Más de un 12% de los conductores que viajan con animales no usan ningún sistema de retención específico, según confirma el informe ‘Animales de compañía y Seguridad Vial’ de Royal Canin y el RACE.
TEXTO: JAVIER VARELA
Cuando iniciamos un viaje o cualquier desplazamiento en nuestro vehículo siempre ponemos el máximo empeño en la seguridad de todos los ocupantes. Pero, ¿y con los animales? Los animales de compañía, a pesar de que muchos los consideran un miembro más de la familia, no siempre son tratados como tal a la hora de subirlos al coche. En el 12% de los casos viajan incorrectamente, hasta el punto de poner en peligro tanto su vida como la del resto de ocupantes del vehículo. Así lo confirma el informe ‘Animales de compañía y Seguridad Vial’ de Royal Canin y el RACE y que ha contado con el apoyo de #eresresponsable del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), y de la DGT.
Poca gente sabe que en caso de accidente a 50km/h, la fuerza que se ejerce en el impacto por cualquier animal que viaje suelto en el habitáculo alcanza un valor equivalente a 35 veces su propio peso, con el consiguiente peligro para los ocupantes. Por ello, un sistema de retención adecuado, además de controlar la temperatura del habitáculo y vigilar al animal durante las paradas, es un consejo prioritario para garantizar su bienestar y seguridad durante los desplazamientos.
En el informe realizado por Royal Canin y el RACE, se abordan los desplazamientos con animales de compañía desde todos los puntos de vista posibles. Más del 36% de los españoles viajan con sus mascotas, según la encuesta incluida en el informe (realizada a más de 1.300 conductores), y de estos el 92% suelen desplazarse con su perro, mientras que el 15% lo hacen con su gato y un 5% con animales de pequeño tamaño (ave, cobaya, hámster, reptil…).
Sistemas de retención animal
En los desplazamientos es vital utilizar un sistema de retención específico u otro sistema de seguridad para la mascota y existen diferentes sistemas en función del tipo de vehículo, aunque el maletero o el espacio trasero en la zona de los pies son los espacios más recomendados para viajar con ellas. Los animales deben llevar siempre un sistema de sujeción adecuado, y en este sentido tanto los arneses de seguridad para coches, como las cajas de transporte o transportines sujetos al vehículo, o las barreras de separación del maletero, permitirán mantener la seguridad en el trayecto.
Sin embargo, al preguntar sobre cómo realiza sus desplazamientos con el animal de compañía un 87,4% afirma utilizarlos, mientras que un 11,5% opta por colocar al animal en el maletero, separado de los ocupantes, pero sin ningún sistema de retención o protección, ni barras o redes separadoras. Afortunadamente, aunque todavía son muchos, sólo un 1,1% reconoce llevar al animal suelto en el vehículo o en brazos de un ocupante.
Hay varios sistemas de retención para los animales de compañía, pero un 62% de los encuestados utilizan cinturones de seguridad o arneses para sus mascotas. Supone un 17% más que en el año 2011, lo que significa un mayor uso de estos sistemas que se utilizan en combinación con el cinturón del vehículo o los anclajes IsoFIX. Sobre el resto de los sistemas, un 12% utiliza transportines sujetos al asiento con el cinturón, un 10% de los usuarios utiliza transportines en el maletero, un 8% utiliza barras o redes separadoras y un 4% utiliza transportines colocados en el suelo.
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Pruebas en pista que evidencian el peligro
Una imagen vale más que mil palabras y por eso Royal Canin y el RACE, en colaboración con otros clubes europeos (ADAC, de Alemania, y ÖAMTC, de Austria), han realizado unas pruebas en pista con muñecos de perros con el objetivo de evidenciar situaciones de riesgo para los ocupantes y los animales, según el tamaño del animal (4,8 Kg, 12,8 Kg y 25 kg), su posición en el vehículo y el sistema de retención utilizado. En las pruebas se han llevado a cabo maniobras bruscas de conducción, como frenadas de emergencia a más de 100 Km/h y maniobras de esquiva (volantazos) a 95 Km/h.
