El mantenimiento del coche es vital para que evitar sobresaltos por lo que, antes de salir de viaje, debemos comprobar todos los niveles del vehículo, como la batería, los neumáticos, los sistemas de alumbrado y los de limpiado.
Texto: JAVIER VAGON
Con la llegada del buen tiempo empiezan los viajes y aumenta el número de vehículos en las carreteras, por lo que hay que poner especial cuidado en el mantenimiento del vehículo para que se encuentre en buenas condiciones (revisión de la presión de sus neumáticos, de los frenos, dirección, suspensión, etc.). Y es que entre las causas que motivan o agravan los siniestros en carretera están los fallos o defectos mecánicos en los vehículos implicados, como demuestran los resultados del Barómetro de Averías. En lo que va de 2018, el aumento de problemas relacionados con el mal mantenimiento y la falta de revisiones respecto al mismo periodo del año anterior se sitúa en el 12,3%, aunque también es preocupante aumento de la edad media del parque automovilístico, por encima ya de los 11 años.
Con los años, los vehículos son más propensos a sufrir desgastes en sus principales órganos de motor. Si se ha descuidado el mantenimiento del vehículo, éste empezará a tener problemas en el sistema de alumbrado y defectos en ejes, ruedas, neumáticos y frenos. Además, ante una nueva inspección periódica, tendrá más dificultades para superar la revisión de las emisiones contaminantes. Por ello, antes de salir de viaje, debemos comprobar todos los niveles del vehículo, como la batería, los neumáticos y los sistemas de limpiado. Además, hay que chequear los elementos necesarios en caso de avería como el triángulo de emergencia, el chaleco reflectante, etc.
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Cuando vamos a iniciar un viaje, además de elegir el destino y tener todo preparado, el coche también debe de estar listo. Con una buena puesta a punto se reduce el número de averías y aumenta la seguridad
Neumáticos, batería y líquidos
Siempre hay que comprobar que la presión de los neumáticos, incluyendo el de la rueda de repuesto, sea la correcta y la que marca el fabricante, dependiendo de la carga del vehículo. Además, es clave asegurarse de que el dibujo tenga una profundidad mínima de 1,6 mm, aunque cuando esté por debajo de los 3mm es conveniente cambiarlos. De igual forma hay que comprobar que no tengan grietas, ni zonas deformadas, porque unos neumáticos con un desgaste anómalo pueden ponernos en aviso de que algo no va bien en con el sistema de frenado o la suspensión.
Siempre hay que comprobar de forma periódica que los bornes de la batería están bien fijados y que no haya fugas de líquido o que éste, en caso de que requiera mantenimiento, está al nivel necesario. Además, todos los líquidos del coche deberán estar a su nivel indicado. Comprobarlo es sencillo y rápido en la mayoría de los casos, como por ejemplo en el aceite del motor o los líquidos de la dirección, de los frenos, del refrigerante y del limpiaparabrisas.
Sistema de alumbrado, frenos y suspensiones
En carretera o en ciudad es tan importante ver bien como ser visto, sobre todo si se conduce de noche. Por ello es obligatorio que las luces funcionen de forma correcta y que los faros, tanto delanteros como traseros, estén limpios. En caso de llevar carga en el vehículo, hay que comprobar la regulación de su altura.
Los frenos y la suspensión del vehículo son esenciales para circular con seguridad con nuestro coche. Normalmente el propio coche avisa con algún testigo de alguna anomalía en nuestros frenos, ya sea desgaste excesivo de pastillas o líquido bajo. Pero, a veces, con el tacto del pedal de freno es suficiente para detectar que algo no funciona o no es correcto en el sistema de frenado.