Carreteras peligrosas, caminos embarrados y las dunas más grandes del Sáhara conviven como algunas de las rutas preferidas por los amantes de la aventura.
Texto: JUANJO GONZALO
En los últimos años recorrer el mundo montado en un 4×4 se ha convertido en una tendencia al alza para todos aquellos que buscan aventuras. Muchos de ellos ya han conseguido conocer un elevado número de interesantes rutas a lo largo de los cinco continentes. Trayectos que esperan a los amantes de lo desconocido. Los hay para todos los gustos: los que se destinan a los más atrevidos, para aquellos que solo desean disfrutar de un bonito paisaje en carreteras largas, e incluso los que se dirigen a un público al que le gusta recorrer carreteras peligrosas y llenas de dificultades. Atrás quedó el estereotipo de que una ruta se realiza por los desiertos africanos en busca de las dunas más altas y más espectaculares -aunque también ofrecen grandes posibilidades de disfrutar sobre un todoterreno-, y hoy aparecen destinos tan dispares como Siberia y Holanda, entre los favoritos para el gran público.
Glaciares espectaculares vistos desde la altura, carreteras convertidas en caminos embarrados por las inclemencias meteorológicas y animales salvajes componen algunos de los paisajes que se pueden admirar desde estos recorridos, que en muchos casos ayudan a conocer la historia. Como la de la Ruta de la Seda, la más larga de todas, que recorre el continente asiático y alcanza las puertas europeas recordando una vía comercial utilizada hace muchos siglos por los chinos.
Para muchos, se trata de una historia que acaba de comenzar en Holanda, donde es posible maravillarse gracias a las diferentes tonalidades de colores que se recrean en su ruta de los tulipanes. Una enorme fiesta, la que se vive en los Países Bajos, que solo es el comienzo de una devoción.
De las magníficas dunas del desierto del Sáhara en Túnez a Estados Unidos, pasando por Namibia, es indispensable conocerlas todas en un bello viaje que te proponemos para disfrutar al volante. Una auténtica delicia en la que recorrer el mundo a bordo de un 4×4.
RUTA DE LOS HUESOS (SIBERIA)
Por aquel entonces, la Unión Soviética ya disfrutaba días de vino y rosas. Se estaba erigiendo como una de las potencias mundiales de la época cuando Stalin ordenó construir esta carretera, que cada año sufre las inclemencias del tiempo y se convierte en un auténtico barrizal. La lluvia y el deshielo hacen, en muchas ocasiones, prácticamente imposible recorrer ‘La Ruta de los huesos’ en su totalidad. Este recorrido, que une las ciudades de Magadan y Yakutsk y es famosa por cruzar la inhóspita Siberia, cuenta con 2.000 kilómetros de longitud y está considerada como una de las más complicadas del mundo.
No solo las condiciones climatológicas son un duro hándicap para todos aquellos que se deciden a transitar, al menos, una parte de ella. Y es que su leyenda cuenta que cada metro de esa ruta costó una vida de los trabajadores que la construyeron, y para evitar que volvieran al mundo de los vivos -por el deshielo-, se decidió enterrar los cadáveres bajo los cimientos de la carretera.
Es, además, un destino ideal para aquellos amantes de lo desconocido que deseen recorrer sus gélidos trayectos, como ya demostró el actor Ewan McGregor hace unos años. El británico, todo un aventurero acostumbrado a recorrer el mundo en su moto, puso rumbo a la Ruta de los Huesos, una de las protagonistas en su documental Long Way Road.
Una historia más que interesante que ha llevado a muchos a conocerla subidos en una moto o en un 4×4. Es recomendable, eso sí, acudir siempre que el frío extremo y las lluvias hayan desaparecido por completo.
GRAN ERG ORIENTAL (TÚNEZ)
¿Quién no ha soñado alguna vez con recorrer las dunas más grandes montado en un espectacular 4×4 y sentirse por un día el rey del desierto? Desde hace años, es una de las opciones más interesantes para disfrutar del turismo de aventura que ofrece el Sáhara. La posibilidad de atravesar el Gran Erg Oriental –situado entre los países de Argelia y Túnez-, una región arenosa situada en el interior de un desierto, es única.
Este mar de dunas, como también se le conoce, cubre una superficie total de 190.000 kilómetros cuadrados y ofrece, entre otras maravillas, lugares vírgenes que se conocen en estos trayectos. Muchas de las empresas que lo ponen en marcha realizan viajes de tres días consecutivos en los que no se para de disfrutar de las dunas en uno de los Erg más extensos que se pueden encontrar en el Sáhara.
La aventura merece la pena, pues la experiencia es inolvidable y el país está repleto de alicientes turísticos para todos los gustos. Lejos de la peligrosidad que se encuentra en Siberia, la adrenalina aparece con bajadas de impresión por las dunas más altas de Túnez, un lugar lleno de belleza que en algunos casos se cruza de norte a sur. Cita obligada para los amantes de la arena.
GOING TO THE SUN ROAD (ESTADOS UNIDOS)
Sus carreteras están consideradas como unas de las más bellas del mundo y el conductor que pasa por ellas, todo un auténtico privilegiado. En los 70 kilómetros que recorre esta legendaria ruta situada en Estados Unidos se ven diferentes tipos de terrenos. Paisajes para todos los gustos entre los que destacan los bosques y las montañas, por lo que es muy habitual observar algunos animales salvajes como lobos u osos pardos.
A pesar de ser los más habituales, no son los únicos de este trayecto que data de más de 90 años de antigüedad. Un lejano 1925 se construyó la ruta Going to the Sun Road, que ofrece a los usuarios la posibilidad única de cruzar el espectacular Glacier National Park de Montana, un paraíso de bajas temperaturas con 130 lagos y oculto entre dos sistemas montañosos.
