El Hotel Barosse, enclavado en las faldas de la Peña Oroel y con los pirineos como escenario, transporta a un mundo de cuento de hadas
TEXTO: JAVIER VARELA
En plena naturaleza, en las faldas de la Peña Oroel y con los pirineos como escenario para amanecer, el Hotel Barosse invita a un viaje por los sentidos. Da igual la estación que elijas para disfrutar de sus exquisitos detalles, de sus estancias de ensueño, de las manos expertas que mimen tu cuerpo y que permita respirar a tu mente, pero si la escapada es en invierno podrás disfrutar de un hotel perfecto para la nieve aunque seas alérgico al esquí. Cuando el frío arrecia y los montes se cubren de blanco, los recios muros de piedra y el crepitar de la chimenea se presentan como un plan perfecto para una escapada.
Los anfitriones del hotel son José y Gustavo, que han sabido captar la esencia del hermoso entorno que les rodea para transformarlo en un estilo personal que transmite paz en cada uno de los rincones, y que hace tan especial a este lugar. El Espacio Barosse surgió como un sueño de ambos y como un lugar para dejar fluir las emociones y donde el huésped entra como tal y sale como amigo.
El Hotel está en Barós, una pequeña pedanía a 3 km de Jaca situada a 933 metros de altitud. Aunque su topónimo puede tener origen prerromano, su existencia no está constatada documentalmente hasta el año 1062 en que se cita a ‘Scemeno monako de Barosse’ (Jimeno. Monje de Barós), siendo en 1084 cuando el rey Sancho Ramírez lo dona a la limosna de la Catedral de Jaca. El Hotel, desde que llegas a él se convierte en el lugar perfecto para abandonar por unos días lo cotidiano en una atmósfera perfecta.
Cuenta con cinco habitaciones únicas con su historia personal. La Herrería pretende transportar a los huéspedes a un mundo de cuento de hadas gracias a su dulce aroma de las flores frescas, la delicada y elegante decoración y los vaporosos doseles de la cama. Desde su balcón, un paisaje de ensueño con los pirineos como protagonistas donde el cuento tenga un final feliz. Otra de sus estancias es Ermita, inspirada en la antigua ermita de Barós (s.XI), una acogedora casita independiente situada en el jardín trasero de Barosse y donde la intimidad sube un grado. Su cuidada decoración, la gran bañera de hidromasaje y la chimenea la convierten en el lugar ideal para compartir con tu pareja.
El Pozo es una habitación vestida de rojo intenso en su pared principal, con una cuidad decoración y un ventanal con acceso a un pequeño patio privado. También está Iglesia, una suite junior dúplex inspirada en la iglesia de Barós (s.XI), paradigma del románico lombardo tan propio de esta región. Además de un balcón con vistas pirenaicas, dispone de un magnífico dormitorio abuhardillado en la planta superior, con el gran ojo de buey que crea un clima cálido y reposado. Y por último, la Fuente, una habitación con chimenea que calienta sus recios muros de piedra. Su balconada, su hidromasaje y su original altillo chillout, completa una oferta inolvidable.
Pero el Hotel Barosse ofrece mucho más: su entorno. Una tierra de fábula, el místico Pirineo, la energía telúrica esculpida por el agua y el tiempo que se para. Pintorescos pueblecitos guardan los secretos montanos e inmensas praderas anhelan una eterna primavera a la que dan paso las serpientes de aguas cristalinas. Además, será una oportunidad única de descubrir la Jacetania, una comarca cuya delimitación natural coincide con el antiguo Reino de Aragón y cuya riqueza medioambiental con sus Parques Naturales permite practicar turismo de aventura, senderismo o rutas de bicicleta.