Tras las vacaciones de verano, nada mejor que hacer una escapada a un pueblo escondido y recóndito en lo alto de una montaña, en la frontera entre países vecinos o debajo de una roca.
TEXTO: SARA RUBIO
España esconde numerosos pueblos que guardan rincones maravillosos para poder disfrutar de la naturaleza y de la historia. En lo alto de una montaña, en la frontera entre países vecinos o debajo de una roca, son lugares perfectos para escaparse y pasar un día alejados de la ciudad.
Cada fin de semana son muchos los turistas que deciden salir en busca de lugares escondidos y alejados de la ciudad donde poder desconectar, alejarse del ruido de los coches, del trasiego de gente e incluso donde es posible desconectar del trabajo y del mundo de las redes sociales debido a la ausencia de cobertura. Lo que ahora muchos conocen como “España vaciada” esconde unos enclaves fantásticos repletos de leyendas e historias para poder disfrutar de la naturaleza.
Muchos de estos pueblos no llegan al centenar de habitantes, pero su situación geográfica y la conservación de elementos históricos de siglos pasados hacen de ellos unos lugares únicos. Aquí te enseñamos algunos de los pueblos más escondidos (y bonitos) de España:
Calatañazor (Soria)
Se encuentra a media hora de la capital y está ubicado al oeste de la provincia. Calatañazor se sitúa en la cima de una roca próxima al rio Milanos y conserva uno de los mejores bosques de sabina de la historia. El Castillo que domina el horizonte, las calles empedradas, los escudos blasonados y los soportales que conforman el entorno medieval del pueblo te permitirán remontarte a la Edad Media. No te podrás ir de Calatañazor sin visitar la Iglesia románica Nuestra Señora del Castillo y la ermita Señora del Castillo. El pueblo cuenta con una espectaculares vistas panorámicas. Desde el propio Castillo se puede observar una extensa llanura denominada “Valle de la Sangre”, un nombre que tiene su origen en una leyenda que cuenta que ahí se libro una batalla en el año 1002.
Puebla de la Sierra (Madrid)
A solo 110 kilómetros de Madrid, podemos encontrar este pequeño pueblo con 70 habitantes. Es uno de los pueblos más recónditos de la Comunidad de Madrid, pues se sitúa en un valle por el que discurre el río Puebla. Se enmarca dentro de la Sierra del Rincón que está catalogada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Sus calles empedradas y sus casas de piedra oscura rematadas con madera permiten que te puedas remontar a los orígenes del pueblo en el siglo XV. Existen varias rutas distintas para disfrutar al aire libre de un entorno natural único, como la del Valle de los Sueños o la de los Robles Centenarios. El pueblo está hermanado con el de Osaka (Japón) y por ello podrás visitar el primer y único museo japonés que hay en España.
Cuevas del agua (Asturias)
Este pueblo con apenas 100 habitantes se ubica en la localidad asturiana de Ribadesella, una de sus peculiaridades es que para acceder hasta él tendrás que atravesar una cueva llamada ‘La Cuevona’ de 300 metros de longitud. Lo podrás hacer con el coche, ya que se encuentra asfaltada, o andando, que es lo más recomendable. En localidad también podrás visitar la estación del tren FEVE, que aún está operativo. Podrás encontrar una gran variedad de hórreos -construcción destinada a guardar y conservar los alimentos alejados de la humedad- y recorrer la ruta de los Molinos.
Peñalba de Santiago (León)
Además de ser uno de los pueblos más escondidos de España, puesto que para acceder tienes que pasar por una carretera repleta de curvas y desnivelada, es uno de los pueblos más bonitos. Su ubicación entre las montañas, sus casas de piedra y sus llamativos techos de pizarra hacen de él un enclave maravilloso. Se sitúa a tan solo unos kilómetros de Ponferrada , en la comarca del bierzo y en pleno Valle del Silencio. Una vez allí podrás visitar una cascada de agua natural, la Cueva de San Genaro y un antiguo Molino.
San Martín de Trevejo (Cáceres)
En el 2019 fue nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España, se encuentra a los pies de la montaña de Jalama rozando la frontera portuguesa y tiene unos 800 habitantes. Una de las peculiaridades de San Martín es que conserva su propia lengua, A Fala. Las casas cuentan con una arquitectura tradicional que queda reflejada en las viviendas de tres niveles y en las calles empedradas.
Setenil de las Bodegas (Cádiz)
Las casas de este peculiar poblado se encuentran escondidas bajo el saliente de una roca gigante. Pertenece a la ruta de Pueblos Blancos de Andalucía y pasear por sus calles puede dar cierta sensación de miedo por peligro de desprendimientos. Se han creado calles-cueva y miradores muy curiosos. El pueblo conserva una enorme fortaleza medieval y también existen restos mudéjares y muchas rutas y senderos para poder disfrutar de la naturaleza.
Masca (Tenerife)
Sin duda uno de los pueblos más escondidos de nuestro país, pues se encuentra en lo alto del risco del parque natural del Teno, rodeado de montañas y que sirve como puerta al barranco de Masca. Para acceder a él hay que recorrer una carretera repleta de curvas, que servirá como experiencia en la conducción, pero merecerá la pena poder disfrutar después del paisaje y las vistas. Se ha hermanado con Macchu Pichu (Perú) debido a que guardan cierto parecido. Masca se sitúa en la punta más remota de la isla. La punta que sobresale hacia el Atlántico. Hace unos años sufrió un incendio, pero hoy en día el pueblo está completamente restaurado, además, tiene unas puestas de sol increíbles. Sus casas son una muestra de la antigua arquitectura canaria.
Os de Civís, fuera del mapa (Lleida)
Los Pirineos esconden unos pueblos maravillosos y recónditos para visitar, pero Os de Civís, en Lleida, se encuentra en la vertiente sur y solo se puede acceder a él a través de una carretera que sale de Andorra, a 2.150 metros de altitud, por lo tanto para visitarlo tendrás que cambiar de país. Es uno de los pueblos más aislados de la península y a finales del siglo XX estuvo en peligro de desaparecer por su difícil acceso y por la falta de electricidad y teléfono. Pero gracias a su situación se ha acabado convirtiendo en un destino turístico. Cabe destacar a modo de anécdota que los agentes encargados de la zona son los Mossos d’esquadra, pero para poder llegar al pueblo deben ir escoltados por la policía andorrana.
Orbaneja del Castillo (Burgos)
Orbaneja es un pueblo que se ubica en el límite geográfico entre Cantabria y Burgos, concretamente en los Cañones del Ebro, y tiene menos de 50 habitantes. Lo más sorprendente es la cascada de agua con 25 metros de caída y unas pozas cristalinas de color turquesa. La cascada tiene su origen en las llamada Cueva del Agua. De este peculiar pueblo también sorprende que la plaza se encuentra cortada por un cascada de agua procedente de las pozas. La podrás atravesar gracias a un puente que hay construido.
Recuerda que siempre es recomendable contratar un seguro de viaje, y puedes hacerlo a través de este enlace.