Un animal no sujeto de forma adecuada en el vehículo puede convertirse en un gran riesgo al salir proyectado en una frenada de emergencia o al dar un volantazo. Además de poder provocar un accidente de tráfico -al moverse de forma inadecuada- puede hacer que este accidente tenga consecuencias más graves para los ocupantes del vehículo y para el propio animal.
Un perro de tamaño pequeño, de entorno a unos 5 kilogramos, en el caso de un accidente a una velocidad de 60 km/h, multiplica aproximadamente por 56 el valor equivalente a su peso debido a la inercia. Es decir, saldría disparado con un peso que equivaldría al de un objeto de 280 kilogramos, de ahí la importancia de ir correctamente sujetos al vehículo. Otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de sujetar a la mascota es que, si un animal está conmocionado y posiblemente herido tras un accidente de tráfico, y puede moverse libremente por el habitáculo al no viajar sujeto, puede suponer un grave peligro para los equipos de primeros auxilios y retrasar innecesariamente el rescate de los ocupantes.
9 consejos para viajar con tu mascota
Nunca debe ir suelto. Además del peligro de accidente para él y los ocupantes del coche, puede implicar una sanción de hasta 100 euros.
Sistema de retención adecuado. Hay que elegir entre los arneses de sujeción (con un sistema de unión corto y estable), los transportines o los separadores del habitáculo. Todos deben ir firmemente anclados.
Evitar colocar objetos junto al animal. En caso de impacto puedan salir despedidos.
Controlar al animal en las paradas. Cuando abrimos el maletero o la puerta del vehículo puede salir corriendo y provocar algún incidente.
No dejar al animal solo en el interior. Y menos con altas temperaturas, ni aunque sea una zona de sombra o con las ventanillas abiertas.
Parar cada dos horas. El animal, además de estirar los músculos podrá hacer sus necesidades e hidratarse.
Cuidado con los mareos. Si el animal tiene tendencia a marearse, es preferible no darle de comer o beber en las horas previas al viaje.
La temperatura del vehículo. hay que asegurarse de que la ventilación en todo momento es la adecuada.
Acostumbrar al animal al sistema de sujeción. Desde pequeño hay que habituar al animal a viajar sujeto, en transportín o separado por un sistema que impida el acceso al habitáculo.
Nunca sujetar al animal con su correa. No es un sistema de retención y supone un riesgo para él y para el resto de los ocupantes.
Atropello de animales, otro gran peligro
Si es peligroso tener un accidente con un animal de compañía situado en una posición incorrecta dentro del coche, también lo es, y mucho, cuando impactamos con animales sueltos por la carretera. Los datos de la DGT señalan que en el año 2018 se produjeron 599 accidentes por atropello de animales en vías interurbanas, de los cuales 510 sucedieron en carretera convencional.
Esta cifra supone un fuerte incremento del 25% de este tipo de accidentes en vías convencionales, ya que en el año 2015 sumaban 407 accidentes. En total, casi mil personas resultaron heridas, 58 de ellas con ingreso hospitalario, y 10 fallecidos. La mayoría de este tipo de incidentes se producen en carreteras secundarias, en las que también empeoran las consecuencias de los mismos, y en malas condiciones de visibilidad, ya sea por la carretera en sí o por iluminación insuficiente, algo que va de la mano con la habitual salida nocturna de las especies cinegéticas.
En estos accidentes, son cinco las especies más presentes, destacando el perro y el jabalí (ambos con un 25%), seguidos por el corzo y, en menor medida, el vacuno y el ciervo.
Cuando nos encontramos ante una situación así, frenar para llegar al impacto a la menor velocidad posible y mantenerse en el carril sin hacer movimientos bruscos son las actuaciones correctas para minimizar los daños humanos. Sin embargo, hay reacciones negativas como dar un volantazo para intentar esquivar al animal. Puede provocar consecuencias mucho peores, ya que existe la posibilidad de invadir el carril contrario y sufrir un accidente frontal contra otro vehículo que viene en dirección opuesta, o bien sufrir una salida de vía y poder impactar contra objetos rígidos al margen de la vía, como el choque contra un árbol.
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