Los gigantes de la telefonía móvil quieren ahora conquistar los pagos con ‘smartphones’, algo que ni bancos ni operadores han logrado.
Texto: MICHAEL MCLOUGHLIN
Cámaras de compactas. Agendas. Reproductores de música portátiles. Navegadores GPS. Son muchos los accesorios, electrónicos y analógicos, que han recibido un impacto directo en su línea de flotación. El ‘verdugo’, en todos los casos, ha sido común: el teléfono inteligente. Ahora la atención se centra en un objeto presente en casi todos los bolsillos del mundo. La tarjeta de crédito.
Los pagos móviles se perfilan como una de las próximas conquistas que aparecen en la hoja de ruta de la industria tecnológica. Es cierto que no es una novedad reciente. Mirando atrás, es algo de lo que ya se hablaba hace cuatro años. Sin embargo, la entrada en el tablero de firmas como Apple, Samsung o Google han traído a primer plano el interés porque los smartphones se conviertan también en una forma habitual de pago.
Existen un puñado de estudios que avalan que los usuarios parecen dispuestos a empezar a abonar sus compras físicas tirando de su teléfono. Así, un informe de Visa asegura que más de una de cada dos españoles (54%) utilizará su terminal para pagar semanalmente en 2020.
¿Cuánto moverán los pagos móviles?
Para ese año, la firma augura que el volumen de negocio relacionado alcance hasta 1.410 millones de euros cada semana. Visa estima que cada usuario gastará una media de 70 euros desde su dispositivo móvil en todo tipo de establecimientos.
Y es que a día de hoy existe una frontera entre lo digital y lo físico que no se ha conseguido romper salvo honrosas excepciones. A día de hoy, lo que más se adquiere a través de terminales móviles son aplicaciones (51%), seguido de música y pedidos de comida. Sin embargo, según el estudio, en los últimos meses las inversiones de más valor han crecido en áreas como la moda o la electrónica, que ya suponen más de un 16% de las compras.
Este cambio en el tipo de compras viene acompañado de la aparición de nuevos sistemas de pago en los locales, como son los equipos ‘contacless’ y otros medios basados en Near Field Communications (‘NFC’) que han transformado la experiencia de usar la tarjeta en una tienda.
El desembarco de Samsung
Precisamente es esta tecnología una de las puertas de entrada para uno de los sistemas de pago que más ruido ha generado recientemente: Samsung Pay. Los surcoreanos se han adelantado a Apple Pay y Android Pay en su estreno en España, donde su servicio está disponible desde el pasado día 2 de junio.
La multinacional asiática, el líder del mundial de constructores móviles, ha elegido nuestro país para lanzar su plataforma en Europa. Aseguran que en los próximos meses se irá expandiendo a otros puntos del Viejo Continente, después de haberse estrenado en China y Corea del Sur.
El mayor reto para la compañía parece el poder cerrar nuevos partners. De momento está disponible para clientes de CaixaBank y su filial ImaginaBank y tiene ya acuerdos cerrados con el Corte Inglés, Media Mark, Sabadell o Abanca.
Pero, ¿cómo funciona esta aplicación? Es muy sencillo. Basta con dar de alta la tarjeta, desbloquearla y acercarla al TPV (punto de cobro) para realizar el pago, gracias al sensor NFC. Para aquellos que duden de la seguridad, desde la compañía, defienden este tipo de sistemas argumentando con las medidas biométricas (como el lector de huella de los smartphones de alta gama) y la ‘tokenización’ de la transmisión de datos hace imposible que la información de pago se filtre.
De momento Samsung Pay está limitado a teléfonos de la marca como el S7, el S7 Edge, la serie A5 2016 o el S6 y próximamente también será compatible con su reloj inteligente. No descartan que en los próximos meses llegue a teléfonos de la competencia a través de la tienda de aplicaciones de Google, como ya pasa con otros servicios.
El turno para Apple
Sea como sea, lo que ha conseguido Samsung es adelantarse a su eterno rival en estas lides, Apple. Los analistas ven con posibilidades el despliegue de estos sistemas gracias a la gran base de usuarios que ya tienen estas marcas en España. Según GFK, 4 de cada diez smartphones en España son de Samsung que, por primera vez en muchos años, ha conseguido adelantar a los de Cupertino en la cuota de mercado de móviles por encima de los 400 (47% frente a 40).
¿Y cuál es la motivación de un gigante de la electrónica para entrar en una actividad más propia del sector financiero? ¿Negocio o avance tecnológico? Desde la compañía afirman que el “móvil es el centro de nuestra vida” y que se trata de “acercar” nuevas opciones a los consumidores. Un mantra que utilizan para justificar que no existan comisiones a los usuarios.
Precisamente esa, la de las tasas de uso, es la principal piedra en el zapato de Apple, que ha visto que su sistema no carbura todo lo bien que esperaban. La prensa británica, país donde funciona además de EE UU, cifra en un 0,15% de la cuantía operación el cargo que realiza la firma californiana.
Se espera que Apple aterrice a lo largo de 2016 en España. Una noticia que confirmó su socio para esta aventura, American Express. Habrá que esperar para ver si se asocia con otros emisores de tarjetas como Visa o Mastercard, mucho más extendidas en el mercado español.
Sin usar las manos
Independientemente de este punto, un asunto nada baladí, también existe un problema de compatibilidad. Apple Pay solo funciona con terminales sin contacto o ‘contacless’. Esto hace que los terminales más antiguos de las tiendas no sean compatibles. Un problema que Samsung ha resuelto utilizando una tecnología conocida como MST. Con ello consigue que el teléfono ‘imite’ la banda magnética de las tarjetas de crédito a la hora de abonar las compras.
El tercero en discordia es Google, quien aún no ha dado señales de cuando su sistema estará operativo en España. Sin embargo, en los mentideros especializados se señala que es uno de los que más ventaja tiene. No en vano, Android es el sistema operativo móvil más extendido del mundo. Según Kantar World Panel, el 93,3% de terminales vendidos en nuestro país utilizan esta plataforma.
Sin embargo, Google ha querido dar una vuelta de tuerca al asunto de los pagos móviles. Se llama ‘Hands free’, un proyecto piloto que de momento prueba en ciertas zonas de San Francisco. Básicamente, lo que hace el sistema es comunicarse con la caja del supermercado antes de que llegues al punto de venta. Una vez allí, solo debes decir a la cajera que quieres pagar con Android Pay y ella ya dispondrá en su pantalla de una ficha con tus datos y tu foto para comprobar tu identidad.
Aunque estos son los tres fabricantes llamados a repartirse el grueso del pastel, otros como LG preparan sus propias alternativas, que verán la luz en los próximos meses. Lo cierto es que otros lo han intentado antes. Vodafone, Bankinter, BBVA, ING… La lista de bancos y operadores, tanto en nuestro país como a lo largo y ancho del globo. Sin embargo, hasta el momento ninguno de ellos ha destacado al tratarse de sistemas cerrados con una base de usuarios muy pequeños.