En un tiempo en el que el agua es un bien más preciado que nunca por la sequía que atravesamos, hacemos un repaso por las cascadas de agua más impresionantes de España para visitar en este final de primavera.
TEXTO: SARA RUBIO
El agua es uno de los bienes fundamentales para el desarrollo de la vida. Su presencia en la naturaleza nos llama poderosamente la atención y son uno de los principales atractivos turísticos. Además, cuando nos muestra toda su fuerza y poder, como ocurre con las cascadas, se convierte en una belleza inigualable.
En medio de la crisis que se está viviendo en España por la sequía y la falta de lluvias, valoramos el agua mucho más y nos hacemos más conscientes de que es indispensable para la naturaleza, los cultivos y los animales.
En este artículo analizamos algunas de las cascadas más bonitas de España para visitar esta primera, la época perfecta para realizar estas visitas por el deshielo y el alto caudal de los ríos.
Orbaneja del Castillo (Burgos)
El ruido del agua marca el ritmo de este precioso pueblo burgalés (foto de arriba). La cascada, que atraviesa el municipio por la mitad, es el principal atractivo turístico. Surge de la Cueva del Agua a unos 20 metros de altura, para, después, precipitarse al río Ebro a otros 20 metros de altura y a su paso deja unas vistas inigualables que la convierten en una de las cascadas más bonitas de España.
Cola de caballo (Huesca)
En un entorno único, el Valle de Ordesa, declarado Patrimonio de la Humanidad, la cascada de cola de caballo es una de las muchas que transcurren por ese valle. ‘The Guardian’ la calificó como la más bella del mundo. Tiene un salto de 54 metros de altura y el camino para llegar a ella se puede hacer en una ruta disfrutando del paisaje. El camino está bien señalizado y tiene 18 kilómetros entre la ida y la vuelta, también existe la opción de coger un autobús en las épocas de temporada alta.
Cascada de Los Colores (La Palma)
La naturaleza provoca un juego visual con los colores que hace de esta cascada un lugar mágico. Su objetivo principal no era atraer el turismo, pues fue creada por el hombre para tratar de sacar agua de la Caldera de Taburiente. En los años 60 se creó esta pared con ese objetivo. Los colores se deben al hierro que contiene el agua, que ha coloreado el entorno.
Chorros del Río Mundo (Albacete)
El nacimiento del Río Mundo, en el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de La Sima, da lugar a esta preciosa y original cascada. El agua nace en una cueva de más de 32 kilómetros de profundidad y se precipita desde más de 300 metros de altura. El agua no desemboca en el mar, si no que es el principal aporte de caudal del río Segura. La mejor época para visitarlo es de octubre a mayo porque se produce un fenómeno kárstico conocido como el “Reventón”, donde el agua tiene una espectacular subida e incluso puede dar lugar a inundaciones en la zona.
Nacimiento del río Cuervo (Cuenca)
Una vez más, el nacimiento de un río nos deja vistas inigualables, en esta ocasión, fue declarado como Monumento Natural en 1999. Esta cascada se puede visitar durante todo el año y es muy accesible. En invierno el agua se congela y deja una preciosa estampa. Allí también se puede observar una importante comunidad de aves propia del lugar y de mamíferos.
Fervenza do Toxa (Pontevedra)
La Fervenza do Toxa es un espectáculo de la naturaleza. Preciosas playas, imponentes bosques y rebosantes ríos que dan lugar a pozas y cascadas increíbles, como es el caso de este salto de agua en caída libre desde unos 30 metros de altura. Para acceder a ella hay que recorrer un sendero rodeado de un bosque de hayas y, antes de llegar, hay un área recreativa para descansar, pasar el día o comer. Es una excursión perfecta para realizar con niños.
Cascada de Linarejos (Jaén)
Con 60 metros de altura es una de las cascadas más fotografiadas de España. En una enorme pared se abre una estrecha grieta por donde se precipita el agua al Río Guadalquivir. Unas pozas de aguas turquesas engalanan de forma espectacular el lugar, otorgándole un color único.
Cascada de Gujuli (Álava)
La cascada de Gujuli, a más de 100 metros de altura, ha sido creada por la caída del río Oiardo. Tras el salto, el río es un afluente del Nervión. Cuenta una leyenda que en el bosque de Goiuri vivía una lamia, un ser mitológico femenino semejante a una ninfa pero representada con pies de pato. La mujer tenía un espejo mágico, que le concedía todo cuanto deseaba. Un día, un pastor de la zona lo vio y se lo cogió. La lamia, enfadada, le preguntó su nombre: “Urjauzi” (cascada en euskera). Y, en ese momento, la mujer le hechizó convirtiéndolo en esta cascada.
Uelhs Deth Joeu (Lleida)
Los Uelhs deth Joeu, que habitualmente se traduce en español como Ojos del Diablo, es una de las cascadas más bonitas de España y la más famosa del Valle de Arán en los Pirineos. Es una zona de fácil acceso y tiene un balcón desde el que se pude observar perfectamente el agua. Al contrario de las demás, esto no es un gran salto, sino que el agua discurre a través de la ladera. Se recomienda combinar esta excursión con la visita a Artiga de Lin, un inmenso prado desde el que se pueden ver imponentes montañas y parar a hacer un descanso. La ruta hasta llegar a la cascada se considera como una de las mejores de España.
Cascadas de Oneta (Asturias)
Tres saltos de agua en pocos metros convierten a este paraje en uno de los principales reclamos turísticos. Se suelen utilizar como rutas de senderismo y se encuentran en una zona con multitud de vegetación. La primera cascada, La Firbia, destaca por su espectacularidad, ya que tiene una caída de 15 metros. La segunda se accede a ella pasando una fuerte pendiente y la tercera es la más pequeña e inaccesible.