Si hay un robot que está llamando poderosamente la atención por las habilidades que está demostrando, ésos son los de Boston Dynamics. Sus movimientos (e incluso su apariencia), nos recuerdan mucho a los propios humanos y a los animales. Los vídeos en los que muestran sus hazañas se vuelven por lo general virales. Pero, ¿qué hay detrás de estas máquinas?
Texto: ARANTXA HERRANZ
Estos robots están diseñados y fabricados por Boston Dynamics, una empresa que nace en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), allá por 1992. Su singularidad viene de que son capaces de atravesar terrenos complicados y navegar de manera autónoma, y los videos de ellos se han vuelto virales en repetidas ocasiones. También han recibido la financiación de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), organismo para el que han desarrollado algunos de sus robots, que son capaces de moverse por terrenos de especial dificultad. Algo que podría ayudar en determinadas operaciones del ejército de Estados Unidos.
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La compañía fue adquirida por Google en 2013, cuando el creador de Android, Andy Rubin, estaba formando un equipo de robots para un proyecto conocido internamente como Replicant. Con esa iniciativa, se pretendía estudiar y analizar cómo podían usarse los robots para cosas tan dispares como cuidar a los ancianos o realizar operaciones típicas y propias de un almacén. Pero Rubin dejó Google en 2014 y Boston Dynamics no encajaba con la estrategia de Alphabet.
Por eso, la compañía matriz de Google decidió vender Boston Dynamics. Recientemente, la japonesa SoftBank (creadora de otro de los robots más famosos, Ashimo), se ha hecho con el control de estas máquinas.
Los robots animales
El catálogo de robots de Boston tiene diversos modelos para variados usos y propósitos. Por ejemplo, BigDog es un robot inquietantemente real diseñado para el ejército de los EE.UU. Su singularidad viene de que puede manejarse en hielo y nieve si aparente complicaciones.
BigDog tiene cuatro patas articuladas como las de un animal, con elementos compatibles para absorber los golpes. Es del tamaño de un perro grande o una pequeña mula. Incorpora un ordenador que controla la locomoción, procesa sensores y maneja las comunicaciones con el usuario. Es lo que le permite mantenerse equilibrado y que sea capaz de moverse por una amplia variedad de terrenos. Los sensores que incluye sn de la articulación, su fuerza, el contacto con el suelo, la carga de tierra, un giroscopio y un sistema de visión estéreo. Otros sensores se enfocan en el estado interno de BigDog, controlando la presión hidráulica, la temperatura del aceite, las funciones del motor, la carga de la batería y otros.
Además, está Cheetah, otra especie de robot animal que tiene un récord de velocidad: más de 45 kilómetros por hora (por hacernos una idea, Usain Bolt casi alcanza los 45). Los ingenieros han optimizado los algoritmos que controlan las piernas del robot, que imitan a los de un perro biológico. Hasta ahora, este robot alcanzaba los 30 kilómetros hora de velocidad. Eso sí, es cierto que en estas pruebas debe estar en una cinta corredora y cuenta con un soporte que le sustenta.
La compañía también está trabajando en una variante independiente, al aire libre conocida como WildCat, que se espera que se demuestre a principios del próximo año.
Atlas, el humanoide
Pero, sin duda, quizá el que más está llamando la atención es Atlas, puesto que cada vez se parece más a los humanos. En uno de sus últimos vídeos, vemos cómo este robot es capaz de saltar entre unos cajones altos e, incluso, girar sobre sí mismo.
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Está diseñado para desplazarse erguido y recrear tareas humanas en zonas peligrosas y terrenos escarpados. Su sistema de control coordina los movimientos de los brazos, el torso y las piernas para lograr la manipulación móvil de todo el cuerpo, ampliando en gran medida su alcance y espacio de trabajo. La capacidad de Atlas para equilibrarse mientras realiza tareas le permite trabajar en un gran volumen y ocupa poco espacio.
Pero, pese a la espectacularidad de los vídeos, lo cierto es que estos robots aún no son perfectos y, como los humanos, también cometen fallos. En alguna charla de TED impartida por Boston Dynamics se han compartido imágenes en las que se muestra que los últimos robots bípedos Atlas de la compañía fracasaron al realizar algún tipo de administración liviana de la oficina. (ver vídero a partir de 5’20»).
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De hecho, en Internet podemos encontrar también muchos vídeos en los que se nos muestra que aún queda bastante camino por recorrer y que estas máquinas, pese a su espectacularidad, también fallan y necesitan mejorar antes de que sean algo estándar.