Sus vistas panorámicas a las cadenas de Lewis y Livingston lo convierten en una zona única, y desde esta ruta es posible acceder al Logan Pass, el punto más alto –se encuentra por encima de los 2.000 metros- de este recorrido, siempre que se haga desde un vehículo. Tal es la belleza de este destino que en el año 1985 fue declarado Monumento Histórico Nacional de Ingeniería Civil. Si la nieve no lo impide, Going to the Sun Road se mantiene abierta desde mediados del mes de junio hasta octubre.
RUTA BOLLENSTREEK (HOLANDA)
Dicen que no hay mejor manera de conocer Holanda que recorriéndola en bicicleta. Pedalear sobre sus dunas y playas, aseguran, es una de las mayores delicias que puede haber, junto a los largos paseos por sus típicos campos de bulbos. El país de los tulipanes, donde la importancia de esta colorida flor se hizo patente a la misma vez que la Edad de Oro holandesa, no obstante, tiene mucho que ofrecer.
Lejos de ser incompatible con el deporte de las dos ruedas, coger un 4×4 o una moto y lanzarse a disfrutar está a la orden del día en los Países Bajos. Fruto de ello, la ruta de Bollenstreek, uno de los lugares con un mayor número de tulipanes de colores, se ha colado entre las más transitadas y demandadas por usuarios llegados de todo el mundo. En ella no habrá aventura, ni acción, ni mucho menos se convertirá en dura, pero se podrá disfrutar de una excelsa belleza.
Probablemente no haya otra similar en el mundo, y entre los apasionados de este tipo de trayectos se encuentra muy bien valorada. Y es que en ella uno se puede recrear la vista con los espectaculares campos de flores que se recorren y los diferentes matices de colores que cada primavera llenan sus campos de magia. Una estación del año en la que no es de extrañar que en más de una de las ciudades del país se viva la celebración de un festival en honor a estas flores. Otro honor es el que se le rinde en esta ruta a lo largo de sus 40 kilómetros.
LA COSTA DE LOS ESQUELETOS (NAMIBIA):
Los más de 15.000 kilómetros de ruta que recorren La Costa de los Esqueletos de Namibia son puro desierto. Una zona altamente peligrosa en la que el viento, la arena de sus dunas y el agua del mar representan una constante durante todo el año.
Este trayecto, al que las motocicletas tienen terminantemente prohibido el acceso, es uno de los que más peligro conlleva al usuario, pero a la vez se encuentra entre los más atractivos para conocer una nueva zona en la que disfrutar de una experiencia única.
Un momento que ofrece un nuevo mundo repleto de cosas por descubrir. Elementos interesantes que ya antes han sido objeto, en más de una ocasión, de documentales que tratan de vida extrema. Entre los mayores problemas surgidos en esta zona están las terribles historias de naufragios, ocasionados en gran parte por los vientos del desierto de Namibia. Una zona de la que en su momento fallecía un buen número de personas.
También las nieblas y el oleaje propiciaron muchos hundimientos de embarcaciones llegadas hasta allí, de los que todavía hoy se encuentran restos. Algo similar a lo que ocurre con los esqueletos de ballenas. Motivos suficientes para entender la denominación de esta ruta, la Costa de los esqueletos.
KARAKORUM HIGHWAY (PAKISTÁN)
Si te apasionan las aventuras a bordo de un todoterreno, esta es una de las rutas que no te puedes perder. A lo largo de 1.300 kilómetros de longitud, Karakorum Highway ofrece uno de los paraísos en los que es posible disfrutar a cada metro desde la altura. Algunas de las zonas que se transitan en ella son verdaderamente peligrosas, pero merece la pena por su belleza.
Probablemente transite por uno de los recorridos más jóvenes y complicados de construir. En esta impresionante cordillera se trabajó durante cerca de 20 años para que en 1986 se pusiera en marcha un interesante proyecto que conecta Pakistán con China, y que nada tiene que envidiar a ningún otro trayecto de los que aquí se presentan.
Se trata de uno de los tesoros ocultos que ofrece Pakistán a todos aquellos que se aventuran a conocerla. Entre rocas escarpadas, es posible observar ríos y montañas en una combinación que la hace única. Su carretera, que da comienzo a 100 kilómetros de Islamabad, es la más alta del mundo que se encuentra asfaltada. Un área de obligada visita con múltiples paradas, pues en la cordillera del Karakorum existe la mayor concentración de glaciares de todo el mundo. Una auténtica maravilla al alcance de unos pocos.
RUTA DE LA SEDA
A pesar de que suma algo más de 6.400 kilómetros de longitud en los que se recorre buena parte del continente asiático, existe la posibilidad de realizarla en partes. Para los aficionados a conocer nuevas rutas, su historia es una de las más interesantes. Este trayecto puramente comercial en sus inicios, que datan del siglo I a. C. tiene su origen en China, lugar por excelencia de la famosa seda, llegando a conectar con las puertas de Europa en Kazán (Rusia) y Estambul (Turquía) y con Asia central como destino final.
En esas rutas que podían alargarse muchos meses se transportaban muchos productos, aunque el más valioso era la seda –de ahí el nombre que ha recibido-, una especialidad de los chinos. Solo ellos conocían la elaboración de este tejido que llegaba directamente a Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria e incluso Europa.
Ahora todo ha cambiado y, lejos de transportarse las magníficas sedas chinas, son muchos los valientes que se lanzan a conocer cada año una nueva zona subido en un 4×4. Una de las rutas que más sigue creciendo, y con una gran trascendencia en la actualidad. Tanto es así, que la Unesco la ha reconocido recientemente. Y es que en el año 2014 la convirtió en Patrimonio de la Humanidad.