El Cajigal de Quintana, un caserón en el corazón de Las Merindades y donde se imponen la tranquilidad, los colores y los olores.
Texto: JAVIER VARELA
Cuando uno llega a Las Merindades de Burgos tiene la sensación de haber despertado en la Edad Media. Los aventureros disfrutan de calzadas romanas, numerosas iglesias, conventos, rutas subterráneas y fotografías únicas cortesía de la naturaleza. En el centro de ese espectáculo de color se encuentra El Cajigal de Quintana, una casa rural en Espinosa de los Monteros, y que está ubicada en un caserón de 1941 que originariamente fue una casa de ganaderos y que cuenta con un prado propio de 3000 metros cuadrados y un espectacular e inmenso jardín.
La primera impresión que uno recibe de la casa, propiedad de la familia Villate Ruano, es que se trata de una casona de de piedra, madera, ladrillo y pizarra de 750 metros cuadrados distribuidos en tres plantas. El entorno natural privilegiado en el que se enclava hace que se impongan el silencio, los colores y los olores. Un lugar donde los aficionados al senderismo se sentirán como en casa y que servirá como punto de partida para darse un paseo por otra época. Ya que se encuentra en las postrimerías de cinco valles (Pas, Mena, Carranza, Soba y Trueba). La casa, en su rehabilitación que duró dos años, mantuvo los materiales originales que se trajeron en el Tren de la Robla (línea de vía estrecha más larga de Europa Occidental, con 335 km.) de los pueblos anegados por el embalse de Arija.
“La estructura original tenía intacto el establo, con su portón de ganado, su comedero y su pocilga o borcil, así como una troje”, recuerda Inma, propietaria de la casona. Además, la casa conservaba detalles típicos de la arquitectura local como el revoco en blanco, la doble ventana de madera, los suelos de ladrillo hidráulico o la cocina de carbón. La rehabilitación y transformación de la casa ganadera en una moderna casa rural se hizo conectando de manera equilibrada el pasado y el presente, respetando los elementos originales y fusionándolos con las necesidades actuales. “Los techos, los pilares y la escalera han podido conservarse casi íntegramente”, señala.
Y si por fuera es un espectáculo, de puertas adentro los detalles sorprenden al huésped. Los elementos autóctonos protagonizan la decoración, con muebles y complementos recuperados por la propietaria. Dispone de cinco habitaciones que pueden dar cobijo a un total de 10 huéspedes (15 con camas supletorias) y que cuentan con todo lo necesario para que la estancia sea inolvidable. Además, el acogedor y amplio salón-comedor con chimenea es un lugar para tomar fuerzas en un ambiente relajado. Recomendable dejarse atrapar por la charla mientras descansas de una de las muchas excursiones que se pueden hacer. Cuando te calces las botas y la mochila para descubrir Las Merindades no sabrás si ir al norte, al sur, al este o al oeste. Románico, cascadas, paisajes, cuevas…
HABITACIONES
La Tesla
Recibe el nombre del monte al que da su balcón. Se trata de una amplia habitación doble (con posibilidad de triple o cuádruple) con viguería de madera original y techos altos. Decorada con motivos rústicos y pintada en tonos azules tiene una cama de matrimonio y una litera-barco centenaria.
Bedón
El Monte Bedón es lo primero que uno ve cuando abre las puertas del balcón de esta romántica habitación con decoración provenzal, muebles de caoba y alfombra oriental. Cuanta con una cama de matrimonio, viguería original, techos altos y un tapiz del siglo XVIII en el cabecero.
Valnera
Una habitación doble pintada en tonos rosáceos e iluminada con elegantes luces indirectas y un espectacular cabecero de forja. Toma su nombre del Castro Valnera, pico más alto del Valle de Lunada, monte sagrado para los pasiegos del Valle del Pas.
La Sía
Una amplia suite que dispone de una pequeña zona de estar. Además de una decoración elegante y respetando la tradición, las vistas desde su balcón la convierten en la joya de la corona. Despertarse viendo el Picón Blanco, el monte que corona el pueblo de Quintana de los Prado y denominado así por su aspecto nevado durante gran parte del año, no tiene precio.
Trueba
Elegante y tranquila habitación doble en el que la madera y la piedra la hacen acogedora. Sus muebles de principio de siglo XX, restaurados por la propietaria, le dan un toque tradicional. Su nombre está tomado de uno de los valles cercanos.
CONTACTO
El Cajigal de Quintana
El Cajigal, s/n. Quintana de los prados. Espinosa de los Monteros
947 12 01 35 / 616 99 38 66
www.elcajigal.com
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DESCUBRE LAS MERINDADES
La Merindades de Castilla La Vieja es una extensa comarca de Burgos (2.821 km² de superficie) visitada por miles de amantes de la naturaleza, el arte, la gastronomía y la cultura. En esta zona se puede disfrutar del verde que inunda valles y montañas donde el agua hace de las suyas con cascadas espectaculares y unos pueblos medievales, cuya belleza quita el hipo. Hay muchos atractivos para ver en La Merindades, pero te damos una pincelada. ¿Lo mejor? Descubrirlo tú mismo.
Puentedey
Es el claro ejemplo de que la naturaleza es capaz de superar la idea de cualquier arquitecto. El mejor ejemplo de ello es el gran puente natural de piedra que enmarca al pueblo y que ha surgido de la erosión del río Nela en una roca caliza de más de 15 metros de altura. Sobre el arco se elevan varias coquetas casas montañesas y un palacio fortificado. No puedes perderte las vistas maravillosas del valle.
Ojo Guareña
Hablamos de un laberinto subterráneo de 100 kilómetros, de los que 89 están interconectados, de galerías y cuevas. Son visitables la Cueva de San Bernabé, en la que debajo de ella está el misterioso ‘Sumidero del Río Guareña’, y la Cueva Palomera, que se puede visitar con reserva previa. Además, en su interior se han encontrado importantes hallazgos arqueológicos desde la época del Paleolítico.
Frías
La primera es la villa medieval por excelencia de Burgos y ostenta el título de ciudad. El conjunto monumental es impresionante teniendo en cuanta que estamos en la ciudad más pequeña de España. Destacan el Castillo de los Velasco y la Iglesia de San Vicente Mártir, junto a las que están apiñadas las casas colgadas que cuelgan de la roca desafiando la gravedad. También imperdibles el puente medieval sobre el río Ebro, la calzada romana, y numerosas iglesias y conventos.
Tobera
Esta pequeña localidad presume de una estampa con encanto. Destacan las ermitas de Santa María de la Hoz y del Cristo de los Remedios junto a un puente medieval de origen romano. La senda del río Molinar sorprende con saltos de agua, pozas y bellas cascadas que conforman un paisaje de postal.
Un sinfín de rincones
La Merindades de Castilla La Vieja cuenta con lugares de obligada visita como la ermita y cueva de San Bernabé en Sotoscueva, el Monasterio de Manzanedo, el Alcázar de Medina de Pomar, el castillo de Tedeja en Trespaderne, las lagunas de Gayangos y Antuzanos, la capital de la Merindad de Castilla La Vieja, Villarcayo, la Cascada de la Mea, de Peñaladros, de Pedrosa de Tobalina y de las Pisa, el Monasterio de Santa María de Río Seco y el Salto del Nervión.