El Hotel Iturregi es un remanso de paz rodeado de viñedos de txakoli, con una delicada fachada de amplios ventanales con vistas espectaculares al faro de Getaria y a toda la costa vasca y con una combinación de tradición y modernidad.
Texto: JAVIER VARELA
Cuando uno prepara una escapada siempre piensa en un alojamiento con encanto, donde se respire tranquilidad y que tenga unas instalaciones que le permitan darse el lujo de pasar el fin de semana haciendo turismo por los pasillos del Hotel. Si tu plan es ese, Iturregi es la mejor opción porque ofrece a sus huéspedes un espacio de paz y tranquilidad incomparables en el País Vasco gracias a que está rodeado de viñedos de txakoli, con una delicada fachada de amplios ventanales que ofrecen vistas espectaculares al faro de Getaria, a toda la costa vasca y con esa combinación de tradición y modernidad que a veces es tan oportuna. Un lugar para hacer el check in y no salir hasta que toca volver a casa.
Situado en una ladera, dominando los espectaculares valles de la zona, el Hotel Iturregi guarda recuerdos de una granja antigua, que fue cuidadosamente reconstruida y restaurada -por la arquitecta Martina Lertxundi y el decorador Daniel Rotaetxe- hasta completar ocho exclusivas habitaciones y suites que le permitieron en 2013 ser elegido por la revista británica ‘Food and Travel’ como uno de los seis mejores hoteles del mundo. El edificio se integra naturalmente en el escenario pintoresco que lo rodea y que permite a los amantes de los paseos disfrutar de un entorno rural y explorar esta zona del País Vasco que es un deleite para los sentidos. Si el tiempo lo permite, una piscina exterior construida sobre las ruinas del caserío original y rodeada por el enorme jardín del hotel, con exuberantes prados, fuentes, estanques y plantas aromáticas.
Seis habitaciones y dos suites
El Hotel tiene un acogedor salón, un gran porche y una bonita sala acristalada, todo perfecto para momentos de relajación y paz. Lo mismo ocurre con sus seis habitaciones, todas ellas con nombres vascos, que tienen la peculiaridad de tener vistas al mar o a la montaña. Zarautz es la habitación más amplia del hotel, con un pequeño salón integrado y con vistas al mar y a los viñedos, mientras que Jaizkibel te permite ver el mar y los viñedos mientras tomas un relajante baño. Igeldo es la otra estancia que ofrece vistas al mar y a los viñedos gracias a sus tres ventanales y su balcón privado.
Los que prefieren levantarse o relajarse hasta que el sueño les venza viendo la montaña, pueden elegir entre la habitación Orio, con vistas al campo y a la piscina o la que se llama Zumaia, que gracias a sus tres ventanales goza de mucha luz y tiene unas vistas impresionantes. La última es Askizu, una amplia habitación abuhardillada muy coqueta y con un cuarto de baño en mármol negro. Pero si las habitaciones son una delicia no podemos olvidarnos de las suites con aire principesco, gasas, doseles y un toque de distinción en la decoración. Getaria, la mayor en tamaño y precio, es abuhardillada con más de 55m2 y un balcón privado desde el que disfrutar del faro de la villa y del Cantábrico. Y, por último, Iturregi, también abuhardillada y en cuyos 50 m2 se puede disfrutar de su amplio salón integrado y unas vistas que nada tiene que envidiar a su hermana.
Playa, montaña, senderismo…
Las bonitas localidades costeras de Getaria, Zumaia y Zarautz están muy cerca y el hotel se encuentra a 25 minutos de San Sebastián y 35 de Bilbao. Ello le permite ser el centro de operaciones para conocer la costa, sus pueblos, sus costumbres y su gastronomía. Las espléndidas playas de estas localidades son un paraíso para los entusiastas de los deportes acuáticos, especialmente para los surfistas, vela, pesca… o simplemente relajarse en las playas tomando el sol. Los aficionados a la bicicleta de montaña y los excursionistas también encontrarán infinidad de rutas y senderos para disfrutar de un paisaje espectacular. Los amantes del vino, podrán disfrutar de una visita a viñedos colindantes y bodegas de txakoli. Además, los amantes de la moda podrán disfrutar de una estancia especial en el hotel que incluye entradas para el Museo Balenciaga Getaria (www.cristobalbalenciagamuseoa.com).
El hotel no dispone de restaurante, pero sí que cuenta con una carta de Room Service que sirven en la privacidad de las habitaciones para las cenas. El menú se constituye de productos locales como salmón, atún, anchoas, jamón, queso, croquetas, cremas y postres. No son platos elaborados, pero los productos están seleccionados cuidadosamente. Y para disfrutar de la gastronomía hay que salir del hotel, que prefiere no competir con un restaurante propio ante la espectacular oferta que tiene a los alrededores. Si el viaje puede permitírselo, imprescindible hacer una escapada a Getaria para disfrutar de una mesa en el restaurante Elkano -con una estrella Michelin- en el que disfrutar de un rodaballo a la brasa aderezado con “aceite, sal, dos padrenuestros y un avemaría”, como dice el chef Aitor Arregui.
Más información: www.hoteliturregi.com