo, el recién creado centro CIFAL Madrid, de la Organización de las Naciones Unidas, y que está gestionado por el RACE, también contribuirá a la mejora de la seguridad vial en estas zonas, repartiendo información a los profesores de los centros escolares, sobre educación y formación vial.
Dunas, ríos de arena, amaneceres increíbles, y paisajes únicos acompañaron durante los siete días a la caravana solidaria por su periplo marroquí. Un viaje inolvidable, cargado de solidaridad, emociones y, sobre todo, con muchas ganas de seguir haciendo cosas por los más necesitados.